Desarrollan un material para injertos de hueso a partir de espinas de erizos de mar
Las células y los nutrientes óseos son capaces de fluir a través de los poros y promover la formación de hueso, y posteriormente se degradaba con facilidad para ser reemplazado por el nuevo tejido
E.P. | 28 - Marzo - 2017 15:00 h.
Investigadores de la Academia China de Ciencias han utilizado espinas de erizo de mar para desarrollar un nuevo material degradable que sirva de injerto para tratar enfermedades o problemas en los huesos, que actualmente son el segundo tejido más trasplantado después de la sangre, según informa la revista 'ACS Applied Materials & Interfaces'.
Cuando se produce un problema óseo y hay que utilizar material de reemplazo los médicos tienen diferentes alternativas ya que éste puede proceder del propio paciente, de un donante o desarrollarse a través de otro compuesto natural o sintético.
Sin embargo, todos estos métodos tienen limitaciones ya que, por ejemplo, las biocerámicas actuales como la hidroxiapatita, que se han utilizado como armazones para muchos problemas óseos, suelen ser débiles y pueden resquebrajarse. Asimismo, también pueden desplazarse hasta tejidos blandos cercanos con el consiguiente riesgo de inflamación.
Estudios previos han demostrado que muchos materiales biológicos, como las espinas de erizo de mar, pueden ofrecer prometedores resultados para el hueso, dada su fuerza y porosidad, de ahí que los autores de este trabajo quisieran probar esta idea con más detalle.
Mediante una reacción hidrotérmica, los investigadores convirtieron las espinas de erizo de mar en andamios biodegradables de fosfato tricálcico sustituido con magnesio, manteniendo la estructura porosa original e interconectada de las espinas.
Y a diferencia de la hidroxiapatita, los injertos confeccionados a partir de este nuevo biomaterial se podían cortar y perforar para darles una forma y tamaño específico.
Los estudios realizados en modelos experimentales demostraron que las células y los nutrientes óseos eran capaces de fluir a través de los poros y promover la formación de hueso.
Además, el andamio se degradaba con facilidad para ser reemplazado por el nuevo tejido a medida que se iba desarrollando, de ahí que los investigadores confíen en que este hallazgo pueda inspirar el diseño de nuevos materiales ligeros para la reparación de los huesos.
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