Las enfermedades de la hipófisis
Algunas son más frecuentes y conocidas, aunque otras suelen no ser identificadas por quienes las padecen o por médicos no especialistas. Por eso es importante recurrir a un equipo de Neuroendocrinología.
La hipófisis es una pequeña glándula que se encuentra ubicada en la base del cerebro, y junto con el hipotálamo conforma el centro de control del sistema endócrino.
Así, su tarea consiste en producir hormonas que regulan importantes funciones como por ejemplo el crecimiento y desarrollo en distintas etapas de la vida, la reproducción, la lactancia, el equilibrio del agua corporal, las respuestas al estrés y la regulación del metabolismo.
Por ende, cuando la glándula hipófisis está afectada (destrucción total o parcial), puede generar diversos trastornos que tienen que ver con la disminución en la secreción de diferentes hormonas, que gracias al tratamiento médico pueden ser sustituidas, encontrando soluciones al trastorno en cuestión.
Algunas de las enfermedades relacionadas con la hipófisis son patologías tan frecuentes como la hipertensión arterial, el sobrepeso u obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes, las alteraciones menstruales y el cansancio excesivo pueden ser causadas por alteraciones de la hipófisis.
Debido a la importancia de detectar e identificar éstas y otras patologías tempranamente, el Hospital Universitario Austral cuenta con un equipo de neuroendocrinología dedicado a la atención de pacientes con enfermedades de la glándula hipófisis.
Este equipo está a cargo de la Dra. María Isabel Sabaté y está conformado por las doctoras María Florencia Battistone y Luciana Soria.
“En cuanto a los adenomas hipofisarios son tumores de la mencionada glándula, en su mayoría benignos, que pueden liberar hormonas en cantidades excesivas o bien provocar destrucción de la hipófisis o compresión de los tejidos que la rodean. Esto suele suceder cuando los adenomas son de gran tamaño. En esos casos también pueden aparecer cefaleas y alteraciones visuales”, explicó la Dra. Sabaté.
“Por su parte, la enfermedad de Cushing se caracteriza por un exceso en la síntesis de cortisol, lo que aumenta los niveles de corticoides en el cuerpo. Este incremento es causado por un aumento en la liberación del factor estimulante de la glándula suprarrenal adrenocorticotrofina (ACTH), y puede manifestarse inicialmente con hipertensión arterial, sobrepeso, cambios en la distribución de la grasa corporal, y alteraciones de la glucemia o diabetes, entre otros síntomas”, agregó la especialista.
Los adenomas hipofisarios con exceso de secreción de hormona de crecimiento (GH) producen una enfermedad llamada acromegalia que se caracteriza por el aumento del tamaño de las manos y los pies.
En adultos se presenta con protuberancia de la frente, separación de los dientes, prognatismo, agrandamiento de órganos, cansancio, sudoración excesiva, disminución de la libido.
En niños y adolescentes la acromegalia se manifiesta por talla excesivamente alta y se denomina gigantismo. Debe sospecharse en pacientes jóvenes con estas características, y puede cursar con hipertensión arterial y diabetes. Afortunadamente su detección ha aumentado en el último tiempo llegando al diagnóstico en estadios más tempranos.
Para finalizar, vale destacar que otros signos como alteraciones menstruales, secreción láctea por las mamas fuera del período de lactancia, y en ambos sexos disminución en la libido e infertilidad, pueden ser causados por adenomas llamados prolactinomas.
“Para diagnosticar enfermedades de la hipófisis se evalúan signos y síntomas clínicos que puedan indicar la presencia de patología hipofisaria. Estudios complementarios bioquímicos y de imágenes complementan el diagnóstico”, completó Sabaté señalando además que el mencionado equipo brinda atención los días martes de 9 a 16 hs. en el tercer piso del HUA.
Contacto:
*Dra. María Isabel Sabaté Médica Endocrinóloga A cargo del Equipo de Hipófisis / Neuroendocrinología Hospital Universitario Austral
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario