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El método Halliwick se usa para tratar a pacientes con enfermedades neurológicas, según los expertos

Redacción

La Universidad Europea de Madrid ha acogido un curso sobre esta técnica que empezó ayudando a nadar y a ser más independientes en el agua a personas con problemas físicos pero ha evolucionado hasta llegar a tratar a niños y adultos con enfermedades neurológicas


Madrid (11-2-10).- Basado en los principios de hidrostática, hidrodinámica y termodinámica y en las reacciones del cuerpo humano inmerso en el agua, el método Halliwick “potencia las habilidades de los pacientes en el agua, mejorando sus movimientos, su esquema corporal y su equilibrio”, según ha aclarado María Dolores Mazoteras, profesora de Fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid y del Curso de Postgrado de Fisioterapia en el Agua y Balneoterapia en el módulo de Halliwick celebrado este fin de semana en la Universidad Europea de Madrid.

Poco a poco se va ampliando el perfil de las personas que pueden ser beneficiarias de esta terapia, desde enfermos con patologías neurológicas, distonías o parálisis cerebral hasta enfermos con deficiencias mentales y personas con falta de equilibrio.

Respecto a los pacientes con patologías neurológicas, bien sean adultos o niños, Mazoteras destaca que “la actividad física en tierra puede resultar muy difícil. En el agua, sin embargo, se anula la acción de la gravedad, lo que facilita que los ejercicios se realicen de forma más fácil. Además, la presión hidrostática envuelve el cuerpo del paciente, despertando a todos sus receptores, con la consiguiente mejora en la percepción corporal”.

Desde que este método de natación se desarrollase en 1949 por James McMillan en la Escuela Halliwick de Londres ha ido mejorando sus principios hasta convertirse en una terapia de rehabilitación y la Red Internacional de Terapia Halliwick se ha convertido en miembro de la Fundación Internacional de Terapia Acuática.

Curar jugando
El método Halliwick cuenta con un factor lúdico muy importante ya que como cuenta la profesora Mazoteras “todos los ejercicios que se plantean se hacen mediante juegos, algo que es esencial para que los niños lo realicen”; además, los pacientes “ven que en el agua pueden estar al mismo nivel que el resto y ganan confianza, mejoran su autoestima y no sienten que están realizando rehabilitación”.