sábado, 9 de noviembre de 2013

'En unas dos semanas intentaremos un embarazo en mujeres trasplantadas de útero' | Salud | EL MUNDO

'En unas dos semanas intentaremos un embarazo en mujeres trasplantadas de útero' | Salud | EL MUNDO

UNIVERSIDAD DE GOTEMBURGO

ENTREVISTA Mats Brännström

'En unas dos semanas intentaremos un embarazo en mujeres trasplantadas de útero'

  • Mats Brännström es el autor de los primeros trasplantes de útero

  • Ha trasplantado a nueve mujeres el útero de una madre o pariente

  • Anuncia que intentará el embarazo de estas pacientes en 15 días

  • No hablará de resultados hasta que los bebés hayan nacido

Mats Brännström está convencido de que, al contrario que Derya Sert, al menos una de las nueve mujeres que se han sometido a un trasplante de útero en el Hospital de Gotemburgo conseguirá ser madre en un futuro más o menos próximo. Es entonces y no antes, cuando se podrá hablar de éxito en este tipo de trasplante, según cuenta a EL MUNDO desde Valencia, donde participa en el III Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Preservación de la Fertilidad que, organizado por el IVI, se está celebrando en la ciudad del Turia.

¿A cuántas mujeres ha trasplantado un útero y cuál es su situación?
Hasta la fecha, hemos llevado a cabo nueve trasplantes a nueve receptoras. Las donantes han sido sus madres en cinco casos y otras parientes en otros cuatro. Están todas bien y de momento no hemos iniciado el procedimiento para intentar que se queden embarazadas, aunque tenemos planeado empezar a hacerlo muy pronto, en alrededor de dos semanas. Por cierto, quiero destacar que en cuatro de los trasplantes ha participado César Díaz, ginecólogo español del Hospital La Fe de Valencia.
¿Cree que en algún momento se utilizarán donantes cadáver?
Aunque utilizar donantes cadáver sería teóricamente bueno, porque evitaríamos tener que realizar una cirugía en otra paciente además de la receptora, creo que para nuestro estudio es mejor hacerlo con donantes vivas, porque además se trata de una cirugía complicada, que requiere de planificación y de un buen estudio del óvulo de las donantes para descartar, por ejemplo, que exista presencia del virus del papiloma humano (VPH), de miomas o hiperplasias. Además, otra ventaja de haber utilizado a donantes vivas, frente a lo que hicieron los médicos turcos que llevaron a cabo el primer trasplante de útero, es que sabemos que todas han tenido embarazos con éxito. Sin embargo, si la técnica se demuestra eficaz sí creo que en el futuro se utilizarán también donantes cadáver, aunque no en todos los casos. Podría ser como en los trasplantes de riñón.
La primera receptora de un trasplante de útero que quedó embarazada, Derya Sert, perdió su bebé, ¿supuso esto un mazazo para sus expectativas?
No. En primer lugar, porque la noticia positiva es que se consiguió el embarazo, lo que nos hizo muy felices. Nosotros somos conscientes de que el aborto es algo más común en personas con inmunosupresión, así que no es tan raro lo que pasó.
¿Qué harán ustedes diferente a sus colegas turcos si logran un embarazo?
Nosotros vamos a empezar el proceso en apenas dos semanas pero actuaremos de forma muy distinta. Yo considero que mis colegas de Turquía se precipitaron al anunciar el embarazo. En nuestro caso, solo lo anunciaremos cuando se produzca el parto, si es que tiene lugar. Además, en Turquía todo el mundo sabe quién es la receptora, mientras que nuestras nueve pacientes son anónimas y así van a seguir, porque creo que supone una presión añadida para la paciente el ser un personaje público.
¿Se puede decir que el trasplante de útero es ya un éxito?
No. Yo creo que se podrá hablar de éxito cuando nazca un niño sano de una paciente que se ha sometido a un trasplante de útero. Hay que tener en cuenta que este procedimiento ya se intentó antes de la fecundación in vitro en 1978 sin éxito y eso que se intentó durante muchos años. En cualquier caso, ya tenemos el manuscrito del artículo que explicará el procedimiento a los seis meses del primer trasplante, en el que contamos cómo fue la operación, la inmunosupresión que se ha dado a la paciente... creemos que se publicará en una revista de primera línea.
¿Qué le hizo contar con el apoyo de las autoridades de su país? En España no están muy favorables.
Yo no entiendo por qué se podría estar en contra de probar esta técnica experimental. En cualquier caso, a nosotros nos apoyan porque se trata de un procedimiento muy ensayado en animales (por lo menos igual que otros tipos de trasplantes) durante muchos años, porque responde a una necesidad terapéutica y porque se trata de un ensayo clínico muy bien diseñado, no de un solo caso para probar. Además, todas las operaciones se han llevado a cabo en un hospital público durante el fin de semana, cuando los quirófanos estaban cerrados y todo se ha financiado con donaciones privadas, al estado no le ha costado nada. Si el procedimiento resulta eficaz, entonces ya habrá que debatir cómo se financia, si lo pagan los padres o quién.
Teniendo en cuenta las dificultades del trasplante ¿no sería mejor abogar por la legalización de la utilización del vientre de alquiler?
En Suecia, como en España, no está permitido el uso de vientres de alquiler, aunque sabemos que las parejas que se lo pueden permitir van a India, Ucrania o EEUU a utilizar esta técnica. En cualquier caso, no tienen por qué ser alternativas. Hay mujeres que lo que quieren no es solo ser madres, sino experimentar el embarazo y dar a luz. Además, éticamente se plantea otro problema. El parto es posiblemente el mayor riesgo de salud que puede correr una mujer joven y, con el vientre de alquiler, ese riesgo lo corre otra mujer en lugar de una misma. Esto es algo que muchas religiones, por ejemplo, no aceptarían.
¿Cree usted que tendrá éxito y logrará que nazca un niño con este trasplante?
Sí. Yo tengo mucha confianza en el éxito de esta técnica, aunque soy realista, no creo que lo consigan todas, pero sí algunas.

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