La cromoterapia favorece la vuelta a la calma en personas con estallidos emocionales

Una sala de cromoterapia, instalada en el Colegio de Educación Especial San Rafael de Ganada, ayuda a controlar crisis emocionales a los alumnos favoreciendo un estado de relajación fisiológica para reducir el estrés. El objetivo es que la persona afectada pueda volver al estado de calma de la forma más rápida y armónica.

Carmen Cáceres Calle. Sevilla. | 28/03/2017 12:09

María José Sánchez Carrión, psicóloga del Colegio de Educación Especial San Rafael, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en Granada. (DM)

El Colegio de Educación Especial San Rafael de Granada, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, cuenta con una sala de cromoterapia para ayudar a equilibrar emociones a los alumnos. Se trata de un procedimiento novedoso para el control de crisis emocionales en personas con déficit en los componentes de autorregulación emocional que derivan en la presentación de estallidos emocionales, siendo su objetivo principal la prevención, interrupción y control de éstos. Consiste en un espacio blanco de 2 metros por 3, sin presencia de estímulos a excepción del combinado del paquete terapéutico del color, que produce un efecto de relajación a nivel fisiológico sin necesidad de la intervención de parámetros cognitivos y conductuales, que no siempre son posibles cuando una persona se encuentra bajo los efectos de un secuestro emocional con estallido emocional grave.

El niño entra en un espacio pequeño forrado de blanco donde recibe el efecto del programa de cromoterapia (uso de unos colores determinados para generar la relajación fisiológica). La duración de la estancia en la sala varía de 10 a 30 minutos, dependiendo del programa de control de estallido emocional o del programa preventivo diario para favorecer estados de autocontrol. Si el alumno se encuentra bajo los efectos de un estallido emocional, entrará solo en el espacio, ya que parte del efecto terapéutico consiste en eliminar los estímulos que están favoreciendo en el entorno el estallido emocional. Al entrar en el espacio de cromoterapia, el niño siente la experiencia de poder evitar por fin todos los estímulos que percibe como amenazantes y/o estresantes y así poder volver a un estado de calma, ya que es un espacio sin estímulos, a excepción de un puf, que le va a permitir tumbarse, estar sentado o buscar una postura que le haga sentirse tranquilo.

ColoresEl programa se lleva a cabo con un combinado de los tres colores que producen en el cuerpo humano una respuesta de tranquilidad y relajación. El azul es un color relajante; el verde, sedativo; y el violeta reduce los estados de angustia y rabia. "Nosotros trabajamos con los tres colores combinados para el programa de control emocional y sólo con el color azul para el programa de relajación del tono para personas con problemas motores. No descartamos, en un futuro, crear nuevos combinados de color para nuevos perfiles de usuarios", ha adelantado a Diario Médico María José Sánchez Carrión, psicóloga del centro.

"A través de unas condiciones estimulares programadas, -explica- reducimos la sobreexcitabilidad en niños o adultos con deficiente desarrollo de las funciones ejecutivas del córtex prefrontal y cuya consecuencia negativa es un cortocircuito en la regulación emocional". Con la sala de cromoterapia se logra reducir dicha sobreexcitabilidad a nivel fisiológico, favoreciendo un estado de calma y relajación que es difícil de conseguir a través de los medios educativos y terapéuticos habituales: control, estimulación del entorno y refuerzo negativo.

Parte del efecto terapéutico consiste en eliminar los estímulos que están favoreciendo en el entorno el estallido emocional

Objetivos
Este proyecto se puso en marcha en el curso 2012-2013 y surgió para dar respuesta a un alumno con trastorno de espectro autista y graves problemas de conducta, pero ha acabado convirtiéndose en un recurso educativo/terapéutico fundamental dentro del centro escolar. Su objetico principal es la prevención, interrupción y control de un estallido emocional grave cuyas consecuencias, en ocasiones, pueden derivar en situaciones peligrosas e incontrolables, como violencia del sujeto hacia sí mismo, hacia otros y/o hacia el mobiliario del recinto, lo que provoca estados altamente estresantes tanto en la persona que lo sufre como en sus cuidadores y resto de personal que lo presencia.

"Con este programa -comenta Sánchez- buscamos varias cosas: que cuando una persona sufra un estallido emocional pueda volver al estado de calma de forma más rápida y armónica; reducir los estados de estrés que, si se prolongan y mantienen en el tiempo, pueden tener efectos nocivos para la salud; mejorar el tono muscular regulándolo en alumnos con problemas motores y que no presentan problemas de conducta pero que a través del programa estimular, de la sala de cromoterapia, consiguen una relajación que favorece la regulación del tono; y dignificar el estado emocional de una persona que sufre cuando se encuentra bajo los efectos de un estallido emocional del que no sabe ni puede salir solo".

Usuarios
Los usuarios que pueden acceder a este programa pueden ser muy variados. El perfil es de un usuario de cualquier edad (niños y adultos) que presenten problemas de autorregulación emocional con trastornos de conducta grave; que padezcan problemas emocionales de ansiedad, tristeza, nerviosismo, tics e hiperactividad; personas con problemas motores de tipo distónico y/o alteraciones del tono; y alumnos con problemas en los procesos de aprendizaje de la atención y concentración.

Esta psicóloga afirma que "no hay límite de criterio de edad para participar en los programas de la sala de cromoterapia, ya que los beneficios que se derivan de ella son positivos en cualquier grupo de población y en cualquier rango de edad, porque sus efectos son inocuos y, por el contrario, favorecen estados de bienestar emocional". En definitiva, es un método de intervención emocional que facilita en cualquier sujeto que tenga desajustes emocionales conseguir un estado de bienestar a través del uso terapéutico del color, factor que favorece la intervención posterior con programas emocionales, sociales y educativo/terapéuticos, dependiendo del ámbito de intervención, el educativo o el clínico.

Beneficios
Los beneficios terapéuticos del espacio de la sala de cromoterapia es proporcionar y favorecer un estado de relajación fisiológica y reducir el estrés, favoreciendo el bienestar emocional de personas vulnerables al componente de autocontrol emocional que les impide poder desarrollar una vida normalizada. "Al ser un método pionero, tenemos como misión difundir la sala de cromoterapia, ya que sus beneficios deben ser conocidos en los posibles campos de intervención: centros escolares, unidades de Salud Mental, geriátricos y unidades de día, tanto dentro de la Orden Hospitalaria como en otros centros", ha destacado. De hecho, están en proceso de ejecución otras salas en centros de educación especial y unidades de día para personas con discapacidad intelectual.

Desde su puesta en marcha, se ha convertido en un recurso fundamental dentro del colegio pues la población atendida precisa de un espacio de estas características para aprender a autogestionar sus estados emocionales negativos (ansiedad, nerviosismo, tics nerviosos, etc.) o para cuando sufran un estallido emocional poder contar con un espacio que les ayude a volver a la calma de una forma más rápida y armónica, mejorando su calidad de vida y del propio personal que les atiende, al reducir sus estados alterados con un método menos desajustado y negativo que otras metodologías tradicionales.

Este espacio es muy demandado por los propios usuarios, "además, hemos conseguido ampliar el perfil de usuarios con nuevos enfoques, como el baño de color azul para personas con problemas motores, que favorece una relajación del tono; y otros programas para alumnos con problemas de hiperactividad que, tras recibir la sesión, se encuentran más receptivos al aprendizaje al estar más calmados". Actualmente, está siendo utilizado por un 40 por ciento de los alumnos del centro escolar y un 50 por ciento de los usuarios del centro de día para adultos.