"El deporte suplementa la formación"

Unido al deporte desde joven, fue jugador del Real Madrid de baloncesto, médico de la Federación hasta los Juegos del 92 y de la FIBA, y es presidente del comité científico de Setrade.

Isabel Gallardo Ponce | 26/09/2012 00:00

Cristóbal Rodríguez, ex jugador del Real Madrid, lidera la Unidad de Traumatología del Deporte en el Hospital San Rafael, en Madrid. (José Luis Pindado)

¿Cuándo empezó a jugar al baloncesto?
-Empecé a los 13 ó 14 años en el Colegio La Salle de Tenerife. Posteriormente jugué en el Náutico de Tenerife, un equipo que militó en la División Nacional de Baloncesto. A raíz de unos campeonatos escolares me fichó el Real Madrid juvenil. Coincidía con que quería estudiar Medicina, pero no había facultad en Tenerife y para hacerlo había que estudiar el Preu en Madrid.
Y se vino a Madrid...
-Sí, me vine al Colegio de los Agustinos y jugaba en el equipo juvenil del Madrid. Al año siguiente empecé Medicina y con el primer equipo, donde estuve del 76 al 89, es decir, 13 años. Prácticamente coincidió con toda la carrera y residencia. Me retiré en el 89 cuando saqué una plaza de adjunto en Traumatología, que dirigía el profesor Palacios Carvajal, en el Ramón y Cajal,
¿Compatibilizarlo fue complicado?
-En aquella época era más fácil. De hecho, muchos compañeros del deporte, como Andrés Soriano, Juan Corbalán, Alfonso del Corral... estudiaron Medicina. La mayoría de los que coincidimos en el primer equipo tuvimos tiempo para hacer una carrera.
¿Hoy es más difícil?
-Seguramente sí porque las exigencias deportivas son muchísimo más grandes, igual que la cantidad de competiciones. Siempre le comento a la gente joven que el deporte no dura siempre. Es una vida muy corta y es importantísimo que tengan una formación paralela. La gente cree que son Raúl, Gasol, Nadal..., pero hay muchísimos atletas que acaban con 34, o se lesionan con 24, y no tienen nada. El deporte suplementa la formación.

Empecé jugando de pivot y me fui alejando de la canasta. Después fui alero, pasé al banquillo, a la grada y, por último, a la televisión

¿Cómo ha cambiado el entrenamiento?
-Mucho. No tiene que ver la preparación física de base que hacíamos con la que hacen los jóvenes que se inician en el deporte y el baloncesto. Por eso han aumentado el número de lesiones. En mi época era más la técnica que la preparación física y ahora en edades tempranas se abunda en la preparación física de base mientras se va dominando la técnica. Si ve un partido de baloncesto o de fútbol de nuestra época parece que jugábamos a cámara lenta.
¿Le influyó para elegir Traumatología el tiempo pasado en la cancha?
-Puede ser que la cercanía a las lesiones, vivir cerca de traumatólogos que nos trataban cuando nos lesionábamos..., pero no le puedo decir por qué me decanté, ya que en el último año de carrera estuve interno en la cátedra de Ginecología.
¿Sigue unido al deporte?
-Sí. No lo he abandonado. Mi mujer, Carolina Múgica, es una de las jugadoras que más veces ha sido internacional en baloncesto. Siempre digo que en el deporte empecé jugando de pivot, porque era alto en aquella época, y me fui alejando de la canasta. Después fui alero, pasé al banquillo, seguidamente a la grada y, por último, a la televisión.
¿Ya no juega nunca?
-Tenemos una asociación de jugadores veteranos del Madrid, que juegan mucho, pero a mí me da muchísimo miedo. Hace poco hemos jugado contra el equipo de veteranos de Estudiantes para recaudar fondos para el síndrome de Sanfilippo. Ahí me volví a poner de corto e intenté no lesionarme.
¿Le asusta?
-Sí. He visto lesiones importantes de compañeros. La mente sigue creyendo que tiene 20 ó 25 años, pero ni el cuerpo ni los ligamentos ni los músculos están así.