Las mamografías antes de los 30 años pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama
(11/09/2012) - E.P.
Algunos países han llegado a recomendar que las mujeres eviten recibir radiación diagnóstica antes de esa edad
Las mujeres con una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 que han recibido radiación diagnóstica en la zona, antes de los 30 años, tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que aquellas que portan la mutación del gen pero que no han sido expuestas, según un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ).
El BMJ ya había publicado un comentario, advirtiendo que una organización benéfica del cáncer de mama había usado estadísticas engañosas para persuadir a las mujeres a someterse a una mamografía, concluyendo que las organizaciones no deben generar falsas esperanzas y que las mujeres necesitan y merecen hechos, en su lugar.
La exposición a la radiación es un factor de riesgo establecido para el cáncer de mama en la población general. Algunos estudios han sugerido que las mujeres con una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 pueden ser más sensibles a la radiación, debido a que estos genes están implicados en la reparación de roturas de ADN que pueden ser causadas por la radiación.
El beneficio de las mamografías en mujeres jóvenes portadoras de las mutaciones podría, por lo tanto, no compensar el riesgo de la radiación. Algunos países han llegado incluso a recomendar que las mujeres eviten las mamografías antes de los 30 años, pero los resultados de los estudios hasta ahora han sido inconsistentes.
En un nuevo estudio, científicos del Instituto del Cáncer de Holanda, estudiaron a 1.993 mujeres portadoras de mutaciones en BRCA1 y BRCA 2 de los Países Bajos, Francia y el Reino Unido, entre 2006 y 2009, con el fin de averiguar si las variaciones en el ADN aumentan el riesgo de cáncer de mama inducido por radiación.
Las mujeres aportaron información sobre la exposición a los rayos X o la mamografía, la edad de la primera exposición, el número de exposiciones antes de los 20 años, a la edad de 20, 29, 30 y 39 años, y la edad de la última exposición.
Los resultados mostraron que el 43 por ciento (848) de las 1.993 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama. Un 48 por ciento (926) reportó no haberse hecho nunca una radiografía y el 33 por ciento (637) una mamografía. La edad promedio del primer mamograma fue de 29 años. Una historia de exposición a la radiación de diagnóstico entre los 20 y los 29 años aumentó el riesgo de cáncer de mama en un 43 por ciento, y cualquier exposición antes de los 20 años aumentó el riesgo en un 62 por ciento. Por otro lado, no se encontró asociación entre el cáncer de mama y las exposiciones entre los 30 y los 39 años.
Por cada 100 portadoras de mutaciones en BRCA1 y BRCA 2 de 30 años de edad, nueve habían desarrollado cáncer de mama a la edad de 40 años, y el número de casos aumentaba en cinco si se habían realizado una mamografía antes de los 30 años. Los autores señalan, sin embargo, que esta estimación debe ser interpretada con cautela porque en el estudio había pocas mujeres con cáncer de mama que se hubiesen hecho una mamografía antes de los 30 años.
Los autores concluyen que la exposición a la radiación de diagnóstico antes de los 30 años se asoció con un riesgo aumentado de cáncer de mama en las portadoras de las mutaciones. Sin embargo, se necesitan mayores estudios para determinar si esta diferencia existe en realidad. Los autores recomiendan las técnicas de imagen no ionizantes, como la resonancia magnética, a las portadoras de mutaciones.
El BMJ ya había publicado un comentario, advirtiendo que una organización benéfica del cáncer de mama había usado estadísticas engañosas para persuadir a las mujeres a someterse a una mamografía, concluyendo que las organizaciones no deben generar falsas esperanzas y que las mujeres necesitan y merecen hechos, en su lugar.
La exposición a la radiación es un factor de riesgo establecido para el cáncer de mama en la población general. Algunos estudios han sugerido que las mujeres con una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 pueden ser más sensibles a la radiación, debido a que estos genes están implicados en la reparación de roturas de ADN que pueden ser causadas por la radiación.
El beneficio de las mamografías en mujeres jóvenes portadoras de las mutaciones podría, por lo tanto, no compensar el riesgo de la radiación. Algunos países han llegado incluso a recomendar que las mujeres eviten las mamografías antes de los 30 años, pero los resultados de los estudios hasta ahora han sido inconsistentes.
En un nuevo estudio, científicos del Instituto del Cáncer de Holanda, estudiaron a 1.993 mujeres portadoras de mutaciones en BRCA1 y BRCA 2 de los Países Bajos, Francia y el Reino Unido, entre 2006 y 2009, con el fin de averiguar si las variaciones en el ADN aumentan el riesgo de cáncer de mama inducido por radiación.
Las mujeres aportaron información sobre la exposición a los rayos X o la mamografía, la edad de la primera exposición, el número de exposiciones antes de los 20 años, a la edad de 20, 29, 30 y 39 años, y la edad de la última exposición.
Los resultados mostraron que el 43 por ciento (848) de las 1.993 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama. Un 48 por ciento (926) reportó no haberse hecho nunca una radiografía y el 33 por ciento (637) una mamografía. La edad promedio del primer mamograma fue de 29 años. Una historia de exposición a la radiación de diagnóstico entre los 20 y los 29 años aumentó el riesgo de cáncer de mama en un 43 por ciento, y cualquier exposición antes de los 20 años aumentó el riesgo en un 62 por ciento. Por otro lado, no se encontró asociación entre el cáncer de mama y las exposiciones entre los 30 y los 39 años.
Por cada 100 portadoras de mutaciones en BRCA1 y BRCA 2 de 30 años de edad, nueve habían desarrollado cáncer de mama a la edad de 40 años, y el número de casos aumentaba en cinco si se habían realizado una mamografía antes de los 30 años. Los autores señalan, sin embargo, que esta estimación debe ser interpretada con cautela porque en el estudio había pocas mujeres con cáncer de mama que se hubiesen hecho una mamografía antes de los 30 años.
Los autores concluyen que la exposición a la radiación de diagnóstico antes de los 30 años se asoció con un riesgo aumentado de cáncer de mama en las portadoras de las mutaciones. Sin embargo, se necesitan mayores estudios para determinar si esta diferencia existe en realidad. Los autores recomiendan las técnicas de imagen no ionizantes, como la resonancia magnética, a las portadoras de mutaciones.
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