PUBLICADO EN 'REPRODUCTIVE BIOLOGY AND ENDOCRINOLOGY'
La práctica deportiva intensa podría perjudicar la fertilidad masculina
JANO.ES · 14 marzo 2019 00:00
Un estudio de la Universidad de Córdoba revela así la correlación negativa entre el exceso de ejercicio físico y la salud reproductiva de los hombres.
El tabaco, una alimentación poco saludable, la contaminación o el consumo de drogas recreativas son enemigos bien conocidos de la salud reproductiva, pero ¿y el deporte? La investigadora del Departamento de Ciencias Morfológicas de la Universidad de Córdoba, Diana Vaamonde, ha realizado una serie de estudios en los que se reflexiona sobre los potenciales efectos negativos que el ejercicio físico puede tener sobre la fertilidad masculina. La intención es poner en el punto de mira estas contraindicaciones a la hora de establecer hábitos de vida que no pongan en riesgo la tasa de natalidad.
Tras el estudio de individuos en los que el volumen e intensidad del entrenamiento son elevados, el trabajo muestra que cuanto más altos son estos indicadores peor es la calidad del semen. Esto se traduce en un semen que, si bien no desciende considerablemente en número de espermatozoides, tiene una menor velocidad y morfología espermática y defectos en el ADN (se ve un mayor índice de fragmentación del ADN espermático en atletas de élite).
La alteración de la tasa hormonal testosterona –el cortisol, principal hormona relacionada con el estrés– revela una posible reducción de la testosterona endógena como resultado de una alteración del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal (HPG) o un aumento del cortisol.
Un eje HPG alterado puede indicar la existencia de un hipogonadismo (alteración de la funcionalidad testicular normal) que afecta al potencial reproductivo. El estrés que causa la competición o la dependencia de unos resultados deportivos para mantener una beca de estudios o una sensible mejora económica, aumenta los niveles de cortisol interfiriendo con el eje HPPG. Más aun, como consecuencia de la práctica de ejercicio físico excesiva se producen especies reactivas de oxígeno que si no se contrarrestan derivan en un elevado estado de estrés oxidativo. Este hecho que también se ha documentado altera la funcionalidad gonadal y las células del linaje espermático, sobre todo la integridad del ADN.
El dopaje es otro de los elementos que revierte directamente los niveles hormonales. En atletas de élite, además de una carga alta de ejercicio se producen con demasiada frecuencia casos de dopaje que enfatizan los problemas de infertilidad. En determinadas disciplinas, como las que dependen de la fuerza, la necesidad de aumentar la masa muscular y el rendimiento lleva a algunos deportistas a incluir testosterona exógena (a través de esteroides androgénicos-anabolizantes) entre sus hábitos, que acaba afectando a la secreción normal de la hormona.
Por último, en la revisión de potenciales efectos negativos sobre la fertilidad los deportistas, aparece la disfunción eréctil que se ve más extendida entre ciclistas y profesionales de la hípica debido a la compresión de diversas estructuras como arterias, venas y nervios de la zona pélvica.
Tras el estudio de individuos en los que el volumen e intensidad del entrenamiento son elevados, el trabajo muestra que cuanto más altos son estos indicadores peor es la calidad del semen. Esto se traduce en un semen que, si bien no desciende considerablemente en número de espermatozoides, tiene una menor velocidad y morfología espermática y defectos en el ADN (se ve un mayor índice de fragmentación del ADN espermático en atletas de élite).
La alteración de la tasa hormonal testosterona –el cortisol, principal hormona relacionada con el estrés– revela una posible reducción de la testosterona endógena como resultado de una alteración del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal (HPG) o un aumento del cortisol.
Un eje HPG alterado puede indicar la existencia de un hipogonadismo (alteración de la funcionalidad testicular normal) que afecta al potencial reproductivo. El estrés que causa la competición o la dependencia de unos resultados deportivos para mantener una beca de estudios o una sensible mejora económica, aumenta los niveles de cortisol interfiriendo con el eje HPPG. Más aun, como consecuencia de la práctica de ejercicio físico excesiva se producen especies reactivas de oxígeno que si no se contrarrestan derivan en un elevado estado de estrés oxidativo. Este hecho que también se ha documentado altera la funcionalidad gonadal y las células del linaje espermático, sobre todo la integridad del ADN.
El dopaje es otro de los elementos que revierte directamente los niveles hormonales. En atletas de élite, además de una carga alta de ejercicio se producen con demasiada frecuencia casos de dopaje que enfatizan los problemas de infertilidad. En determinadas disciplinas, como las que dependen de la fuerza, la necesidad de aumentar la masa muscular y el rendimiento lleva a algunos deportistas a incluir testosterona exógena (a través de esteroides androgénicos-anabolizantes) entre sus hábitos, que acaba afectando a la secreción normal de la hormona.
Por último, en la revisión de potenciales efectos negativos sobre la fertilidad los deportistas, aparece la disfunción eréctil que se ve más extendida entre ciclistas y profesionales de la hípica debido a la compresión de diversas estructuras como arterias, venas y nervios de la zona pélvica.
¿Medallas o descendencia?
Según los investigadores, el deporte es beneficioso para la salud, pero en su justa medida. Si bien estas alteraciones son más comunes en los deportistas de élite, la alta participación en eventos deportivos de la que se goza hoy día también provoca que el público general se someta a intensas cargas de entrenamiento para enfrentarse a retos como maratones, triatlones u otras competiciones deportivas. Afrontar a estas situaciones sin ayuda de profesionales o sin la información necesaria puede tener consecuencias, aunque sean transitorias.
Pautas de entrenamiento adecuadas, recuperaciones funcionales entre sesión y sesión e información del riesgo potencial que implica este estilo de vida, se tornan necesarias para que la sociedad entienda el deporte desde todas sus vertientes.
Según los investigadores, el deporte es beneficioso para la salud, pero en su justa medida. Si bien estas alteraciones son más comunes en los deportistas de élite, la alta participación en eventos deportivos de la que se goza hoy día también provoca que el público general se someta a intensas cargas de entrenamiento para enfrentarse a retos como maratones, triatlones u otras competiciones deportivas. Afrontar a estas situaciones sin ayuda de profesionales o sin la información necesaria puede tener consecuencias, aunque sean transitorias.
Pautas de entrenamiento adecuadas, recuperaciones funcionales entre sesión y sesión e información del riesgo potencial que implica este estilo de vida, se tornan necesarias para que la sociedad entienda el deporte desde todas sus vertientes.
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