martes, 12 de noviembre de 2013

Cáncer, el compañero indeseado del VIH | Salud | EL MUNDO

Cáncer, el compañero indeseado del VIH | Salud | EL MUNDO


EPIDEMIOLOGÍA Más casos

Cáncer, el compañero indeseado del VIH

  • El riesgo de tumores malignos es cuatro veces mayor en seropositivos

  • En algunos tipos, como el cáncer anal, este riesgo se dispara a 25

  • En general, el pronóstico de estos pacientes no es peor que el del resto


Detalle de una célula infectada por el VIH.
Detalle de una célula infectada por el VIH. NIAID


Se llamaba Carlos Alberto Biendicho y era un conocido activista antiVIH, además de fundador de la Plataforma Popular Gay, un movimiento que defendía la defensa de los derechos de los homosexuales por parte del partido hoy en el Gobierno. Un buen día, cambió el tono en sus habituales mensajes a su lista de correo y, en lugar de denunciar una discriminación o anunciar un avance en la lucha contra el sida, explicó a sus conocidos que padecía un cáncer de pulmón. Los siguientes correos informaban detalladamente sobre la evolución del tratamiento. Hasta que un día no llegaron más. Biendicho falleció en noviembre de 2010, a los 55 años.
Es solo una muestra de una realidad que afecta a los pacientes seropositivos en mayor medida que a aquellos que no están infectados por el VIH: una mayor prevalencia de tumores clásicos y no asociados al sida, como eran los tipos de cáncer que se veían al principio de la pandemia, como el llamativo sarcoma de Kaposi, que estigmatizaba a los primeros pacientes de sida.
En la reciente sesión formativa Programa educacional sobre las comorbilidades más prevalentes del paciente VIH, diversos expertos han puesto de manifiesto lo que los estudios epidemiológicos llevan tiempo señalando: que el cáncer golpea más a los seropositivos y que, de hecho, es una de las principales causas de muerte y hospitalización en esta población.
El especialista del Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro de La Rioja, José Ramón Blanco, explica a ELMUNDO.ES que este aumentó se empezó a observar poco después de la llegada de la llamada terapia antirretroviral de alta eficacia (TARGA), que en 1996 consiguió que los seropositivos dejaran de ser condenados a muerte en vida. Pero hubo un metaanálisis publicado en 2007 en la revista The Lancet que puso en cifras la temida realidad. De 28 tipos de cáncer, 20 mostraban más incidencia en la población seropositiva. En total, el riesgo de tumores malignos era cuatro veces mayor, aunque en algunos tipos concretos, como el cáncer anal, se disparaba a 25.

Causas

Según Blanco, las causas son múltiples. En primer lugar, está el propio virus que "aunque no es cancerígeno, se sospecha que puede tener algunas proteínas que sí lo sean". Proteínas que harían al tejido más sensible a los agentes cancerígenos, como el tabaco. Pero además, está el propio estado inmunológico de los pacientes, aún con la carga viral controlada. "Nunca van a estar como una persona no infectada", comenta Blanco, que señala que "se habla más de la calidad que de la cantidad de las defensas".
El portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Luis de la Cruz, es también testigo de esta mayor incidencia de tumores entre los seropositivos. De hecho, son los servicios de Oncología de los hospitales los que, como ocurre con cualquier otro paciente, establecen el diagnóstico y tratamiento del cáncer en esta población. Eso sí, como resalta De la Cruz y coincide Blanco, se trabaja en coordinación estrecha con los infectólogos.
Lo primero que hace un oncólogo ante un seropositivo con cáncer es asegurarse de que sus defensas están en su mejor nivel. En ocasiones, la enfermedad se presenta cuando el afectado aún no está en tratamiento o, en el peor de los casos, cuando la infección no ha sido detectada.
"En algunos diagnósticos de cáncer se pide la prueba del VIH, por ejemplo en la mayoría de los linfomas y en carcinomas anales. También si coincide con otra infección", señala De la Cruz.
Una vez confirmado el diagnóstico y estabilizadas las defensas, el tratamiento es estándar. Porque la buena noticia, como resalta el especialista del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, es que "por tener VIH no se deja de recibir un tratamiento óptimo". Tampoco el pronóstico es peor, aunque sí se observa una mayor incidencia de algunos tipos de cáncer más agresivos, "que son los menos frecuentes", como ciertos tipos de linfoma.
"Padecer un cáncer en este contexto no implica que el pronóstico empeore", subraya De la Cruz. Eso sí, en el caso de que el paciente no esté en tratamiento antirretroviral en el momento del diagnóstico, el tratamiento podría demorarse hasta poner los CD4 a raya. "Eso podría suponer un problema en el caso de algunos linfomas agresivos, es algo que valoramos con los especialistas en infecciosas y, si no hay más remedio, se hace un balance beneficio riesgo y se empieza antes", comenta el oncólogo.
Una vez en marcha el tratamiento, hay que estar más vigilante antes las enfermedades oportunistas. "A veces hay que añadir profilaxis frente a este problema", subraya Blanco. En ocasiones, la TARGA que sigue el paciente puede cambiar. "Supeditamos nuestro tratamiento al del cáncer", comenta el especialista en infecciosas e insiste en que hay que evitar que se "sumen toxicidades".
En definitiva, los expertos ven esta mayor incidencia como algo preocupante pero controlable. Blanco cree que los seropositivos deben extraer algunas lecciones de estos datos, sobre todo en lo que se refiere a la importancia de la prevención. "Han de llevar un estilo de vida saludable, dejar de fumar si todavía lo hacen, acordarse de la protección solar y vacunarse frente a ciertos virus oncogénicos, como el papilomavirus y el de la hepatitis B", resume. Además, han de ser constantes con los cribados que se recomiendan a la población general.

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