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Institutos Nacionales de la Salud
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Más hombres con testosterona baja reciben tratamiento; algunos, sin evidencia clínica
Traducido del inglés: jueves, 6 de junio, 2013
Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - La proporción de hombres estadounidenses de mediana edad bajo tratamiento para contrarrestar los niveles bajos de testosterona se triplicó en la última década.
Un equipo analizó los reembolsos de prestaciones brindadas a más de 10 millones de hombres mayores de 40; halló que casi un 3 por ciento estaba utilizando una terapia de reemplazo de andrógenos en el 2011.
Pero no en todos los casos se había realizado un análisis de sangre para determinar si realmente esos hombres necesitaban dosis extras de testosterona, según publica un equipo en JAMA Internal Medicine.
El autor principal consideró que eso es "preocupante" porque los científicos aún ignoran cuáles son todos los efectos adversos en el largo plazo que podrían estar asociados con esa terapia hormonal masculina.
"No es un fármaco sin riesgos, así que usarlo de manera prolongada en la mediana edad podría tener algunas consecuencias más adelante. Aún no lo sabemos", dijo Jacques Baillargeon, del Centro Médico de University of Texas, Galveston.
La terapia de reemplazo hormonal está recomendada para los hombres que producen poca testosterona, lo que se conoce como hipogonadismo.
Eso no es lo mismo que la disminución natural de la testosterona que ocurre con la edad. Pero las campañas de publicidad apelan también a los hombres que se sienten cansados, deprimidos, pero que no tienen niveles clínicamente bajos de la hormona.
"Hay todo tipo de mensajes que insisten en que los hombres deberían saber que existe algo llamado 'low T', en inglés, o testosterona baja, que sería el motivo de casi todos los problemas de la vida y el envejecimiento" y que el tratamiento lo puede resolver, según comentó el doctor Steven Woloshin, de la Escuela Geisel de Medicina de Dartmouth, Hanover, New Hampshire.
"La promesa supera nuestro conocimiento actual y eso es lo preocupante", dijo Woloshin, coautor de un comentario sobre la comercialización de la testosterona que se publica en la misma revista.
Esa promoción incluye autotests sobre los niveles de energía, el deseo sexual y el estado de ánimo, como el que ofrece AbbVie, que produce el gel AndroGel.
El equipo de Baillargeon utilizó la información sobre reembolsos de prestaciones para indetificar las nuevas indicaciones de la terapia de reemplazo hormonal masculina y los análisis de laboratorio asociados utilizados entre el 2001 y el 2011.
En ese período, la proporción de hombres de mediana edad que recibió por lo menos una receta para comenzar a utilizar la terapia aumentó del 0,8 por ciento (1/125 hombres) al 2,9 por ciento (1/34).
Esa tendencia se replicó en todos los grupos etarios a partir de 40 años, pero varió por regiones. Por ejemplo, el 3,8 por ciento de los hombres sureños consumió testosterona en el 2010, comparado con el 1,6 por ciento de los hombres del norte del país.
Un cuarto de esos nuevos pacientes no se había realizado un análisis de sangre durante el año previo a la indicación del uso de la terapia hormonal. En otros casos, no había información sobre si los niveles de testosterona eran lo suficientemente bajos como para necesitar el tratamiento.
A la mitad de los pacientes se le había diagnosticado hipogonadismo antes de iniciar el tratamiento. Algunos también tenían fatiga o disfunción eréctil en su historia clínica.
"Los hombres jóvenes y los que no tienen hipogonadismo confirmado inequívocamente deberían considerar la relación riesgo-beneficio -dijo Baillargeon-. Y aún desconocemos los riesgos de los resultados principales".
FUENTE: JAMA Internal Medicine, online 3 de junio del 2013.
NUEVA YORK (Reuters Health) - La proporción de hombres estadounidenses de mediana edad bajo tratamiento para contrarrestar los niveles bajos de testosterona se triplicó en la última década.
Un equipo analizó los reembolsos de prestaciones brindadas a más de 10 millones de hombres mayores de 40; halló que casi un 3 por ciento estaba utilizando una terapia de reemplazo de andrógenos en el 2011.
Pero no en todos los casos se había realizado un análisis de sangre para determinar si realmente esos hombres necesitaban dosis extras de testosterona, según publica un equipo en JAMA Internal Medicine.
El autor principal consideró que eso es "preocupante" porque los científicos aún ignoran cuáles son todos los efectos adversos en el largo plazo que podrían estar asociados con esa terapia hormonal masculina.
"No es un fármaco sin riesgos, así que usarlo de manera prolongada en la mediana edad podría tener algunas consecuencias más adelante. Aún no lo sabemos", dijo Jacques Baillargeon, del Centro Médico de University of Texas, Galveston.
La terapia de reemplazo hormonal está recomendada para los hombres que producen poca testosterona, lo que se conoce como hipogonadismo.
Eso no es lo mismo que la disminución natural de la testosterona que ocurre con la edad. Pero las campañas de publicidad apelan también a los hombres que se sienten cansados, deprimidos, pero que no tienen niveles clínicamente bajos de la hormona.
"Hay todo tipo de mensajes que insisten en que los hombres deberían saber que existe algo llamado 'low T', en inglés, o testosterona baja, que sería el motivo de casi todos los problemas de la vida y el envejecimiento" y que el tratamiento lo puede resolver, según comentó el doctor Steven Woloshin, de la Escuela Geisel de Medicina de Dartmouth, Hanover, New Hampshire.
"La promesa supera nuestro conocimiento actual y eso es lo preocupante", dijo Woloshin, coautor de un comentario sobre la comercialización de la testosterona que se publica en la misma revista.
Esa promoción incluye autotests sobre los niveles de energía, el deseo sexual y el estado de ánimo, como el que ofrece AbbVie, que produce el gel AndroGel.
El equipo de Baillargeon utilizó la información sobre reembolsos de prestaciones para indetificar las nuevas indicaciones de la terapia de reemplazo hormonal masculina y los análisis de laboratorio asociados utilizados entre el 2001 y el 2011.
En ese período, la proporción de hombres de mediana edad que recibió por lo menos una receta para comenzar a utilizar la terapia aumentó del 0,8 por ciento (1/125 hombres) al 2,9 por ciento (1/34).
Esa tendencia se replicó en todos los grupos etarios a partir de 40 años, pero varió por regiones. Por ejemplo, el 3,8 por ciento de los hombres sureños consumió testosterona en el 2010, comparado con el 1,6 por ciento de los hombres del norte del país.
Un cuarto de esos nuevos pacientes no se había realizado un análisis de sangre durante el año previo a la indicación del uso de la terapia hormonal. En otros casos, no había información sobre si los niveles de testosterona eran lo suficientemente bajos como para necesitar el tratamiento.
A la mitad de los pacientes se le había diagnosticado hipogonadismo antes de iniciar el tratamiento. Algunos también tenían fatiga o disfunción eréctil en su historia clínica.
"Los hombres jóvenes y los que no tienen hipogonadismo confirmado inequívocamente deberían considerar la relación riesgo-beneficio -dijo Baillargeon-. Y aún desconocemos los riesgos de los resultados principales".
FUENTE: JAMA Internal Medicine, online 3 de junio del 2013.
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