viernes, 28 de junio de 2013

El acceso a las innovaciones debe ser una prioridad de las administraciones, de los profesionales, de la industria y de los pacientes :: El Médico Interactivo ::

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El acceso a las innovaciones debe ser una prioridad de las administraciones, de los profesionales, de la industria y de los pacientes


Madrid (28/06/2013) - Ana Montero

Así lo han concluido los expertos en el marco de la Cátedra Lilly de Innovación y Valor del Medicamento, una jornada en la que se ha evidenciado que España ha pasado de ser uno de los países de la Unión Europea con el nivel de acceso a nuevos medicamentos más elevado a uno de los que más tarde los incorporan



La Cátedra Lilly-Universidad de Alcalá de Innovación y Valor del Medicamento ha celebrado la I edición de la “Escuela de Verano de Evaluación del Medicamento”, una iniciativa que pretende servir de foro para que expertos nacionales e internacionales analicen, debatan y extraigan conclusiones sobre los avances que se están produciendo en los distintos campos de la evaluación de medicamentos.
Así pues, uno de los temas, concretamente, las “Nuevas terapias de alto impacto”, se ha abordado desde diferentes perspectivas. Desde el punto de vista de la industria innovadora, Emili Esteve, director técnico de Farmaindustria, ha mostrado su “preocupación” ante la proliferación de medidas regionales, “algunas de ellas objeto de litigio en la esfera constitucional”, como ha matizado, que reinterpretan localmente las condiciones de acceso a los medicamentos al mercado, aprobadas por el Gobierno central, “hay una urgente necesidad de definir más nítidamente el reparto de competencias en materia de prestación farmacéutica”, ha añadido. Asimismo, ha insistido en que es el Gobierno quien debe ejercer la responsabilidad que tiene atribuida de coordinar el Sistema Nacional de Salud, preservando su cohesión territorial.
“Los medicamentos de alto impacto se desarrollan en todo el mundo y, todos los años, una veintena de nuevos productos, que son particularmente significativos en su contribución irrenunciable a la salud y a la calidad de vida de los pacientes, vendrán a llamar a nuestras puertas y tenemos que ver cómo podemos canalizarlos”, ha subrayado Esteve, quien también ha añadido que “si cada cual cumpliera con la parte que le corresponde dentro de la cadena, la industria farmacéutica podría depositar su confianza en el país, pero esto es difícil mientras el decisor no sea único”, ha concluido. Al hilo, el director técnico de Farmaindustria ha señalado que esta cuestión “está en vías de solución, por imperativo legal”, ya que, como se recoge en el BOE del 22 de junio de 2013, en la disposición adicional tercera, respecto al posicionamiento de medicamentos, “las actuaciones orientadas a establecer la posición de un medicamento en la prestación farmacéutica y su comparación con otras alternativas terapéuticas, tendrán una base científico-técnica común para todo el Sistema Nacional de Salud y se realizarán en el marco de los informes de posicionamiento terapéutico de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, y dichos documentos tendrán carácter vinculante”.

En este sentido, Esteve ha reclamado una “predictibilidad” que pasa necesariamente por establecer objetivos, “transparentes, equilibrados, realistas y para un horizonte temporal de al menos dos o tres años”, de evolución del gasto farmacéutico que, a su juicio, “no es el problema”. Además, como ha señalado, “el seguimiento de indicadores contrastados, nos ha de permitir monitorizar el gasto y, en su caso, establecer fórmulas de corrección”.

