ENTRE 11 Y 19 AÑOS
Fumar en la adolescencia reduce la densidad ósea en las mujeres y puede aumentar el riesgo de osteoporosis
Según un nuevo estudio publicado en Journal of Adolescent Health, las chicas adolescentes fumadoras desarrollan una menor acumulación de masa ósea en un periodo de crecimiento crítico, lo que conlleva un mayor riesgo de sufrir osteoporosis en la edad adulta.
Redacción | 05/12/2012 00:00
Los investigadores del centro Médico Hospitalario Infantil de Cincinnati afirman que esta información puede ser útil a la hora de crear estrategias para ayudar a prevenir la osteoporosis y las fracturas óseas. El estudio apunta a un mayor impacto negativo sobre la densidad mineral ósea en la región lumbar de la columna vertebral y las caderas.
“En nuestra opinión, este es el primer estudio longitudinal para demostrar que fumar en las chicas adolescentes, además de síntomas de depresión, acarrea para éstas un impacto negativo en la producción ósea durante la adolescencia”, comenta Lorah Dorn, investigador principal y director de investigación en la División de Medicina Adolescente de Pediatría de Cincinnati.
Dorn y su equipo centraron su investigación en las adolescentes porque es en esta etapa dónde se produce el 50 por ciento de la masa ósea del esqueleto. “La mayor parte del hueso se produce en los dos años coincidentes con el primer ciclo menstrual y se pierde a partir de la cuarta década de la vida”, dice Dorn.
Los investigadores se propusieron determinar el impacto del tabaquismo, los síntomas de la depresión o la ansiedad y el consumo de alcohol sobre la producción de masa ósea en chicas de 11 a 19 años. Se incluyeron 262 chicas sanas del área de Cincinnati clasificadas en grupos de edad de 11, 13, 15 y 17 años.
Las pacientesse sometiron a exploraciones clínicas anuales durante tres años para medir el contenido de mineral óseo total corporal y la densidad mineral ósea. Utilizando medidas establecidas, las chicas comunicaron la frecuencia con la que fumaban y bebían alcohol y algunos síntomas de depresión o ansiedad.
Analizando los resultados, el equipo encontró que una alta frecuencia en el consumo de tabaco estaba asociada con una menor densidad de mineral ósea en la columna lumbar y en la cadera, desde los 11 años hasta los 19. Asimismo, los síntomas de depresión estaban también asociados con una menor densidad ósea en la región lumbar en todas las edades. Además, los investigadores descubrieron que la ingesta de alcohol no tenía ningún impacto sobre los niveles óseos.
Según Dorn, esta información demostró que la masa ósea es esencialmente igual entre las jóvenes de 13 años, independientemente de la cantidad o frecuencia con la que fumaran. A medida que las chicas iban creciendo durante la adolescencia, las fumadoras más habituales iban mostrando densidades óseas más bajas en la cadera y la columna que las chicas que fumaban menor cantidad.
“En nuestra opinión, este es el primer estudio longitudinal para demostrar que fumar en las chicas adolescentes, además de síntomas de depresión, acarrea para éstas un impacto negativo en la producción ósea durante la adolescencia”, comenta Lorah Dorn, investigador principal y director de investigación en la División de Medicina Adolescente de Pediatría de Cincinnati.
Dorn y su equipo centraron su investigación en las adolescentes porque es en esta etapa dónde se produce el 50 por ciento de la masa ósea del esqueleto. “La mayor parte del hueso se produce en los dos años coincidentes con el primer ciclo menstrual y se pierde a partir de la cuarta década de la vida”, dice Dorn.
Los investigadores se propusieron determinar el impacto del tabaquismo, los síntomas de la depresión o la ansiedad y el consumo de alcohol sobre la producción de masa ósea en chicas de 11 a 19 años. Se incluyeron 262 chicas sanas del área de Cincinnati clasificadas en grupos de edad de 11, 13, 15 y 17 años.
Las pacientesse sometiron a exploraciones clínicas anuales durante tres años para medir el contenido de mineral óseo total corporal y la densidad mineral ósea. Utilizando medidas establecidas, las chicas comunicaron la frecuencia con la que fumaban y bebían alcohol y algunos síntomas de depresión o ansiedad.
Analizando los resultados, el equipo encontró que una alta frecuencia en el consumo de tabaco estaba asociada con una menor densidad de mineral ósea en la columna lumbar y en la cadera, desde los 11 años hasta los 19. Asimismo, los síntomas de depresión estaban también asociados con una menor densidad ósea en la región lumbar en todas las edades. Además, los investigadores descubrieron que la ingesta de alcohol no tenía ningún impacto sobre los niveles óseos.
Según Dorn, esta información demostró que la masa ósea es esencialmente igual entre las jóvenes de 13 años, independientemente de la cantidad o frecuencia con la que fumaran. A medida que las chicas iban creciendo durante la adolescencia, las fumadoras más habituales iban mostrando densidades óseas más bajas en la cadera y la columna que las chicas que fumaban menor cantidad.
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