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Milton
Al final de 2.007, empecé a darme cuenta de que la curva de mi abdomen estaba creciendo. No le presté mucha atención, pensando que podía ser algo debido a la edad. Unos meses después, una hinchazón cerca del ombligo reveló una hernia que creció muy rápidamente, así que en Junio fui a ver a un gastroenterólogo.
Escrito por miltontrezzafilho, published 1 día.
El médico se quedó más asombrado del tamaño de mi barriga que del de la hernia. Me preguntó si bebía mucho, pensando que se trataba de un problema de hígado que había provocado una acumulación de líquido en el abdomen. Me mandó una ecografía, que reveló la presencia de ascitis intensa y ninguna otra anomalía más.
En base a los resultados fui derivado a un hepatólogo, el cual no encontró nada nuevo, pero me recomendó someterme a una cirugía exploratoria para corregir la hernia. La intervención reveló una masa de tejido tumoral que tenía que ser sometido a un examen histológico. Se trataba de una enfermedad muy rara llamada Pseudomixoma Peritoneal.
En base a los resultados fui derivado a un hepatólogo, el cual no encontró nada nuevo, pero me recomendó someterme a una cirugía exploratoria para corregir la hernia. La intervención reveló una masa de tejido tumoral que tenía que ser sometido a un examen histológico. Se trataba de una enfermedad muy rara llamada Pseudomixoma Peritoneal.
Me enteré de que el cáncer fue causado por un tumor en el apéndice, que al romperse había difundido células cancerígenas por todo el abdomen, las cuales se habían ido implantando en la superficie de los órganos. Según el médico, una intervención de más de 10 horas eliminaría todos los tumores y las masas visibles. Tras la cirugía, me sometería a un “lavado” de quimioterapia de 90 minutos a 41º C, para destruir todos los posibles tumores microscópicos.
El médico también me dijo que su equipo había realizado alrededor de 100 intervenciones en 10 años, con una tasa de éxito similar a otros centros especializados de todo el mundo.
El médico también me dijo que su equipo había realizado alrededor de 100 intervenciones en 10 años, con una tasa de éxito similar a otros centros especializados de todo el mundo.
Me llevaron a quirófano a las 7 en punto de la mañana del 9 de Noviembre de 2.008, y a las 23 en punto me pasaron a la UCI, habiéndome quitado el bazo, el peritoneo, y la vesícula biliar. Afortunadamente, mi estómago, mi hígado, y mi intestino habían permanecido intactos y no estaban afectados por la enfermedad.
En total, me quedé ingresado 21 días, durante los cuales lo que más recuerdo son las alucinaciones y una gran flojera. Nunca tuve dolores ni otras infecciones secundarias, ni traumas u obstrucciones. A pesar de ser interrumpido constantemente por las medicaciones y las radiografías, conseguí hasta dormir bien en mi cama de hospital. Mis sistemas urinario y excretor muy pronto volvieron a funcionar casi de manera normal.
En total, me quedé ingresado 21 días, durante los cuales lo que más recuerdo son las alucinaciones y una gran flojera. Nunca tuve dolores ni otras infecciones secundarias, ni traumas u obstrucciones. A pesar de ser interrumpido constantemente por las medicaciones y las radiografías, conseguí hasta dormir bien en mi cama de hospital. Mis sistemas urinario y excretor muy pronto volvieron a funcionar casi de manera normal.
De vuelta a casa, me llevé 3 meses estando muy débil y perdí el sentido del gusto. La quimioterapia, a menudo, me causaba fatiga y me dejaba adormilada.
Pero en Abril ya había vuelto a hacer casi todas mis actividades, aunque me lo tomaba todo con más calma. Empecé a recuperar los 15 kg que había perdido, y poco a poco volví a recorrer distancias cada vez más largas. También volví a disfrutar de la comida y empecé a trabajar a tiempo parcial.
En Julio comencé a correr, algo que no había hecho nunca en mi vida. Quería cuidar mi cuerpo lo mejor posible y comer de manera sana.
Pero en Abril ya había vuelto a hacer casi todas mis actividades, aunque me lo tomaba todo con más calma. Empecé a recuperar los 15 kg que había perdido, y poco a poco volví a recorrer distancias cada vez más largas. También volví a disfrutar de la comida y empecé a trabajar a tiempo parcial.
En Julio comencé a correr, algo que no había hecho nunca en mi vida. Quería cuidar mi cuerpo lo mejor posible y comer de manera sana.
Durante el primer año me hicieron unos TAC y unas radiografías de pulmones, así como analíticas de sangre; primero cada tres meses, y luego ya cada seis.
A finales del 2.011 me hicieron la primera colonoscopia después de 3 años. Todas las pruebas salieron negativas.
A finales del 2.011 me hicieron la primera colonoscopia después de 3 años. Todas las pruebas salieron negativas.
Gracias a una buena dosis de suerte, y a unos médicos excelentes que me atendieron fenomenal, yo también he intentado aportar algo, cuidándome mucho, haciendo ejercicio, comiendo bien y conservando una actitud mental positiva, tomándome las cosas con menos estrés.
No creo que exista una fórmula mágica para estar bien, pero ahora me siento más activo, y participo en el ejercicio de sobrevivir, que es parte de la rutina diaria de todos los que padecemos esta enfermedad.
Creo, sobre todo, que mi caso, al igual que otros muchos, demuestra simplemente que hay esperanza y futuro también después de un diagnóstico de PMP.
Creo, sobre todo, que mi caso, al igual que otros muchos, demuestra simplemente que hay esperanza y futuro también después de un diagnóstico de PMP.
Escrito por miltontrezzafilho, published 1 día.
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