Por tanto, como ha recalcado, el acceso a las innovaciones debe ser una prioridad de las administraciones, de los profesionales, de la industria y de los pacientes, entre otras cosas porque, como ha matizado, el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos “es un claro reflejo del alcance y la calidad de la prestación sanitaria”. Al respecto, Esteve ha defendido que el discurso de denostar la innovación porque no aporta “está caduco, no se sostiene”, a lo que ha añadido que “si hay que recortar que sea con criterio, y garantizando la innovación”. “Hay dos puntos capitales para el sector, imprescindibles para poder garantizar el progreso de los indicadores en salud, como son la financiación de la innovación y las políticas de acceso a los nuevos medicamentos”, ha argumentado.
“Hemos pasado de ser uno de los países de la Unión Europea con el nivel de acceso a nuevos medicamentos más elevado a uno de los que más tarde los incorporan”, ha lamentado. Del mismo modo, Esteve ha señalado que la dispersión en el acceso entre comunidades autónomas “comienza a ser preocupante y va más allá de la lógica variabilidad clínica”, punto en el que han coincido otros expertos de la mesa, de hecho, como ha informado, algunas comunidades excluyen de facto fármacos de la prestación farmacéutica “invadiendo normas estatales”, como ha informado. “Las circunstancias económicas del país no pueden justificar retrasos ni barreras de acceso a las innovaciones, los ahorros deben buscarse en otros segmentos, no vamos a poder pagar todos los medicamentos de alto impacto si no buscamos un nuevo modelo”, ha explicado el experto, quien, además, ha añadido que es “imprescindible” reforzar las competencias del Ministerio de Sanidad en materia de prestación farmacéutica, impidiendo la exclusión de los medicamentos por parte de las comunidades autónomas, y establecer un sistema de evaluación de nuevos fármacos que les posicione en función de lo que aportan y asignarles así el precio de financiación.
Por su parte, desde el punto de vista de la administración sanitaria, Encarnación Cruz, subdirectora de
Compras de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, ha diferenciado entre “medicamentos de alto impacto” y “medicamentos de muy alto impacto”, para enfermedades ultra raras, o medicamentos “end of life”, que son aquellos que tienen un coste muy elevado, para indicaciones muy específicas, sin ensayos clínicos determinantes. Además, Cruz ha defendido que los medicamentos de alto impacto “suelen ser una alternativa eficiente en determinados tipos de pacientes”, a lo que ha añadido que se debe evolucionar desde un criterio de selección de tratamiento para una determinada patología hacia un criterio de selección de paciente candidato al tratamiento, “estos pacientes serán aquellos en los que la relación eficacia/riesgo/coste se haya maximizado”, ha subrayado la experta. En este punto, según Cruz, los informes de posicionamiento terapéutico juegan un papel fundamental.
En otro orden de cosas, la subdirectora de Compras de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud ha lamentado la poca evaluación de resultados y se ha referido al hecho de que no se suelen interrumpir los tratamientos que se demuestran inefectivos, “tendemos a prolongar tratamientos que está demostrado que no mejoran la calidad de vida de los pacientes”, ha señalado. Por último, la subdirectora de Compras de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud ha aseverado que “nuestras estructuras no están pensadas para la gestión de los productos de alto impacto”, y, en este sentido, como ha comentado, “los presupuestos no incrementan pero es necesario abordar la innovación, el reto de los gestores es gestionar el presupuesto que tenemos”.
En cuanto al punto de vista de una institución sanitaria, Federico Tutau, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Henares de Madrid, ha reconocido no tener la percepción de inequidad en cuanto a los tratamientos, ya que, como ha señalado, “no tengo duda de que los profesionales siempre ponen los mejores tratamientos, basados en la evidencia, la seguridad y el coste-oportunidad, sí me planteo si todos los tratamientos que salen al mercado son los mejores”. Además, ha manifestado que las comisiones de Farmacia y las guías farmacoterapéuticas de los hospitales “no son barreras, sino filtros que evitan que todo entre y se pueda producir un atasco o una ruptura del sistema, ayudan a que a cada paciente se le dé el mejor tratamiento posible”, a lo que ha añadido que “en las comisiones de Farmacia nos gustaría llegar más allá, pero los recursos son limitados”.
Del mismo modo, Tutau ha destacado que “la clave está en que las comisiones de Farmacia estén formadas por expertos en evaluación de medicamentos, ya que les ayudará a la hora te tomar decisiones, y que además se rijan bajo criterios de eficacia, seguridad y coste-efectividad a la hora de evaluar”.
Como retos, el jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Henares de Madrid se planteaba favorecer la creación de herramientas que permitan a los profesionales tomar decisiones más maduras, “evaluando nuestros propios resultados”, como ha expresado, en la línea de lo que defendía Encarnación Cruz; generar redes de conocimiento y compartir los esfuerzos que se hacen en los diferentes hospitales; y, por último, desinvertir en aquello que no es eficiente, “hay que analizar los tratamientos que están estandarizados pero que no son efectivos realmente”, ha concluido el experto, quien también se ha planteado la necesidad de determinar el valor real de los medicamentos y ha defendido que pagar en función de resultados y los acuerdos de riesgo compartido “son una apuesta interesante”.


