lunes, 19 de junio de 2017

Las grasas poliinsaturadas podrían alterar las hormonas del apetito - DiarioMedico.com

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PUBLICADO EN 'NUTRITION'

Las grasas poliinsaturadas podrían alterar las hormonas del apetito

Las grasas poliinsaturadas, que contienen alimentos como las nueces, el salmón, el atún, el aceite de linaza, el aceite de uva, el aceite de canola y los suplementos de aceite de pescado, disminuyen significativamente la hormona grelina y aumentan significativamente el péptido YY.
Redacción | dmredaccion@diariomedico.com   |  19/06/2017 14:23
 
 

Nueces
Autor: DM
Una investigación publicada en Nutrition muestra que las personas con edades entre 18 y 35 años, que consumen con frecuencia alimentos que contienen grasas poliinsaturadas (PUFA), como nueces, salmón y aceite de canola, pueden experimentar cambios favorables en las hormonas del apetito asociadas con el hambre y la saciedad.
Algunas hormonas son las responsables de indicar al cuerpo la necesidad de comer, mientras que otras señalan que el cuerpo se siente lleno o saciado. La investigación ha explorado cómo los alimentos pueden reducir el hambre o aumentar la sensación de saciedad, influyendo a estas hormonas. Este tipo de cambios hormonales, en última instancia, podrían desempeñar un papel en la consecución de un peso óptimo.
En este estudio, los investigadores observaron las respuestas sobre saciedad y hambre fisiológica mediante la medición de cambios hormonales, así como analizaron las calificaciones subjetivas de los participantes a los que les pidieron que indicaran en una escala cuánta hambre tenían o cómo de llenos se sentían y cuánto pensaban que podían comer. Los participantes del estudio que consumieron una dieta rica en PUFA experimentaron una disminución significativa de la hormona grelina, que aumenta el hambre, y un aumento significativo en péptido YY (PYY), una hormona que aumenta la sensación de saciedad. Los participantes registraron incrementos en PYY durante el ayuno y después de una comida. Este tipo de cambios hormonales implican mejor control del apetito. No hubo cambios en las calificaciones subjetivas en la dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados o en la dieta de control.
"Las hormonas del apetito desempeñan un papel importante en la regulación de cuánto comemos," ha asegurado Jamie A. Cooper, investigadora principal del estudio y médica de la Universidad de Georgia. "Estos resultados nos indican que consumir alimentos ricos en PUFAs podrían cambiar favorablemente las hormonas del apetito por lo que podemos sentirnos más saciados durante más tiempo."
Los investigadores contaron con 26 hombres sanos y mujeres (con edades entre 18 a 35 años) que visitaron el laboratorio para las mediciones y para recibir sus comidas durante todo el proceso. Al principio del estudio, los participantes fueron medidos y consumieron comidas de prueba, altas en grasas saturadas. Tras ello, los investigadores dividieron a los participantes y a unos les indicaron que siguieran durante siete días una dieta rica en PUFAs y a otros una dieta control, consistente en un patrón comida típica americana.
La dieta rica en PUFA incluye alimentos completos tales como nueces, salmón, atún, aceite de linaza, aceite de uva, aceite de canola y suplementos de aceite de pescado. Después de la dieta de siete días, los participantes consumieron de nuevo comidas de prueba altas en grasas saturadas.
Las dos dietas contenían el mismo número de calorías totales y de porcentaje de calorías derivadas de la grasa, pero diferían en los tipos de grasa incluida. La dieta control estaba compuesta por un 7 por ciento de grasa poliinsaturada, un 15 por ciento de grasa monoinsaturada y un 13 por ciento de grasa saturada, en comparación con la dieta rica en PUFA que estaba compuesta por un 21 por ciento de grasa poliinsaturada, 9 por ciento de grasa monoinsaturada y 5 por ciento de grasa saturada.
La investigación sobre los beneficios para la salud de los PUFA sigue evolucionando y recientemente las directrices dietéticas de 2015-2020 para los americanos recomienda consumir este tipo de grasas en lugar de grasas saturadas.
Como con cualquier investigación es importante considerar las limitaciones. Se necesitan estudios más grandes y a largo plazo, así como estudios en diversas poblaciones, para aclarar los efectos en mayor número de población.

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