La mayoría de los nuevos diagnósticos de cáncer de mama se producen en países desarrollados
22-24/03/2014 - E.P.
La implantación de programas de detección precoz en los países de recursos bajos conducirá inevitablemente al aumento del número de nuevos casos diagnosticados
La carga global del cáncer de mama permaneció elevada en 2013, con más de 1,6 millones de nuevos casos diagnosticados anualmente. Esta carga se ha incrementado a un ritmo del 3,1 por ciento anual y aunque la mayoría de los nuevos casos se diagnostican entre las mujeres en los países desarrollados, las 450.000 muertes anuales por esta enfermedad se dividen por igual entre el mundo en desarrollo y desarrollado, según se expondrá en la novena Conferencia de Cáncer de Mama Europea (EBCC-9).
"Esta situación se ha generado por las contribuciones de una variedad de fuentes, como el desarrollo y la disponibilidad de tratamientos eficaces, una mayor conciencia entre las mujeres, el programa nacional 'NHS Breast Screening' y el libre acceso de todas las mujeres a los servicios de diagnóstico y tratamiento de alta calidad", matiza el profesor Peter Boyle, director del Instituto de Salud Pública Global de la Universidad de Strathclyde, en Reino Unido, en el Instituto Internacional de Investigación para la Prevención (IPRI) en Lyon, Francia.
Tras calificar esta situación de "muy positiva", alerta de que no todas las mujeres de todo el mundo se benefician de estos avances y que el contraste entre la situación en los países ricos y pobres es "asombroso". Las mujeres en los países de ingresos bajos, y en particular en África, tienden a buscar atención médica para su enfermedad sólo una vez que está en una etapa avanzada y se ha diseminado a otras partes del cuerpo, cuando la única opción es la paliación, que a menudo no está disponible o no es óptima.
El 'Informe Mundial sobre el Cáncer de Mama 2012', publicado por el IPRI, recolectó datos sobre grupos de pacientes con cáncer de mama de los institutos de todo el mundo con el fin de desarrollar una visión más clara de la situación actual. "Hemos encontrado que en los países de altos ingresos, como Reino Unido y Australia, había muy pocas mujeres que inicialmente fueron diagnosticadas en estadio III o IV de su enfermedad (avanzado y metastásico) --resume el profesor Boyle-- mientras que en Kenia y Uganda, la mayoría de mujeres con cáncer de mama están en la etapa III o IV".
"Teniendo en cuenta que la diferencia en la supervivencia cuando se pasa de una fase I de un cáncer de mama a estadio II es de aproximadamente 12 puntos porcentuales y desde una fase III de un estadio IV, en torno a 30 puntos porcentuales, está claro que nuestra primera prioridad debe ser hacer todo lo posible para alentar a las mujeres en los países de bajos ingresos a acudir a su médico antes de que su cáncer de mama esté en tal estado avanzado que la cura ya no se posible", añade este experto.
El aumento del tamaño de la población, la esperanza de vida más larga, la disminución en el estigma asociado a un diagnóstico de cáncer de mama, el incremento de la concienciación y la introducción de programas de detección temprana en los países de recursos bajos conducirá inevitablemente a elevar el número de nuevos casos que son diagnosticados. "Lo que tenemos que asegurar es que estén disponibles instalaciones de tratamiento adecuadas, algo que no siempre es así", apunta Boyle.
Por ejemplo, en muchos países de bajos ingresos, las instalaciones de radioterapia están disponibles o presentes en una escala muy limitada, de forma que las mujeres con cáncer terminal en etapa tardía que a menudo sufren un gran dolor no reciben medicamentos opioides para controlar el dolor. "Aunque hay un montón de buenas noticias, al menos en el mundo desarrollado, es especialmente alarmante que todavía haya tantas muertes evitables debidas a la combinación de una falta de conciencia y de recursos", concluye este experto.
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