Clínico y paciente
En otro orden de cosas, la perspectiva del clínico fue abordada por Ana Lluch, jefe de Servicio de Hematología y Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, quien ha defendido que la Medicina personalizada es el futuro. “Durante las tres últimas décadas hemos sido testigos de la época más productiva en el campo de la investigación oncológica, el abordaje del tratamiento del paciente con cáncer está experimentando una auténtica revolución gracias al lento, pero progresivo, trasvase de los conocimientos moleculares derivados de la investigación básica a la clínica”, ha argumentado la experta, quien, en esta línea, ha insistido en la importancia de la investigación clínica en todos los hospitales, “ya se ha acabado la época en la que a investigación básica se hacía en un laboratorio cerrado”, ha determinado.
Del mismo modo, Lluch ha subrayado que la Oncología no puede hacerse en hospitales en los que no se puede diagnosticar, “lo más importante es el abordaje y el conocimiento biológico de la enfermedad, luego vendrá el tratamiento que eso sí se puede hacer en cualquier centro”.
Por último, la percepción del paciente fue explicada por Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), quien lamentó los mensajes inadecuados de los responsables políticos, la inaccesibilidad de los sistemas sanitarios, la falta de información a los pacientes, los problemas en el acceso a la innovación y las desigualdades e inequidades que se producen en el acceso a los nuevos medicamentos, “en muchos sitios se está prohibiendo la utilización de ciertos fármacos”, ha apuntado, en contra de lo que han percibido algunos de los gestores sanitarios que han intervenido en la jornada. “Estamos pagando la crisis aquellos que no la hemos generado y que además no hemos pedido estar enfermos”, ha puntualizado Barragán quien, además, ha señalado que ante la posibilidad de crear en España una agencia como el NICE británico, “el NICE está para ahorrar dinero pero, aun con todo, lo que hacen es más transparente y honesto de lo que se hace aquí. Decir que no se pueden pagar los tratamientos cuesta votos”, ha señalado.
Por su parte, Jorge Mestre-Ferrandiz, director de la división de consultoría de Office of Health Economics (OHE), definió el concepto de innovación y de cómo trasformar la innovación en valor, “la innovación debe ser algo nuevo y debe aportar algo distinto, pero también debe existir la disponibilidad de pagar por ella”. Al hilo, el experto ha explicado las experiencias de algunos países que realizan evaluación económica de los medicamentos, concretamente, en Francia y Alemania, se pone énfasis en los requerimientos de evidencia y, en particular, en el uso de comparadores, o en Reino Unido, donde, una vez superada la evidencia, se da más importancia al valor social del medicamento. Además, Mestre-Ferrandiz ha comentado la existencia, en Reino Unido, de un fondo especial -de unas 200.000 libras al año- para los medicamentos oncológicos que el NICE considera que no son coste-efectivos, “es una decisión política que ha funcionado relativamente porque los pacientes no tenían claro cómo funcionaba, el problema es que el resto de los pacientes no oncológicos han protestado y que con el Value Based Pricing (VBP) se quiere suprimir ese fondo”, ha argumentado.
Por último, Beatriz González López Valcárcel, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha defendido que la innovación terapéutica y sostenibilidad del sistema, son compatibles, pero con “determinados cambios en las reglas del juego”, como ha puntualizado. Concretamente, hay que reinstitucionalizar las decisiones de cobertura no “bunkerizadas” en Sanidad, con el ejemplo de un Hispa-NICE o un NIWE (de sus siglas en inglés National Institute for Welfare Enhancement), para preservar el Estado del Bienestar mediante consensos liderados por agencias independientes que impidan a los gobiernos caer en la tentación del cortoplacismo electoral. También ha destacado la importancia de compartir riesgos para que “a todos interese que las innovaciones mejoren la salud de la población, la clave está en alinear incentivos para compatibilizar la innovación saludable y la sostenibilidad”, ha argumentando, “siendo conscientes del lugar que ocupamos en el mundo global”, tal y como ha añadido. Asimismo, González López Valcárcel ha propuesto bajar el ICER (ratio de coste-efectividad incremental) límite hasta que remontemos la crisis.

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