viernes, 13 de febrero de 2015

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El nervio óptico puede ayudar a predecir el riesgo de muerte en pacientes de accidente cerebrovascular

13/02/2015 - E.P.

La medición del espesor de la vaina del nervio óptico es una prueba sencilla que indica el aumento de la presión intracraneal

El uso de la ecografía óptica para medir la vaina de un nervio que conecta el ojo y el cerebro puede ayudar a identificar a los pacientes con ictus agudo en mayor riesgo de morir en cuestión de días o meses, según un estudio presentado en la Conferencia Internacional de Apoplejía 2015 de la Sociedad Americana de Ictus.
El nuevo estudio tuvo como objetivo identificar de forma rápida y no invasiva a pacientes con accidente cerebrovascular que están en riesgo de aumento de la presión intracraneal, que se cree que reflejan gravedad del accidente cerebrovascular y es la principal causa de muerte.
"Medir el espesor de la vaina del nervio óptico puede ser una simple prueba del aumento de la presión intracraneal", señala Vishnumurthy S. Hedna, investigador y profesor asistente de Neurología en la Facultad de Medicina de  la Universidad de Florida, en Gainesville, Estados Unidos.
"El ultrasonido en el nervio óptico puede emplearse para estudiar la inflamación cerebral que a veces se produce después de un fuerte ictus", plantea Hedna. "Esto se puede hacer mirando el diámetro del nervio detrás del ojo usando imágenes de ultrasonido, ya que se cree que cuando se hincha el cerebro, la presión se transmite hacia los ojos. Esto ayudaría a los médicos a tratar el ictus con medicamentos que reduzcan la presión del cerebro", añade.
En el estudio participaron 86 pacientes del Hospital Shands de la Universidad de Florida en Gainesville, que se sospechaba que tenían una acumulación de presión en el cráneo después de su accidente cerebrovascular. Los investigadores usaron ultrasonido ocular para medir la vaina que recubre el nervio óptico.
En el caso de los pacientes que más tarde murieron de un derrame cerebral debido a un bloqueo de los vasos sanguíneos, el diámetro medio de la vaina del nervio era de 5,82 milímetros, frente a los 5,33 milímetros de los que sobrevivieron. En los aquejados de un accidente cerebrovascular sangrante, el diámetro promedio fue de 6,23 milímetros para los que murieron, frente a 5,72 en el caso de los supervivientes.
Por cada milímetro más grande que era el diámetro de la vaina del nervio, el riesgo de muerte dentro de los seis meses fue cuatro veces mayor en los pacientes cuyo ictus se debió a un bloqueo de los vasos sanguíneos, y seis veces mayor en los que tuvieron un accidente cerebrovascular con sangrado. La mayoría de las muertes ocurrieron dentro de un mes de hospitalización de los pacientes. El estudio también sugiere que cuanto mayor sea la medición de la vaina del nervio, mayor era la probabilidad de que el paciente quedara incapacitado seis meses más tarde.
El ultrasonido óptico es una prueba segura de rutina que se realiza utilizando gel y un dispositivo que se coloca en los párpados cerrados, explica Hedna. "La ecografía óptica es fácil de hacer y se ha descrito en muchos estudios como fácilmente enseñable. Otros métodos son invasivos, implican el uso de radiación y no son rentables", resalta este investigador.
Actualmente, la presión intracraneal se controla directamente desde dentro del cráneo o con una punción lumbar. En el futuro, los hallazgos podrían ayudar a los médicos a determiinar niveles de riesgo de los pacientes durante su examen inicial sin realizar pruebas invasivas y cuando sea necesario, actuar antes para controlar la presión intracraneal, dar medicamentos para disminuirla, colocar un drenaje en la cabeza para reducir la acumulación de líquido o cambiar la gestión del paciente, plantea Hedna.
Los científicos midieron dos dimensiones de la vaina del nervio en cada ojo en el primero y segundo día de hospitalización del paciente por un accidente cerebrovascular, lo que supone un total de ocho medidas para la mayoría de los aquejados. El estudio basa sus estimaciones del riesgo de muerte principalmente de las medidas tomadas en el segundo día, pero para los que murieron o fueron dados de alta rápidamente de cuidados intensivos, sólo se tenía una medición.
Los investigadores todavía están estudiando si las diferencias en el diámetro de la vaina del nervio óptico entre el primer día y el segundo estaban relacionadas con el riesgo de muerte o la discapacidad de los pacientes. El equipo planea estudiar si el tratamiento de los enfermos para la acumulación de líquido en el cerebro sobre la base de un examen neurológico anormal y una vaina del nervio mayor tiene resultados positivos en comparación con los pacientes con la atención habitual.
La prueba de ultrasonido es probable que sea útil en la atención al ictus sólo cuando se realiza poco después de la lesión derrame cerebral, detalla el principal investigador del estudio. "La inflamación del cerebro después del accidente cerebrovascular normalmente alcanza su máximo entre tres a cuatro días después, de ahí su uso en el entorno del accidente cerebrovascular agudo", concluye.

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