miércoles, 20 de noviembre de 2013

El empleo precario retrasa la maternidad | Salud | EL MUNDO

El empleo precario retrasa la maternidad | Salud | EL MUNDO

AUSTRALIAMadres después de los 35
Una madre sostiene a un recién nacido sobre su hombro
En España se ha estudiado sobre todo el efecto del desempleo

El empleo precario retrasa la maternidad

  • Por cada año de trabajo inestable, se retrasa el primer embarazo

  • Este fenómeno no es exclusivo de directivas o altas ejecutivas

  • Auguran un aumento de estudios sociales en España por la crisis

Aunque a menudo el retraso en la edad de maternidad se atribuye al deseo de las mujeres por afianzar su carrera laboral, el fenómeno es más complejo. Una investigación australiana acaba de demostrar que a menudo el hecho de que las mujeres tengan su primer hijo después de los 35 años es culpa de los empleos precarios.
Los autores, que han publicado sus conclusiones en las páginas de la revista Human Reproduction, analizaron a más de 600 mujeres nacidas entre 1973 y 1975, cuyos datos figuran en un amplio estudio australiano sobre mujeres y demografía (Life Journeys of Young Women Project).
Gloria Pérez, investigadora de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, explica a EL MUNDO que este fenómeno no es específico de Australia, "aunque en España no se ha realizado todavía un trabajo específico que evalúe el empleo precario en la salud reproductiva". Sí se sabe, explica la investigadora del Centro de Investigación en Red sobre Salud Pública, que otros factores como el desempleo pueden tener incluso resultados adversos en el embarazo (como una mayor tasa de prematuridad o complicaciones).
"Sobre empleo precario no hay nada específico aún, pero en los próximos meses sí empezaremos a ver estudios que aborden el impacto de la crisis en España", explica. Su propio grupo cuenta ya con financiación del Instituto Carlos III para analizar los efectos de la recesión económica en la salud reproductiva de las españolas.
En el trabajo australiano, las mujeres que fueron entrevistadas por Vivienne Moore y su equipo de la Universidad de Adelaida tenían entre 32 y 35 años y el 67% de ellas había tenido ya al menos un hijo. De hecho, en el momento de convertirse en madres (o al finalizar el trabajo), la mayoría tenía un empleo fijo y sólo el 11% permanecía con un empleo temporal o parcial.
Los investigadores, especialistas en salud pública, constataron que las posibilidades de retrasar la maternidad más allá de los 35 años aumentaban proporcionalmente por cada año de empleo precario que hubiesen vivido estas mujeres. Un año de empleo inestable se asociaba con un 8% en las probabilidades de ser madres antes de esa edad, mientras que las que llevaban cinco años con trabajos precarios tenían un 35% más de posibilidades de ser madres tardías que sus congéneres.
Además, este fenómeno se observó por igual en todas las clases sociales, indicando que la estabilidad en el empleo era un factor más determinante que los ingresos o el nivel de formación. A juicio de los autores, esta observación desmonta la extendida creencia de que son las mujeres de clase alta, universitarias con empleos bien remunerados, las que retrasan su edad de maternidad para centrarse en su carrera profesional.
De hecho, Lynne Giles, otra de las firmantes del estudio, asegura que el 61% de las mujeres universitarias había tenido al menos un trabajo temporal antes de tener un contrato indefinido. El 30% de ellas eran directivas y puestos especializados, lo que demuestra que el trabajo temporal no es exclusivo de los empleados con poca formación, advierten.
"Tradicionalmente el retraso en la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo se ha unido a la planificación de su carrera profesional y a las oportunidades de trabajo", explica Gloria Pérez, "pero la actual precarización hace que todos esos planes de formar una familia se modifiquen. Es un trabajo muy relevante", concluye.
A juicio de los expertos, a menudo las políticas de ayuda a la familia se centran demasiado en ayudar a los padres cuando ya han tenido a sus hijos, pero "es necesario también desarrollar políticas que ayuden a las parejas a la estabilidad laboral para mejorar el establecimiento de nuevas familias".

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