sábado, 16 de diciembre de 2017

Las cápsulas bacterianas pueden ser útiles agentes terapéuticos - JANO.es - ELSEVIER

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PUBLICADO EN 'ACS NANO'

Las cápsulas bacterianas pueden ser útiles agentes terapéuticos

JANO.es · 14 diciembre 2017 17:06
Científicos del CSIC, en colaboración la Universidad de Twente, Holanda, descifran la estructura tridimensional de las encapsulinas a partir de técnicas de criomicroscopía electrónica.
Científicos del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC), en colaboración la Universidad de Twente, en Holanda, sugieren que las encapsulinas, unas cápsulas de proteínas de algunas especies bacterianas en las que se producen ciertas reacciones, pueden ser útilesco mo agentes terapéuticos, biosensores, biorreactores y otras aplicaciones nanotecnológicas.
En concreto, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en ACS Nano, han descifrado la estructura tridimensional de las encapsulinas utilizando técnicas de criomicroscopía electrónica. Además, han demostrado que las encapsulinas son robustas, estables y funcionales tanto in vitro como in vivo.
"Hemos comprobado que las encapsulinas inmovilizadas en una superficie son capaces de funcionar como biorreactores. Además hemos observado que son internalizadas por células en cultivo, lo que las convierte en buenas candidatas como vehículos de agentes terapéuticos para liberación controlada de fármacos", ha explicado el investigador del CNB-CSIC y autor del estudio, José R. Castón.
Una de las características más relevantes de las encapsulinas es su porosidad, ya que los agujeros de pocos nanómetros en la superficie permiten a las moléculas más pequeñas entrar y salir libremente. Las proteínas más grandes quedan confinadas en su interior, donde llevan a cabo ciertas reacciones.
En este sentido, para estudiar su funcionalidad como nanoreactores, los científicos inmovilizaron las encapsulinas sobre una superficie de cristal. Al añadir los sustratos adecuados al medio, la proteína encerrada en su interior conservaba intacta su capacidad de llevar a cabo la reacción esperada.
El segundo experimento se realizó con encapsulinas que portaban una proteína fluorescente fácilmente detectable. Así, al cultivarlas junto a macrófagos, las encapsulinas fueron internalizadas por las células.
"Sabemos muy poco de las encapsulinas. Se cree que podrían haber sido virus en un origen que fueron internalizados e incorporados por las bacterias. O viceversa, las encapsulinas podrían haber sido el origen de los virus. Este trabajo profundiza por primera vez en su estructura y sus posibles aplicaciones", ha zanjado Castón.

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