EL RETO AÚN REQUIERE IDENTIFICARLOS
Atacar los nichos premetastásicos podría aumentar la supervivencia
Actuar sobre los cambios en los vasos sanguíneos, bloquear las señales que envía el tumor primario o perpetuar el estado latente, posibles estrategias.
Redacción | dmredaccion@diariomedico.com | 20/03/2017 00:00
Héctor Peinado, investigador del CNIO. (DM)
Un equipo internacional de expertos ha elaborado una revisión que plantea un cambio de paradigma en la forma de entender las metástasis. Ahora se sabe que, antes de la llegada de las células tumorales, los tumores preparan el terreno en el órgano que más tarde colonizarán. Estas zonas con condiciones óptimas para la formación de metástasis se denominan nichos premetastásicos y atacarlos podría contribuir a mejorar la supervivencia de los pacientes con cáncer.
Estas cuestiones son analizadas en el artículo publicado en Nature Reviews, entre cuyos firmantes se encuentra Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
En el cuerpo hay zonas en las que la aparición de metástasis es más habitual, como el pulmón, el hueso y el cerebro. Es más, cada tumor tiene predilección por colonizar zonas concretas. El problema es que aún no es posible anticiparse.
Cambios previosSin embargo, Peinado y sus colegas saben desde hace algunos años que las regiones que van a albergar una metástasis sufren cambios antes de la llegada de las células tumorales. Es lo que David Lyden, de Weill Cornell Medicine (Estados Unidos), denominó hace años nicho premetastásico. En ellos se pueden apreciar alteraciones que más tarde permitirán el crecimiento de las células tumorales.
Estos cambios son producidos por factores solubles y vesículas extracelulares secretadas por el tumor primario. "Los estudios de nuestro laboratorio y de otros han identificado nichos premetastásicos en pacientes con distintos tumores", señala Lyden.
El reto está en ser capaces de identificar los nichos antes de que se produzca la metástasis. "Los tres eventos que tienen lugar y que podrían servirnos para detectar estos nichos son alteraciones en la vasculatura, infiltración de células inmunes (inflamación local) y remodelación del órgano", explica Peinado. Tres signos que facilitan la aparición de una metástasis pero que también pueden servir como marcadores.
"Comprender mejor la biología que determina la inflamación y la disfunción vascular en los nichos premetastásicos nos permitirá identificar terapias para bloquear la progresión de la metástasis", explica Haiying Zhang de Weill Cornell Medicine y coautora.
Una de las cosas que valora la revisión es el desarrollo de técnicas de imagen molecular que puedan complementar a las pruebas clásicas para analizar y detectar la formación de estos nichos. El siguiente paso sería evitar que se produzca la metástasis. Actuar sobre los cambios en los vasos sanguíneos, bloquear las señales que envía el tumor primario o manteniendo estos nichos en un estado durmiente (tal y como sucede durante años en algunos pacientes) son algunas de las estrategias que se están explorando en el laboratorio. "Identificar estrategias para restablecer la función inmune en los nichos premetastásicos también será crucial", añade la también autora Irina Matei, de la citada institución estadounidense.
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