Científicos advierten que unas dietas ricas en fructosa podrían dañar los hígados de algunas personas
Relacionan un mayor consumo de ese tipo de azúcar con un metabolismo y unas reservas energéticas alteradas
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_129389.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 12/17/2012) Traducido del inglés: martes, 18 de septiembre, 2012 El ácido úrico alto o hiperuricemia se relaciona con unos niveles más bajos de trifosfato de adenosina hepática (ATP, por su sigla en inglés), un compuesto que tiene que ver con la transferencia de la energía entre las células, explicaron en un comunicado de prensa científicos del Centro Médico de la Universidad de Duke.
Los investigadores, que publicaron su nuevo informe en la edición de septiembre de la revista Hepatology, anotaron que la reducción en la energía del hígado podía resultar en daño hepático entre los que tienen una afección metabólica conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico y los que están en riesgo de la afección. Enfatizaron que el público debe estar consciente de estos riesgos asociados con una dieta rica en fructosa.
"Hay una alarmante tendencia a unas mayores tasas de obesidad, diabetes tipo 2 y [enfermedad del hígado graso no alcohólico] en los EE. UU.", lamentó en un comunicado de prensa de la revista el autor líder, el Dr. Manal Abdelmalek. "Dado el aumento concurrente en el consumo de glucosa y las enfermedades metabólicas, debemos comprender del todo el impacto de una dieta rica en glucosa sobre la función y la enfermedad del hígado".
La fructosa es un azúcar simple que se halla en las frutas y las verduras. También se combina con glucosa para fabricar el jarabe de maíz rico en fructosa, un endulzante usado en muchas comidas preempaquetadas, como los cereales y los refrescos.
Los investigadores examinaron a casi 250 adultos obesos y diabéticos que participaban en el estudio Look AHEAD. Se pidió a los participantes que calcularan la cantidad de fructosa que consumían.
También se midieron los niveles de ATP y ácido úrico de más de cien pacientes que participaron en un segundo estudio. Los investigadores midieron la diferencia en el contenido de ATP del hígado entre los pacientes con un consumo bajo de fructosa (de menos de 15 gramos al día) con el de los que tenían un consumo alto de fructosa (de más de 15 gramos al día).
El estudio reveló que los participantes con un consumo dietario alto de fructosa tenían niveles más bajos de ATP en el hígado al inicio del estudio, y un cambio más significativo en el ATP tras una prueba de fructosa. Los investigadores también anotaron que los que tenían niveles altos de ácido úrico también tenían reservas más bajas de ATP tras una ingesta alta de fructosa.
Según sus hallazgos, los investigadores sugirieron que el ácido úrico, que es producido por la descomposición de sustancias alimentarias naturales conocidas como purinas, podría servir como un marcador de un mayor consumo de fructosa y unos niveles bajos de ATP en el hígado.
"Un consumo alto de fructosa y unos niveles elevados de ácido úrico se asocian con un agotamiento más grave de el ATP en el hígado", apuntó Abdelmalek en el comunicado de prensa. "Nuestros hallazgos sugieren que una mayor ingesta dietaria de glucosa podría afectar el 'equilibrio energético' del hígado. Se necesita más investigación para definir las implicaciones clínicas de estos hallazgos sobre el metabolismo y la enfermedad del hígado graso no alcohólico".
Aunque el estudio descubrió una asociación entre una dieta rica en fructosa y los riesgos hepáticos en algunas personas, no probó una relación causal.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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