sábado, 5 de agosto de 2017

Hidratarse y seguir la medicación, claves para controlar la fibrosis quística en verano - DiarioMedico.com

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MANTENERSE FRESCO RESULTA FUNDAMENTAL

Hidratarse y seguir la medicación, claves para controlar la fibrosis quística en verano

El tiempo libre asociado al verano es un factor determinante, para bien o para mal, en los pacientes con fibrosis quística. Cuestiones como olvidarse de cumplir los tratamientos o exponerse al sol en las horas centrales del día, pueden intensificar de forma severa los síntomas de la enfermedad.
Andrés García Esteban   |  04/08/2017 10:00
 
 

Fibrosis Quística Hospital 12O
Mª Carmen Luna, médico adjunto de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital 12 de Octubre. (DM)
Mª Carmen Luna es médico adjunto de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital 12 de Octubre. La patología en la que trabaja tiene en el verano una época determinante en el devenir del paciente durante el año, ya que los pacientes forman parte de un grupo de riesgo en el que la protección del calor por su parte es el elemento primordial para que no recrudezcan los síntomas de la enfermedad. Las deshidrataciones graves asociadas a bajos niveles de sal en sangre son el principal problema en esta época.
Según Luna, la temporada estival en los pacientes con fibrosis quística "afecta de igual manera que a otros pacientes con patologías crónicas, suele relajarse no solo el cumplimiento de los tratamientos, sino también otras medidas en las que insistimos mucho, como el ser metódico, el orden y la toma de las medicaciones. En principio, todo lo que indique un cambio en la rutina diaria afecta, sobre todo, a algunos pacientes que reciben muchísimas medicaciones diarias. En general, esta situación es el cambio de rutina que supone el período vacacional".
La hidratación se erige como la clave para preservar la patología controlada en épocas de tanto calor, ya que "estos pacientes tienen un mayor riesgo de deshidratación". La sal se convierte en la otra sustancia vital a la hora de sobrellevar la enfermedad no solo en verano. Sin embargo, el exceso de sudoración reduce los niveles tanto de sal, como de sodio o potasio y aportes de cloruro sódico en los más pequeños o simples aportes salados extra en las comidas pueden prevenir multitud de complicaciones en semanas vacacionales, cuando más difícil resulta tener los tratamientos controlados. Luna recomienda "alimentos que lleven una cantidad especial de sal, como frutos secos (fáciles de acompañar con líquidos), fruta o frutas disecadas".
Las bebidas energéticas parecían ser una fuente extra de nutrientes idóneos para los pacientes, sin embargo, algunas tienen diferentes composiciones de electrolitos que quizá no son del todo recomendables.

Principales recomendaciones

El ejercicio físico se antoja como "otra medicina para estos pacientes, siempre ajustándolo a cada uno". La única advertencia para juntar deporte y verano en personas con fibrosis quística es, al igual que en el resto de la población, no hacer deporte al aire libre en las horas con mayor temperatura. Actividades como el surf forman parte de las más recomendables para ser practicadas por pacientes en verano porque además, conlleva la convivencia en ambientes costeros, zonas que la Federación Española de Fibrosis Quística aconseja como lugar idóneo. De cara a sobrellevar la patología en verano, Luna recuerda que "la propia agua del mar tiene efectos beneficiosos en estos pacientes, ayudando a movilizar secreciones".
Por otro lado, los ambientes frescos son los recomendados para los pacientes en épocas de más calor para evitar así la sudoración, motivo por el que los aires acondicionados ofrecen claros beneficios para sobrellevar la fibrosis quística. Luna ha explicado así que "los aires acondicionados bien limpios, con un mantenimiento adecuado, no suponen un riesgo extraordinario. Es cierto que sobre este tema no hay nada demostrado aunque, convirtiéndose los espacios acondicionados en esa mejor temperatura frente a permanecer en el exterior, no está contraindicado en ningún caso".
Las alergias son otro factor que, de darse, puede empeorar los efectos de la patología en los pacientes. Ciertos pólenes todavía están presentes en verano, obligando a los pacientes a no solo evitar salir al exterior en los momentos de mayor polinización, sino también a llevar una mascarilla en caso de hacerlo y, evidentemente, seguir las medicaciones destinadas a la rinoconjuntivitis o para el asma alérgico.
Al tratarse de una enfermedad que afecta, mayoritariamente, a jóvenes, los campamentosresultan para ellos uno de los grandes entretenimientos del verano. Luna destaca que "si el paciente sigue las recomendaciones dadas por su especialista en cuanto al tratamiento, en cuanto a cumplir todas sus pautas, puede acudir a este tipo de actividades. Como siempre, en el campamento debe conocerse la patología que se padece, por si se llega a necesitar un tipo de actuación urgente. Lo que proponemos a nuestros pacientes es que tengan una vida lo más normal posible".

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