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Un estudio vincula los videojuegos violentos con el pensamiento combativo
Los niños 'comienzan a ver el mundo de forma más agresiva', señala un investigador
Traducido del inglés: martes, 25 de marzo, 2014LUNES, 24 de marzo de 2014 (HealthDay News) -- La exposición frecuente a los videojuegos violentos aumenta las probabilidades de que los niños y adolescentes realicen conductas agresivas, indica una investigación reciente.
El estudio de más de 3,000 niños halló que jugar de forma habitual juegos como "Call of Duty" y "God of War" podría alterar su perspectiva del ambiente y sus compañeros en el mundo real, apuntaron los investigadores.
"[Los juegos violentos] básicamente cambian la personalidad de un niño o adolescente en algún sentido, de manera que comienzan a ver su mundo de forma más agresiva", advirtió el coautor del estudio, Craig Anderson, director del Centro para el Estudio de la Violencia de la Universidad Estatal de Iowa.
"Comienzan a anticipar que las personas se comporten de forma más agresiva con ellos, y tienden a considerar las soluciones agresivas como más adecuadas para resolver los problemas", comentó Anderson.
Más del 90 por ciento de los niños estadounidenses juegan videojuegos, muchos de los cuales presentan la violencia dentro de un marco divertido libre de consecuencias negativas, apuntaron los investigadores. En vista de esas cifras altas, investigaciones como esta tienen implicaciones significativas, dijeron.
Pero los padres no deben entrar en pánico, planteó Anderson.
"Jugar un videojuego violento no convertirá a un niño sano que tenga algunos otros factores de riesgo en un francotirador escolar", aseguró. "Pero es un factor de riesgo que sí fomenta las probabilidades de agresividad significativamente".
Anderson dijo que hay muchos factores de riesgo conocidos más para la agresividad, como crecer con padres que sean visiblemente agresivos o vivir en un vecindario violento.
Los niños inscritos en el estudio, que aparece en la edición en línea del 24 de marzo de la revista JAMA Pediatrics, provenían de seis escuelas primarias y seis escuelas secundarias en Singapur. Todos tenían entre 8 y 17 años de edad, y casi tres cuartas partes eran chicos.
Durante tres años, los estudiantes fueron encuestados anualmente sobre el tiempo que pasaban jugando videojuegos y sobre la naturaleza de sus juegos favoritos.
Además, los niños discutieron sus sentimientos de empatía y agresividad, y se les preguntó sobre cualquier conducta agresiva en el pasado. Por ejemplo, se les preguntó a los niños si estaba bien responder a ciertas situaciones provocadoras pegando a alguien, si alguna vez habían pensado en herir a un compañero y si ver a otra persona enojada les molestaba.
Al comparar los hábitos de videojuego con la conducta y los patrones de pensamiento agresivos, los investigadores determinaron que durante el periodo de tres años del estudio, los niños con una alta exposición a los videojuegos violentos fueron más propensos a tener conductas agresivas.
Este vínculo pareció ser resultado de un aumento duradero en el pensamiento agresivo, apuntaron los investigadores. Esto incluía un aumento en las fantasías agresivas, y una creciente tendencia a atribuir motivos hostiles a los demás.
Los cambios en el pensamiento asociados con el uso empedernido de juegos violentos ocurrió tanto en las chicas como en los chicos, e incluso cuando los padres vigilaban los hábitos de juego de sus hijos. También se halló que los cambios eran independientes de la agresividad inicial del niño, halló el estudio.
Los investigadores también dijeron que tener sentimientos de empatía no pareció disminuir el vínculo entre los juegos violentos y la agresividad, y el vínculo se observó más o menos en todos los grupos de edad.
Los autores dijeron que se necesita más investigación para comprender mejor los efectos de jugar videojuegos que glorifiquen la brutalidad. "[Pero] al menos un motivo importante de que la conducta agresiva subiera en los niños fue que los videojuegos violentos parecieron aumentar los patrones de pensamientos violentos de los niños", lamentó Anderson.
Richard Gallagher, director del Instituto de la Crianza del Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Nueva York, aseguró que los hallazgos no le sorprendieron.
"Los datos de investigación de personas de todas las edades han indicado constantemente que jugar videojuegos violentos sí cambia las actitudes y posiblemente altera las tendencias conductuales", advirtió. "Y parece que hace que los niños pasen a tener lo que se considera un tipo de pensamiento perturbado y sesgado".
Es importante que las personas sepan esto, en términos de política pública y de crianza, dijo Gallagher.
"Estos tipos de juegos no son benignos", afirmó. "Quizá no hagan que todos los niños participen en conductas negativas y agresivas, pero sí los mueven más en esa dirección".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Craig Anderson, Ph.D., distinguished professor, psychology, and director, Center for the Study of Violence, Iowa State University, Ames, Iowa, and past president, International Society for Research on Aggression; Richard Gallagher, Ph.D., director, Parenting Institute, and associate professor, New York University Child Study Center, New York City; March 24, 2014, JAMA Pediatrics, online
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