jueves, 13 de mayo de 2010

La microarquitectura ósea, base del abordaje osteoporótico :: Diariomedico.com


Bert Van Rietberger, Ralf Muller, Fulvia Toddei, Dieter Felsenberg, René Rizzoli y Marco Viceconti

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ESPAÑA
NO HAY QUE OLVIDAR LA RELACIÓN ENTRE FUERZA MUSCULAR Y CALIDAD ÓSEA
La microarquitectura ósea, base del abordaje osteoporótico

"La microarquitectura individual debe ser la base del abordaje, por lo que debemos determinar las propiedades mecánicas a escala orgánica", según ha dicho Bert Van Rietberger, de la Universidad de Eindhoven, en el Congreso Mundial de la Fundación Internacional de Osteoporosis.


José A. Plaza. Florencia - Viernes, 7 de Mayo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

Como sesión previa a la apertura del Congreso Mundial de la Fundación Internacional de Osteoporosis/ Europeo de Aspectos Clínicos y Económicos de la Osteoporosis (IOF/Ecceo), que se está desarrollando en Florencia (Italia), el proyecto Osteoporosis Humana Fisiológica y Virtual (Vphop) ha organizado un simposio en el que se ha analizado cómo la tecnología debe mejorar el diagnóstico de la osteoporosis y prevenir el riesgo de fractura. Conocer la microarquitectura ósea de cada paciente, no olvidar la relación entre fuerza muscular y calidad ósea y mejorar el conocimiento en torno a qué zonas son las más proclives a la fractura han sido algunos de los puntos claves tratados.

René Rizzoli, del Hospital de Ginebra, en Suiza, ha explicado en el simposio de la Vphop, celebrado en el marco del Congreso IOF/Ecceo 2010, que la capacidad para predecir la fractura es aún insuficiente, especialmente en las partes más susceptibles de sufrir este problema: "No se conocen las zonas en las que el riesgo es claramente mayor". Rizzoli, moderador de la sesión junto a Marco Viceconti, del Instituto Ortopédico Rizzoli, ha apuntado que el diagnóstico se centra en la fortaleza esqueletal, mientras que el riesgo de fractura es algo multifactorial, y ha asegurado que en cuestiones terapéuticas es "absolutamente necesario dar con soluciones dirigidas que actúen sobre los mecanismos patofisiológicos y sobre las zonas óseas más débiles".

El ejercicio ayuda de forma significativa puesto que puede mantener los huesos fuertes tanto a los 40 como a los 80 años de edad

Dieter Felsenberg, de la Universidad Charité de Berlín, en Alemania, cree que la clave se encuentra en discernir por qué ciertas personas sufren fracturas y otras no. Según ha explicado, perder fuerza muscular es equivalente a una mayor pérdida de masa ósea y a un mayor riesgo de fractura: "El hueso se adapta a la fuerza muscular, según se ha comprobado en diferentes estudios que comparan datos entre deportistas, mujeres sanas y mujeres osteoporóticas". En evitar la reducción de la masa muscular está la base para prevenir las fracturas, algo a lo que el ejercicio, "que puede mantener los huesos fuertes tanto a los 40 como a los 80 años", ayuda de forma significativa.

Como conclusión, ha apuntado que el riesgo de fractura está determinado por esta fuerza del hueso, "y no por la masa" y ha recomendado "atender, además de al músculo y al esqueleto, a los vasos sanguíneos, nervios y tendones".

Las nuevas tecnologías para predecir la fuerza ósea permitirán dar un paso al frente, pero será la creación de modelos orgánicos una de las bases futuras

Nuevos marcadores
Por su parte, Fulvia Toddei, también del Instituto Ortopédico Rizzoli, cree que la suma de las capacidades de la densitometría y los estudios epidemiológicos no es suficiente, y que se deben hallar nuevos marcadores. Las tecnologías modernas para predecir la fuerza ósea, entre las que se encuentran la tomografía computarizada, la densitometría en 3D y la estereodensitometría, permitirán dar un paso al frente, pero será la creación de modelos orgánicos una de las principales bases del futuro.

Esta opción, que ayudará a predecir fracturas con mayor precisión, cuenta aún con limitaciones: "Es invasiva, aporta excesiva radiación y ofrece datos incompletos sobre los modelos de niveles orgánicos personalizados". Además, por ahora es muy complicado simular qué sucece a escala tisular y estimular de forma directa los resultados terapéuticos.

Los modelos computarizados permitirán optimizar la reproducción sistemática de la arquitectura y formación ósea

En este sentido, Bert Van Rietberger, de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, en Holanda, sí confía en el desarrollo de modelos a escala tisular: "La microarquitectura individual de cada paciente debe ser la base del abordaje, por lo que debemos determinar las propiedades mecánicas a escala orgánica". Según ha explicado, simular los cambios que produce la osteoporosis y su tratamiento en esta microarquitectura ósea es el camino que se debe seguir.

Modelos computarizados
Ralf Muller, del Instituo para la Biomecánica ETH, de Zúrich, trabaja sobre una hipótesis original: "El desarrollo de modelos computarizados a gran escala permitirá optimizar la reproducción sistemática de la arquitectura y formación ósea, lo que facilitará a su vez la intervención farmacológica".

Llevar a cabo modelos de biopsias humanas y validarlos in vivo con modelos animales es una de las vías en investigación, ha asegurado Muller, para quien "alterar los parámetros celulares permitirá predecir qué fármacos son más útiles".

Finalmente, Viceconti ha afirmado que todos estos avances teóricos y tecnológicos deben traducirse pronto a lenguaje clínico. Viceconti se suma así a la opinión de Rizzoli y cree que averiguar qué zonas están en mayor riesgo de ruptura es una necesidad: "Predecir este riesgo requiere una visión absolutamente multifactorial". Dar forma a la personalización terapéutica y pronosticar los efectos del aumento preventivo intervencional son dos de los retos que se encuentran todavía pendientes.

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