lunes, 1 de septiembre de 2014

La senescencia comienza en el desarrollo embrionario y ayuda a remodelar tejidos - DiarioMedico.com

La senescencia comienza en el desarrollo embrionario y ayuda a remodelar tejidos - DiarioMedico.com



MECANISMO ESENCIAL

La senescencia comienza en el desarrollo embrionario y ayuda a remodelar tejidos

Los estudios más recientes muestran que este proceso no es sinónimo de envejecimiento. Investigadores del CNIO repasan en 'Nature Reviews' los últimos avances publicados.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com   |  01/09/2014 00:00
  

Daniel Muñoz-Espín y Manuel Serrano
Daniel Muñoz-Espín y Manuel Serrano en su laboratorio del CNIO. (Mauricio Skrycky)
El término senescencia debería redefinirse, por lo menos cuando se aplica la fisiología humana. Según el diccionario de la RAE, el adjetivo senescente significa que "empieza a envejecer". La senescencia celular, ni es sinónimo de envejecimiento, ni es intrínsecamente negativa para el organismo. Es un proceso que sirve para eliminar células dañadas y culmina con la remodelación de los tejidos. Ahora bien, no conviene ensalzar en exceso sus virtudes; como ocurre con tantas cosas buenas, también tiene un lado negativo.
La senescencia celular es un mecanismo esencial que nos acompaña durante toda nuestra vida. De hecho, se ha observado que juega un papel clave incluso durante el desarrollo embrionario. Así lo ha apreciado el equipo que dirige Manuel Serrano, uno de los principales expertos mundiales en senescencia, en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Serrano es el autor, junto a Daniel Muñoz-Espín, también del CNIO, de una revisión sobre la materia que se ha publicado recientemente en Nature Reviews. Este último ha explicado a Diario Médico que es un proceso que, "además de jugar un papel muy importante en diferentes enfermedades, como puede ser el cáncer, también tiene una función relevante en el desarrollo embrionario. Serviría para la remodelación de tejidos, la morfogénesis y la organogénesis".
En esencia, la senescencia es una parada estable del ciclo celular en respuesta a diferentes formas de estrés celular. Las células senescentes secretan citocinas, quimiocinas, factores de crecimiento, proteasas..., que recluta el sistema inmune, encargado de eliminar esas células dañadas.
  • El agente terapéutico prosenescente más avanzado es palbociclib, un inhibidor de CDK4 con resultados muy prometedores en los ensayos clínicos
Tal y como precisa Serrano, "en muchos casos se ha visto que la apoptosis y la senescencia son dos respuestas que suelen ir juntas". Una de las principales diferencias entre ambas es que la apoptosis no va asociada a una respuesta inflamatoria. De ahí que el subsiguiente proceso de remodelación no sea tan eficiente. "En la apoptosis, las células mueren y se acabó. En la senescencia, reclutan una respuesta inflamatoria que favorece que haya una remodelación del tejido", aclara.
Esa reestructuración se plasma, por ejemplo, en la eliminación de estructuras transitorias en el desarrollo embrionario. Así, el mesonefros es un sistema renal que desaparece para dejar paso al riñón definitivo.
Papel reparador
Tras el nacimiento y a lo largo de toda la vida del individuo, la senescencia se activa cuando hay un daño celular, para evitar que se extienda. De ahí su papel beneficioso en patologías como la fibrosis hepática, la hipertensión pulmonar o la ateroesclerosis. Sin embargo, en otras patologías se produce una acumulación de células senescentes, que no se eliminan de manera eficiente. "Se genera un área estable de células que están paradas en su ciclo y crean una respuesta inflamatoria crónica", apunta Muñoz- Espín. Es lo que ocurre, sin ir más lejos, en la obesidad: el tejido adiposo senescente no se elimina y, según Serrano, "pasa a ser parte del problema".
Terapias
En concordancia con esta dualidad de la senescencia, que resulta beneficiosa en unos casos y perjudicial en otros, se están desarrollando terapias tanto pro como antisenescencia. El exponente más avanzado de las primeras sería el fármaco palbociclib, un inhibidor de CDK4 que se encuentra en fase III y que, en palabras de Serrano, "está teniendo un éxito enorme en los ensayos clínicos, sobre todo en cáncer de mama".
El equipo del CNIO trabaja, junto a José Ramón Murguía y Ramón Martínez, de la Universidad Politécnica de Valencia, en una terapia antisenescente basada en unas nanopartículas que se pueden cargar con diversos compuestos y liberan su contenido específicamente en las células senescentes. De momento, sus estudios se centran en ratones con fibrosis pulmonar o adenomas de pulmón.
La mayoría de los tratamientos se encuentran en fases iniciales de desarrollo. No en vano, el conocimiento sobre la senescencia es limitado. Por citar solo un ejemplo, todavía no se comprende bien la regeneración de tejidos tras la eliminación de las células dañadas. "El papel de las células madre se ha diluido. Cada vez hay más datos de que, cuando hay daño en un tejido, muchas células que no son células madre se convierten en ellas", señala Serrano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario