sábado, 22 de junio de 2013

Uno de cada cuatro supervivientes a un ACV sufre de TEPT, halla un estudio: MedlinePlus

Uno de cada cuatro supervivientes a un ACV sufre de TEPT, halla un estudio: MedlinePlus

 

Uno de cada cuatro supervivientes a un ACV sufre de TEPT, halla un estudio

Y eso puede plantear unos graves problemas psicológicos, advierten los investigadores

Traducido del inglés: jueves, 20 de junio, 2013
Imagen de noticias HealthDay MIÉRCOLES, 19 de junio (HealthDay News) -- Muchas de las personas suficientemente afortunadas como para sobrevivir a un accidente cerebrovascular (ACV) se encuentran con que pronto han de enfrentarse a una nueva y grave dificultad. Casi una cuarta parte desarrollará síntomas de trastorno por estrés postraumático (TEPT), según un nuevo estudio.
Los datos muestran que experimentar una crisis de salud potencialmente mortal puede plantear graves problemas psicológicos, señaló el autor líder del estudio, Donald Edmondson, profesor asistente de medicina conductual del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.
Aunque por lo general el TEPT se asocia con los veteranos de combate y los supervivientes de violaciones sexuales, los investigadores descubrieron que los pacientes que desarrollan una afección grave de salud seguida por un tratamiento intenso podrían tener problemas mentales que con frecuencia no son reconocidos por los médicos ni por los familiares.
El estudio, que aparece en la edición en línea del 19 de junio de la revista PLoS ONE, también halló que las personas que desarrollan TEPT tras un ACV podrían estar en mayor riesgo de problemas del corazón o de otro ACV debido a los problemas psicológicos a los que se enfrentan.
El TEPT es una intensa respuesta física y emocional a un evento potencialmente letal o traumático. Los síntomas se dividen en tres amplios tipos: revivir el evento, evitar las actividades usuales y una hiperactivación, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Para Peter Cornelis, de 62 años de edad, el trauma de sufrir varios ACV seguidos por una cirugía del cerebro le dejó inmóvil durante meses. Recuerda estar en la cama, diseñando pinturas mentalmente para ayudarle a pasar las interminables horas en que no tenía nada que hacer.
En los últimos cuatro años, se ha rehabilitado lentamente y ahora camina con un bastón. Aunque enseña una clase de arte en un centro comunitario local en Wantagh, Nueva York, evita salir todo lo posible, porque sufre de TEPT.
Cornelis dijo que tiene poco control de sus emociones. Llora cuando lee una tarjeta de felicitación sentimental, o se ríe de nada. A veces, estalla sin saber el motivo. Se siente ansioso cuando está rodeado de personas, se preocupa sobre cómo reaccionará y cómo responderán los demás a él. "Tengo miedo", comentó. "¿Es posible que tenga otro ACV? ¿Puedo hacer planes para el futuro?".
Pero la gente cree que se ha recuperado, apuntó Cornelis. "Me veo bien, hablo perfectamente", comentó.
Cornelis no está solo. Cada año, casi 300,000 supervivientes de ACV desarrollan síntomas de TEPT debido al susto de salud que han sufrido, afirmaron los investigadores. El 23 por ciento desarrollará síntomas de TEPT, y en alrededor del 11 por ciento, la afección se hará crónica.
Para el estudio, los investigadores analizaron nueve estudios anteriores sobre el accidente cerebrovascular o los ataques isquémicos transitorios (AIT), que son bloqueos de los vasos sanguíneos que se deshacen rápidamente y se disuelven sin daños duraderos. En total, los estudios incluyeron a más de 1,100 supervivientes que fueron entrevistados o que rellenaron cuestionarios.
Varios factores secuenciales desencadenan el TEPT en personas que han sufrido de ACV y AIT, apuntó Edmondson. En primer lugar, hay un significativo evento aterrador y potencialmente letal, que con frecuencia se ve acompañado de pistas internas, como un ritmo cardiaco acelerado e hipertensión. "Se conoce como la respuesta de lucha o huída, y es nuestra respuesta innata al miedo", comentó. Sigue una emotiva carrera en una ambulancia, unas pruebas invasivas, la hospitalización y a veces una cirugía.
Luego, las personas deben ajustarse al shock de lo que ha sucedido, dijo Edmondson. "Vamos por la vida con la inocente idea de que somos invulnerables", señaló. "Con frecuencia lo traumático [de un ACV o ataque cardiaco] es que esas suposiciones silenciosas quedan rotas".
Y una vez vuelven a casa, las pistas físicas y ambientales pueden estimular la respuesta de miedo una vez más. A diferencia de un soldado, que puede abandonar el campo de batalla, los pacientes de ACV normalmente regresan al lugar donde ocurrió la crisis. Muchos pacientes podrían simplemente ver la silla de la sala donde tuvieron el ACV e inmediatamente sentir síntomas de TEPT.
Los recuerdos vívidos, las pesadillas, las palpitaciones, los escalofríos, el ritmo cardiaco elevado y la hipertensión pueden ocurrir durante meses o años tras volver a casa, señaló Edmondson. También es probable que los pacientes de TEPT sufran de ansiedad, dolores de cabeza y arrebatos de ira.
"El TEPT desmejora muchísimo la calidad de vida, un trastorno debilitador en sí mismo, y amerita tratamiento", dijo Edmondson.
Edmondson dijo que aunque la investigación no muestra que los ACV provoquen el TEPT, piensa que se acerca bastante. "No se puede desarrollar TEPT sin un evento potencialmente letal", aclaró. "Tener TEPT no puede haber provocado un ACV en el mes anterior, así que esta investigación constituye parte de la evidencia causal más firme con la que contamos".
El Dr. Rafael Ortiz, director de la división de enfermedades neuroendovasculares y accidente cerebrovascular del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York, aseguró que cree que es la primera vez que el TEPT se ha asociado de cerca con los ACV y los AIT. "Es importante que tras sufrir un ACV, las personas sean atendidas por un equipo completo de médicos y otros especialistas, que incluyan psicólogos y enfermeras bien entrenados", planteó.
Edmondson exhortó a los pacientes y a las familias a hablar con el médico sobre el TEPT. "Realmente espero que esta investigación informe a los supervivientes y a sus familiares que no es nada raro ni de qué avergonzarse", enfatizó. "Se puede tratar. Hable con alguien".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Donald Edmondson, Ph.D., M.P.H, assistant professor, behavioral medicine, Center for Behavioral Cardiovascular Health, Columbia University Medical Center, New York City; Rafael Ortiz, M.D., director, division of neuroendovascular disease and stroke, Lenox Hill Hospital, New York City; Peter Cornelis, Wantagh, N.Y.; June 19, 2013, PLoS ONE, online
HealthDay
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