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Un estudio con ratones explora los secretos de las ganas de comer que provoca la marihuana
Los investigadores dicen que la droga podría ayudar a liberar una hormona que estimula el apetito
Traducido del inglés: jueves, 19 de febrero, 2015MIÉRCOLES, 18 de febrero de 2015 (HealthDay News) -- Las ganas de comer que provoca la marihuana, esos deseos intensos de comida después de usar la droga, parecen ser provocados por unas neuronas en el cerebro que normalmente suprimen el apetito, sugiere un nuevo estudio con ratones.
Los compuestos químicos de la marihuana, llamados cannabinoides, parecen trastocar la capacidad del cuerpo de controlar el apetito al influir sobre un grupo de células nerviosas llamadas neuronas proopiomelanocortina (POMC), informan los investigadores en la edición del 18 de febrero de la revista Nature.
Esas neuronas por lo general suprimen el apetito al liberar la hormona alfa estimulante de los melanocitos, o a-MSH (por su sigla en inglés), dijeron los investigadores. Esa hormona hace que una persona se sienta llena y satisfecha. Ha comido lo suficiente, y no necesita comer más.
Pero los cannabinoides hacen que las neuronas POMC funcionen al revés, y en vez de eso liberan una hormona que fomenta el hambre, dijo el autor líder, el Dr. Tamas Horvath, profesor de neurobiología y director del programa de señalización celular y neurobiología del metabolismo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
"Hallamos que normalmente cuando esas neuronas se activan, por ejemplo tras una comida, liberan una sustancia química que se sabe que propaga la saciedad", comentó Horvath. "Pero cuando se exponen esas células al cannabis, comienzan a liberar otra sustancia llamada beta endorfina, que es un opiáceo, lo que lleva a un mayor apetito".
Horvath asemejó el efecto de la marihuana sobre las neuronas POMC a "ponerle el freno al coche y que en vez de eso acelere".
Los hallazgos fueron sorprendentes porque los investigadores habían especulado que la marihuana provocaba hambre al apagar circuitos cerebrales relacionados con la supresión del apetito, señaló Horvath.
En vez de eso, hallaron que la marihuana en realidad estimula esos circuitos y les hace funcionar al contrario de su propósito usual al liberar una hormona que estimula el apetito.
"Nos sorprendió encontrar que las neuronas que pensábamos que eran responsables de desactivar la ingesta de alimentos de repente se activaban y fomentaban el hambre, incluso cuando se está lleno", dijo. "Engaña al sistema central de alimentación del cerebro".
Los investigadores realizaron este descubrimiento al exponer a ratones de laboratorio a una sustancia química específica diseñada para activar los mismos receptores que son afectados por los cannabinoides. Entonces, siguieron la reacción de las neuronas POMC, estudiando las señales eléctricas que emitían y usando microscópicos electrónicos para determinar qué hormonas eran liberadas como resultado de esas señales.
Aunque los científicos anotan que la investigación con animales con frecuencia no arroja resultados similares en los humanos, Horvath anticipa que la marihuana afecta al apetito humano de la misma forma.
"El mecanismo es tan sencillo y primitivo que es probable que aplique a los humanos", dijo.
Pero los autores reconocieron que la ingesta de comida relacionada con la marihuana es compleja, y que amerita una mayor exploración.
Los pacientes de cáncer podrían beneficiarse de esta investigación, dado que muchos batallan por comer lo suficiente como para permanecer sanos, apuntó Horvath. Tienden a perder el apetito debido al cáncer en sí o a la quimioterapia y la radioterapia.
"Si se les ofrece comida, les dan náuseas. En ese caso, parece que esas neuronas propagan una saciedad extrema", planteó. "Si eso se puede cambiar con los cannabinoides y aumentar el apetito, plantearía una inmensa diferencia en el resultado de esos pacientes".
Las hormonas beta endorfinas liberadas por las neuronas POMC bajo la influencia de la marihuana también podrían explicar por qué las personas se drogan con la marihuana, dijo Horvath. Añadió que, si es así, entonces las ganas de comer podrían estar vinculadas de forma inextricable con los efectos embriagantes de la marihuana.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Tamas Horvath, D.V.M., Ph.D., professor, neurobiology, and director, Yale School of Medicine, Program in Cell Signaling and Neurobiology of Metabolism; Feb. 18, 2015, Nature
HealthDay
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