REUNIÓN DE LA ASCO
Un anticuerpo biespecífico logra respuesta en tumores refractarios a la inmunoterapia
Un tratamiento nuevo ha demostrado ser capaz de desencadenar respuestas inmunes en tumores que son clásicamente resistentes a la inmunoterapia.
Karla Islas Pieck. Chicago | karla.islas@unidadeditorial.es | 05/06/2017 15:51
Javier Melero y Josep Tabernero, en Chicago. (Karla Islas)
La inmunoterapia es una de las líneas de investigación más esperanzadoras en oncología actualmente. Sin embargo, en algunos tumores -como el colorrectal- sólo funciona en un porcentaje muy modesto de enfermos. En concreto, los inhibidores de las proteínas PD1 y PDL1 sólo se han mostrado eficaces en alrededor de un 5 por ciento de estos pacientes.
Un grupo de investigadores, dirigidos por Josep Tabernero, director del Valle de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO) e Ignacio Melero, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Clínica Universidad de Navarra, han conseguido resultados positivos con una nueva estrategia, totalmente innovadora, que resuelve uno de los "puntos débiles" de la inmunoterapia.
Estos científicos explican que la mayoría de tumores colorrectales no tienen en su interior linfocitos T, por lo que no inducen la expresión de las proteínas PD1 y PDL1 -que actúan como un freno del sistema inmunitario- y es por eso que los actuales inhibidores no tienen efecto. Eso sucede en hasta un 70 por ciento del total de tumores sólidos.
Ahora, dos estudios fase I que evalúan la nueva inmunoterapia CEA-TCB, desarrollada por Roche, que se basa en una nueva molécula que se une a las células T y a las células tumorales simultáneamente. De esta manera, es capaz de atraer a los linfocitos al interior del tumor, desencadenando el proceso inmunitario y logrando respuesta a los antiPDL1. Los resultados se han presentado en la LIII Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), que se celebra estos días en Chicago (Estados Unidos) con la presencia de más de 30.000 especialistas
El anticuerpo CEA-TCB se ha estudiado en pacientes con tumores sólidos positivos al antígeno carcinoembrionario (CEA), la mayoría de ellos colorrectales metastásicos con estabilidad de microsatélites (EM) que sobreexpresan CEA y que progresaron tras recibir al menos dos regímenes previos con quimioterapia.
Por una cuestión regulatoria, este nuevo fármaco se probó primero en monoterapia y luego en combinación con atezolizumab -un anti PDL1- y en ambos casos ha mostrado actividad antitumoral, según explica Tabernero.
El estudio en monoterapia muestra que un 45 por ciento pacientes con cáncer colorrectal metastásico tratados con CEA-TCB con una dosis igual o superior a 60 mg lograron una respuesta parcial o estable de la enfermedad. Los resultados mejoraron de manera significativa al añadir atezolizumab a dosis activas del anticuerpo biespecífico, elevando la tasa de respuesta al 82 por ciento. "Es importante destacar que estamos hablando de tumores que sabemos con seguridad que en condiciones normales tienen un 0 por ciento de respuesta al atezolizumab sólo", comenta Tabernero.
Por su parte, Melero detalla que el fármaco CEA-TCB utiliza un nuevo diseño molecular de 2 a 1, es decir, que en uno de sus brazos se une al CEA de las células tumorales y el otro está diseñado para unirse simultáneamente al CD3 en células T y al CEA, lo que reduce las posibilidades de toxicidad, ya que tiende a unirse sólo a las células que sobreexpresan este antígeno y no a las células sanas, que tienen una menor concentración. "El artífice de esta molécula es el investigador Pablo Umaña, que ha conseguido una verdadera maravilla de la biotecnología".
Potencial en otros tumores
La nueva molécula se ha probado principalmente en cáncer colorrectal metastásico por dos motivos. Primero porque se trata de tumores que responden muy poco a la inmunoterapia actual y, segundo, porque sobreexpresan CEA. Pero los investigadores están convencidos de que está molécula tiene un gran potencial en otros tumores sólidos, especialmente en aquéllos que no presentan infiltrado linfocitario y que, por tanto, no responden a los antiPD1 y antiPDL1.
La nueva molécula se ha probado principalmente en cáncer colorrectal metastásico por dos motivos. Primero porque se trata de tumores que responden muy poco a la inmunoterapia actual y, segundo, porque sobreexpresan CEA. Pero los investigadores están convencidos de que está molécula tiene un gran potencial en otros tumores sólidos, especialmente en aquéllos que no presentan infiltrado linfocitario y que, por tanto, no responden a los antiPD1 y antiPDL1.
El estudio seguirá en marcha y entre sus próximos objetivos destaca el ajuste de la dosis para intentar minimizar la toxicidad. Aunque el perfil de seguridad del medicamento se considera bueno, se registraron algunos efectos adversos, principalmente los relacionados con la inflamación por el aumento de las citocinas.
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