martes, 4 de marzo de 2014

CDC - Testimonios sobre las pruebas de detección

CDC - Testimonios sobre las pruebas de detección



Testimonios sobre las pruebas de detección

Foto de un grupo de personas.

Aquí encontrará historias de personas que describen por qué se hicieron las pruebas de detección de cáncer colorrectal y sus experiencias con estas. Si quiere contar su experiencia personal con las pruebas de detección, llame a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (800-232-4636; TTY: 888-232-6348) o contáctese con CDC-INFO.

Joyce, Washington, D.C.

En 1992, a mi esposo y a mi hermana les diagnosticaron cáncer de colon. Murieron con cuatro meses de diferencia. Él acababa de cumplir 60 años y mi hermana tenía 63. Mi esposo tenía muy buen estado de salud, hacía ejercicio religiosamente, comía alimentos saludables y se hacía una revisión médica regularmente con el internista. Pero no se hizo una colonoscopia. Mi hermana tenía miedo de ir al médico y no se quiso hacer una colonoscopia. Los dos murieron innecesariamente.
Yo me hago una colonoscopia regularmente. Tengo 71 años y me han hecho al menos cuatro. Las primeras dos veces, me encontraron pólipos y me los quitaron durante el procedimiento sin causar dolor. ¿Que si disfruto de la preparación? De ninguna manera. Pero lo veo como un pequeño precio que tengo que pagar para disfrutar del resto de mi vida. La colonoscopia de por sí nunca me ha causado dolor y después he salido con amigos a caminar o a ver una película o he regresado al trabajo. Creo con vehemencia que las personas se deben hacer colonoscopias. Les pregunto a mis amigos regularmente si están al día con las pruebas. No quiero perder a nadie más innecesariamente.

David, Guilford, Connecticut

Tanto mi padre como mi abuelo murieron de cáncer de colon. Eso es lo que me motiva a hacerme las pruebas de detección. Me da mucha seguridad saber que tienen la capacidad de revisarme antes de que avance una enfermedad. Mi padre no se hizo una prueba de detección. De hecho, fue solamente cuando comenzó a tener síntomas que fue al médico y le encontraron el cáncer. Por desgracia, para entonces ya se había propagado.
Comencé a hacerme pruebas de detección cuando cumplí los 50 años y me las he hecho regularmente desde entonces. La preparación es desagradable, pero el procedimiento en sí no es nada. Les diría a los demás que si lo pueden detectar temprano, antes de que se convierta en un problema, ¿por qué no hacerlo?

Nancy, Olympia, Washington

Tenía una idea vaga sobre las colonoscopias, pero pensé que no tenían nada que ver conmigo porque no me interesaba y porque era muy joven. Cuando cumplí los 50 y fui a ver a mi doctora; ella entró a la sala con una sonrisa y dijo: "¡Felices 50! ¡Es hora de hacerte una colonoscopia!". Luego tuvo el descaro de decirme: "¡La enfermera lo está programando en este mismo momento!". Me sentí horrorizada.
Me di cuenta de que gran parte del miedo terrible que sentía era porque había sido abusada sexualmente de niña, lo que significa que confiar en un desconocido que me iba a "invadir con un tubo" me trajo recuerdos de haber sido invadida cuando era niña. La idea de no estar del todo consciente durante el procedimiento tampoco ayudó.
Pero cuando hablé con una enfermera antes de la colonoscopia, me ofreció un medicamento para ayudarme a sentir más relajada la noche anterior y el día del procedimiento. Pude aferrarme a este plan ¡y al final salió todo bien! La doctora encontró tres pólipos precancerosos y los quitó. Después de haber pasado por este proceso una vez y de darme cuenta de que no era tan terrible, no tengo más miedo. Porque muchos de nosotros fuimos abusados cuando éramos niños, me gusta decirles a los demás cómo lo hice yo, con la esperanza de que encuentren la forma de hacerse la prueba de detección.

Danae, Washington, D.C.

Mi abuelo sobrevivió el cáncer de colon dos veces y hay antecedentes de cáncer en ambos lados de mi familia. Tanto mi padre como mi madre se han hecho las pruebas de detección regularmente debido a nuestros antecedentes familiares, de modo que desde que era joven he sabido lo que implica la preparación y la importancia de hacerse las pruebas.
En diciembre del año pasado tuve unos síntomas que me preocuparon. Cuando le dije al médico sobre mis antecedentes familiares decidimos que me debía hacer la prueba de detección. "Más vale prevenir que curar", dijo el médico. ¡Tomarse todo el líquido que se necesita para prepararse fue peor que la prueba misma! La buena noticia es que todo salió bien y que no necesito hacerme otra prueba por unos años. A pesar de que el proceso mismo pueda ser incómodo, les diría a las personas que dudan en hacerse la prueba que vale la pena saber los resultados, sean buenos o malos.

Joanne, Sacramento, California

Como educadora de salud que trabaja en un programa contra el cáncer, conozco muy bien las pautas de cuándo hacerse las pruebas de detección para diversos cánceres. De modo que no tuve que pensarlo dos veces cuando fui a ver a mi médico y le dije que tenía problemas gastrointestinales no específicos, y le recordé que mi madre había tenido cáncer de colon hacía unos 25 años. Le dije que quería hacerme una colonoscopia a pesar de que solo habían pasado cinco años desde la prueba inicial de los 50 años, edad en que se debe hacer una colonoscopia de referencia.
Antes de que el gastroenterólogo me sedara, le dije lo que me preocupaba. Cuando desperté del procedimiento, me dijo que podría tener uno de tres tipos de tumor en el intestino delgado.
Antes de darme cuenta de lo que pasaba, ya estaba recibiendo llamadas telefónicas para programar más pruebas diagnósticas y visitas al cirujano. Después de varias pruebas y de dos visitas al cirujano, el 22 de febrero del 2011 estaba en la mesa de operaciones. Me sacaron parte del intestino delgado y del intestino grueso, el apéndice, un tumor carcinoide de 1 centímetro y 22 nódulos linfáticos, de los cuales 2 eran cancerosos.
Estoy aquí hoy para decirles que hablen con el médico sobre cuándo hacerse la prueba de detección para el cáncer de colon y de preguntarle sobre cuál es el método más adecuado para usted. En mi caso, la colonoscopia me salvó la vida.

Larry, Rockville, Maryland

"¡He estado esperando este momento 50 años!", anuncié con entusiasmo a las desconcertadas recepcionistas cuando llegué al hospital para hacerme la colonoscopia. En realidad no era del todo cierto; esta era la tercera colonoscopia desde que le habían diagnosticado cáncer de colon a mi madre hacía casi 10 años. Pero sí he cumplido los 50 este año, la edad típica para hacerse la primera colonoscopia.
Como de costumbre, la preparación fue la parte difícil, solo que esta vez había hecho algunas averiguaciones sobre cómo hacer que la solución fuera más agradable. El secreto, al menos para mí, es la limonada, la limonada muy sabrosa. Pude tomarme todo en tiempo récord bebiendo un vaso de limonada cada vez que me afectaba el sabor de la solución.
Al día siguiente, después de haber hecho mi anuncio, el personal del hospital me hizo sentir muy cómodo y la enfermera anestesista me hizo sentir aún mejor. Cuando desperté, ya habían terminado el procedimiento (duró solamente 6 minutos desde que comenzó hasta que terminó), y con eso había conseguido otro certificado de buena salud y un apetito monstruoso que sacié con un desayuno gigante, ¡mi recompensa por haber terminado otra colonoscopia!

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