miércoles, 3 de febrero de 2010

SÍNDROME DE BARRETT: Los peligros de la acidez y el reflujo


Luis Vázquez

Diariomedico.com
ESPAÑA
SÍNDROME DE BARRETT
Los peligros de la acidez y el reflujo
Cuando se come el alimento pasa desde la garganta al estómago a través del esófago. Una vez allí, un anillo de músculos impide la vuelta atrás.


Laura D. Ródenas - Miércoles, 3 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. El principal problema es la progresión de la metaplasia a adenocarcinoma, al producirse un cúmulo de alteraciones en las células de la zona

Cuando esto no sucede, el ácido gástrico puede filtrarse de regreso hacia el esófago, dando lugar a lo que se conoce como reflujo gastroesofágico (RGE), lo que a su vez puede irritar el revestimiento del esófago y provocar el síndrome de Barret, una metaplasia resultado de lesiones por exposición al ácido estomacal o por esofagitis de reflujo.

La definición clásica habla de un reemplazamiento del epitelio escamoso normal del esófago distal por epitelio intestinal columnar especializado. Pero ¿cuál es el paciente tipo? "La aparición de este trastorno se asocia al RGE, de tal manera que el 10 por ciento de los afectados por reflujo gastroesofágico crónico desarrollarán esófago de Barrett", contesta Luis Vázquez Pedreño, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Carlos Haya, de Málaga. Por otra parte -agrega-, "se han descrito factores de riesgo como el sexo masculino, la raza blanca y mediana edad, además de otros ambientales, como el consumo de tabaco".

De este modo, se sospechará esófago de Barrett en todo paciente con RGE crónico y edad superior a los 55 años, especialmente cuando los síntomas son de larga evolución, el paciente refiere síntomas nocturnos o persistencia de ellos a pesar del tratamiento o cuando ha presentado complicaciones como esofagitis, úlceras esofágicas o episodios de sangrado.

El síndrome en sí mismo no cursa con sintomatología salvo en estadios muy avanzados. En este sentido, los inconvenientes proceden fundamentalmente del reflujo de ácido, "que se caracteriza por la presencia de pirosis o ardor retroesternal tras la ingesta, a veces con sensación de nudo en epigastrio o episodios de regurgitación de alimentos", añade el experto. También es posible que se desencadenen síntomas como dolor torácico, afonía o tos crónica inexplicable.

Para confirmar el diagnóstico será necesaria la realización de una endoscopia digestiva alta con toma de biopsias de la mucosa esofágica. De darse un resultado positivo, el "primer paso será la aprobación de estilos de vida y hábitos dietéticos saludables y, si es preciso, antiácidos, bloqueadores de los receptores H2 de la histamina y fármacos antisecretores, como los inhibidores de la bomba de protones, que tienen por objeto eliminar o reducir el reflujo gastroesofágico evitando así la aparición de la metaplasia intestinal", afirma Vázquez Pedreño.

Complicaciones asociadas
El síndrome de Barrett se considera un trastorno pre-maligno, una condición que evoluciona a cáncer con una frecuencia entre 30 y 40 veces por encima de las estadísticas que presenta la población normal. Así, "el principal problema del esófago de Barrett es la progresión de la metaplasia intestinal a displasia de bajo grado (DBG), displasia de alto grado (DAG) y adenocarcinoma (ADC), al producirse un cúmulo de mutaciones genéticas y otras alteraciones en estas células", puntualiza Vázquez Pedreño. Y cuantifica que "el índice anual de desarrollo de DBG, DAG y ADC es de 4, de 1 y de 0,5 por ciento, respectivamente, razón por la que los pacientes con este síndrome precisarán de un seguimiento periódico con toma de biopsias".

Si las pruebas muestran displasia puede recurrirse a procedimientos que eliminan el tejido dañino en el esófago, donde el cáncer tiene mayor probabilidad de desarrollarse. Es el caso de la terapia fotodinámica, una técnica que implica el uso de un dispositivo láser, llamado globo esofágico, junto a un medicamento llamado Photofrin. Hay profesionales que abogan, del mismo modo, por el uso de diferentes tipos de alta energía para destruir el tejido precanceroso; y, en última instancia, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico (esofagectomía). "Los pacientes deben remitirse a centros experimentados en este tipo de intervención para reducir la mortalidad asociada a la operación, cuya tasa ronda el 5 por ciento en centros con gran volumen", precisa Vázquez Pedreño.


CUADRO CLÍNICO

El síndrome de Barrett no es causa en sí de una sintomatología concreta. Sin embargo, el reflujo que lo ocasiona se asocia con síntomas de acidez gástrica de larga duración. Esta sensación de ardor, que puede ir acompañada de una salivación excesiva, tiende a presentarse después de las comidas o cuando la persona se recuesta. Es posible, asimismo, que el paciente sufra disfagia y, en consecuencia, pierda peso (aunque también puede ganarlo), así como que padezca regurgitación y sienta dolor retroesternal.

PREVENCIÓN
A título preventivo, conviene evitar el consumo de tabaco y alcohol así como prevenir la obesidad realizando ejercicio. "Es importante llevar una dieta equilibrada disminuyendo la ingesta de fritos, picantes, especias y café y aumentando el consumo de frutas, verduras y pescados", apunta Vazquez Pedreño. Se recomienda también realizar cinco comidas al día y cenar dos horas antes de acostarse.

CENTRO DE REFERENCIA
En España, el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, dispone de una unidad que sigue la evolución de estos pacientes.

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