SERVIRÁ DE BASE DEL ABORDAJE de la enfermedad
Del paradigma de los genes al de los genomas en el cáncer
Las claves moleculares del cáncer se buscan ahora a partir de grandes cantidades de datos, generadas de las secuenciaciones genómicas. Sobre este enfoque paradigmático y sus relaciones con el estudio del envejecimiento y las enfermedad raras ha disertado Carlos López-Otín.
Sonia Moreno | 05/09/2012 00:00
Del estudio de genes concretos al de los genomas: la investigación de enfermedades como el cáncer ha pasado de entusiasmarse por el hallazgo de un gen mutado a moverse entre las grandes cantidades que genera la secuenciación de genomas tumorales. Este es el cambio de paradigma que ha vivido el grupo de Carlos López-Otín, catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, y sobre ese recorrido, a lo largo de más de dos décadas, versa la conferencia plenaria Alberto Sols-Fundación BBVA, que el próximo viernes pronunciará en el congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (Sebbm), en Sevilla.
El grupo de López-Otín, junto al de Elías Campo, en el Hospital Clínico de Barcelona, iniciaron en 2010, dentro del Proyecto internacional de los Genomas del Cáncer, el estudio del genoma de 500 pacientes con leucemia linfática crónica. Esa línea de trabajo ha cristalizado ya en diversas publicaciones en revistas como Nature, Nature Genetics y The New England, donde se destacan, entre otros descubrimientos, que los genes SF3B1 y NOTCH1 se asocian con una progresión rápida de la enfermedad. De hecho, es la primera vez que SF3B1 se relaciona con un cáncer, y ahora el grupo del Clínico de Barcelona trabaja para entender cómo funciona.
También para las próximas semanas López-Otín ha anunciado nuevas publicaciones sobre sus trabajos en el envejecimiento biológico, en concreto sobre la posibilidad de extender la longevidad mediante componentes farmacológicos. A partir del estudio del envejecimiento biológico y su relación con el cáncer (la enfermedad de las células inmortales), López-Otín llega al síndrome de Hutchinson-Gilford, al que también ha hecho contribuciones claves con el desarrollo de modelos murinos que condujeron al hallazgo de las alteraciones genéticas implicadas.
Más interrelaciones, las que vertebran su exposición y que López-Otín maneja cuajadas de alusiones culturales: gracias al aprendizaje tecnológico que necesitaron para manejar las cantidades ingentes de datos del proyecto de los Genomas del Cáncer, pudieron determinar una nueva forma de progeria, la enfermedad de Néstor y Guillermo, una alteración que sólo sufren estos dos pacientes españoles.
El grupo de López-Otín, junto al de Elías Campo, en el Hospital Clínico de Barcelona, iniciaron en 2010, dentro del Proyecto internacional de los Genomas del Cáncer, el estudio del genoma de 500 pacientes con leucemia linfática crónica. Esa línea de trabajo ha cristalizado ya en diversas publicaciones en revistas como Nature, Nature Genetics y The New England, donde se destacan, entre otros descubrimientos, que los genes SF3B1 y NOTCH1 se asocian con una progresión rápida de la enfermedad. De hecho, es la primera vez que SF3B1 se relaciona con un cáncer, y ahora el grupo del Clínico de Barcelona trabaja para entender cómo funciona.
- En las próximas semanas se harán públicos nuevos datos del análisis de los genomas y exomas de los pacientes con leucemia linfática crónica
También para las próximas semanas López-Otín ha anunciado nuevas publicaciones sobre sus trabajos en el envejecimiento biológico, en concreto sobre la posibilidad de extender la longevidad mediante componentes farmacológicos. A partir del estudio del envejecimiento biológico y su relación con el cáncer (la enfermedad de las células inmortales), López-Otín llega al síndrome de Hutchinson-Gilford, al que también ha hecho contribuciones claves con el desarrollo de modelos murinos que condujeron al hallazgo de las alteraciones genéticas implicadas.
Más interrelaciones, las que vertebran su exposición y que López-Otín maneja cuajadas de alusiones culturales: gracias al aprendizaje tecnológico que necesitaron para manejar las cantidades ingentes de datos del proyecto de los Genomas del Cáncer, pudieron determinar una nueva forma de progeria, la enfermedad de Néstor y Guillermo, una alteración que sólo sufren estos dos pacientes españoles.
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