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Institutos Nacionales de la Salud
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La recesión obligó a realizar recortes en la atención de los niños con necesidades especiales, según un estudio
Algunas familias limitaron sus visitas al dentista y los medicamentos de los niños con problemas de salud crónicos
Traducido del inglés: miércoles, 5 de junio, 2013
El estudio, publicado en la edición de junio de la revista Health Affairs, usó una base de datos del gobierno de gran tamaño para realizar un seguimiento de los costos de desembolso de las familias con seguros de salud privados desde 2001 hasta 2009.
Los investigadores estaban particularmente interesados en el gasto realizado en los niños con necesidades de atención de la salud especiales.
"Se trata de niños que requieren servicios de salud o relacionados más allá de los requeridos normalmente por los niños", afirmó la investigadora líder Pinar Karaca-Mandic, profesora asistente de salud pública de la Universidad de Minnesota. "Un niño con asma entraría en esta categoría, por ejemplo. Y también un niño con depresión, TDAH o una limitación física".
Casi uno de cada cinco niños en Estados Unidos cumple con los criterios de necesidad de una atención de la salud especial. Los padres pagan aproximadamente el doble por la atención de los niños con necesidades especiales que por los niños que no tienen problemas continuos. Sus propios costos en la atención de la salud normalmente aumentan, ya que se enfrentan al estrés adicional de hacer de cuidadores.
En los años anteriores a la recesión, los gastos de desembolso aumentaron de manera constante para todos los miembros de la familia, tanto para los niños como para los adultos. Pero en 2007, la tendencia cambió.
Para los niños que normalmente estaban sanos, los gastos médicos aumentaron porque los planes de seguros se volvieron menos generosos y las familias pagaron una mayor parte de los gastos totales en atención médica. Los costos anuales de desembolso aumentaron, en promedio, de unos 280 dólares en 2007 a 310 dólares en 2009.
Pero para los niños con necesidades especiales y los adultos, los costos de desembolso en realidad se redujeron. Los adultos dejaron de gastar en su atención médica un promedio de 40 dólares si tenían hijos sin afecciones crónicas. En las familias con niños con necesidades especiales, los adultos redujeron sus propias facturas médicas un promedio de 65 dólares cada año de la recesión.
Los gastos en los niños con necesidades de atención de la salud especiales se redujeron todavía más, en alrededor de 73 dólares por año durante la recesión. Las familias gastaron un promedio de 774 dólares al año en la atención de los niños con necesidades especiales en 2007. Para el año 2009, esa cifra había disminuido hasta 626 dólares.
Considerándolo todo a la vez, los investigadores afirmaron que parecía que los padres limitaron los gastos en la atención para sí mismos a fin de poder pagar los servicios de sus hijos.
Pero cuando esos niños tenían enfermedades crónicas, incluso esos sacrificios no eran suficientes para aguantar los costos en aumento, y las familias empezaban a tomar decisiones difíciles sobre los tipos de atención de los que podrían prescindir.
"Examinamos qué tipos de servicios se vieron más afectados en cuanto al uso que hicieron de ellos", explicó Karaca-Mandic. "Vimos que los servicios como la atención dental y los medicamentos con receta fueron los más afectados".
La encuesta que usaron para realizar el estudio, denominada Encuesta de panel de gastos médicos (o MEPS, por su sigla en inglés), no registra los resultados de la salud, de manera que los investigadores no pudieron averiguar si la reducción de los gastos se tradujo en un nivel de salud más deficiente.
Una experta que no participó en la investigación elogió el estudio por ofrecer la primera comparación directa y a nivel nacional de los gastos de desembolso en los niños con y sin necesidades especiales de atención de la salud.
"Lo que estamos viendo es un ligero aumento en la prevalencia de los niños que tienen necesidades especiales de atención de salud y un aumento de la tendencia a la aparición de esos problemas de salud emocional, conductual y mental, lo que incluye casos como el autismo, [el trastorno por déficit de atención con hiperactividad], depresión y ansiedad", afirmó Christina Bethell, profesora de pediatría en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón. "Sabemos que esas son las áreas más flojas del sistema de atención de la salud".
"Nuestro sistema de atención para los niños no parece ser el óptimo, y las familias están pasándolo mal", afirmó Bethell, que también es directora de la Iniciativa de medición de la salud infantil y adolescente de la universidad.
Pero Bethell afirmó que no ha visto una reducción en los gastos de desembolso en niños con necesidades especiales de atención de la salud, incluso en los años de recesión. Pero dijo que podría deberse a que su estudio está realizando un seguimiento a unas medidas ligeramente distintas.
Comentó que lo que ambos estudios al parecer sí indicaban son los aprietos por los que pasan las familias de bajos ingresos con un seguro privado.
Muchas de las familias del estudio tenían ingresos bajos o medios. Más de un tercio tenían ingresos menores del 125 por ciento del umbral de pobreza federal, que era alrededor de 22,000 dólares para una familia de cuatro personas en 2009.
"Es a los que les va peor", indicó Bethell. "Necesitan tener un seguro público. La cobertura pública es mejor para las personas con bajos ingresos".
En 2014, esas familias podrían tener el seguro de Medicaid si viven en estados que se benefician de la financiación federal mediante la Ley de Atención Asequible para expandir sus programas. Bethell afirmó que el cambio podría aliviar la presión de las familias con bajos ingresos que tienen niños con necesidades especiales de atención de la salud.
"Van a haber muchas diferencias [de un estado a otro], en función de cuánta libertad tengan los estados", indicó. "Tendremos que seguirlo de cerca para verlo".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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