PUBLICADO EN 'A CANCER JOURNAL FOR CLINICIANS'
La nueva clasificación en cáncer de pulmón afina el pronóstico
Redefine la estadificación del tamaño tumoral y la afectación ganglionar. El Hospital Mutua de Tarrasa ha liderado la octava edición de la guía.
Antoni Mixoy. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com | 27/03/2017 00:00
Ramon Rami, del Hospital Universitario Mutua de Tarrasa. (Jaume Cosialls)
Desde enero de este año está disponible la octava edición de la guía TNM -de tumor, ganglios y metástasis- para la clasificación anatómica del cáncer de pulmón (CP), que mejora la estratificación de casos en función de la extensión del tumor, permite afinar el pronóstico y sugiere cambios en el planteamiento terapéutico para determinadas categorías de pacientes.
La clasificación TNM está vigente para la estadificación de muchos tipos de cáncer desde la década de 1950. En el caso del CP, la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón (IASCL) revisa cada siete años esta guía a partir del análisis de una base de datos internacional, que para esta octava edición cuenta con más de 77.000 casos recogidos en más de veinte países.
Ramon Rami, jefe clínico del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Universitario Mutua de Tarrasa, ha presidido el Comité Internacional de Estadificación y Factores Pronósticos de esta sociedad científica, de carácter multidisciplinar, dirigiendo los trabajos para esta nueva edición, que se publicó en A Cancer Journal for Clinicians, la revista oncológica con mayor factor de impacto.
Rami señala que las principales novedades de la nueva clasificación son la redefinición de los grupos en función del tamaño del tumor (en la ‘T') y el establecimiento de una nueva categoría para las metástasis extratorácicas múltiples (en la ‘M'), con evidente trascendencia pronóstica. En el caso de la T -"que no sólo nos habla del tamaño del tumor, sino también de su localización y de las estructuras que afecta"-, el cambio más significativo es la subcategorización de los tumores más pequeños (T1) en tres grupos en función de su tamaño: T1a hasta 1 cm, T1b de 1 a 2 cm y T1c, de 2 a 3 cm. "Hemos visto que cada centímetro de tumor tiene impacto pronóstico, distinguiendo entre tumores de diferente pronóstico".
Esta redefinición facilita la indicación de terapias alternativas a la cirugía en estos tumores T1, como la radioterapia estereotáctica (más potente que la convencional, muy focalizada y con menor afectación del tejido adyacente) y la radiofrecuencia, una termoterapia que desnaturaliza las proteínas a cierta temperatura.
Son tratamientos que evitan la hospitalización y las complicaciones intrínsecas de la cirugía en pacientes que, en su mayoría, presentan EPOC, mayor riesgo de pulmonías postoperatorias, ingreso en UCI y muerte en caso de neumonía refractaria. "Está por ver su eficacia comparativa con la resección quirúrgica a 5 o 10 años, porque los estudios disponibles hasta el momento son a corto plazo".
En el caso de la ‘M', la modificación más destacada es la subclasificación de las metástasis extratorácicas en únicas (M1b) y múltiples (M1c). Una variación relevante, por cuanto el tratamiento de las oligometástasis -en contraposición con las polimetástasis- tiene un enfoque radical, eliminar la enfermedad identificada por cualquier medio disponible, mientras que en M1c, con múltiples metástasis, los pacientes son candidatos a tratamiento paliativo con quimioterapia y, en ocasiones (metástasis óseas), para atenuar su dolor.
De hecho, los casos metastásicos son muy prevalentes en CP: "Más de la mitad de enfermos que valoramos en nuestro comité de tumores tienen metástasis no operables".
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