Tuberculosis,un problema médico y social

La tuberculosis (TB), segunda enfermedad infecciosa y contagiosa con mayor prevalencia después del VIH, puede prevenirse y tratarse eficazmente. De lo contrario, conduce a la muerte.

Raquel Serrano | raquelserrano@unidadeditorial.es | 03/06/2013 00:00

Miembros de la Red contra la Tuberculosis y para la Solidaridad

josé Caminero, Pilar de Lucas, Juan José Rodríguez Sendín, Julio Anocochea, Juan Jesús Hernández y Juan Manuel Garrido, miembros de la Red contra la Tuberculosis y para la Solidaridad (DM)

Hace escasas semanas, las alarmas sonaron. Un hombre de origen subsahariano fallecía en Baleares a consecuencia de una tuberculosis no tratada. ¿Negligencia médica? ¿Limitación de recursos sanitarios derivados de la crisis y los recortes? ¿Desconocimiento del paciente? Preguntas y respuestas se entremezclan sin llegar a una conclusión final. Lo único cierto es que la tuberculosis (TB), segunda enfermedad infecciosa y contagiosa con mayor prevalencia después del VIH, puede prevenirse y tratarse eficazmente. De lo contrario, conduce a la muerte.

Sin embargo, para conseguir su control es necesario informar y formar a los profesionales sanitarios y crear canales de sensibilización social, tal y como pretenden los miembros de la recién creada Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad, formada por organizaciones médicas, sociales y comunicativas, que se ha dado a conocer en una jornada dedicada a la situación de la enfermedad en España, a su realidad y compromiso.

La tuberculosis es un problema de salud pública de primera magnitud, pero lo es también de justicia porque arremete contra las poblaciones más desfavorecidas

En primer término, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en España hay registrados 5.000 casos de TB, bacteriológicamente comprobados, aunque las cifras podrían elevarse hasta 12.000, con marcadas diferencias entre comunidades autónomas. "La prevalencia es de unos 12-13 casos de TB por cien mil habitantes, tasa mucho peor que la que tienen países de nuestro entorno", según Pilar de Lucas, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), y que, según José Caminero, Coordinador de la Unidad Multi-Drogo-Resistencia de la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias, "podría ascender a los 20 casos por cien mil habitantes porque, a pesar de ser una enfermedad de declaración obligatoria, muchos de los casos no se notifican".

Músculo y hueso
En Madrid, el Boletín Epidemiológico de la comunidad recoge que el 48 por ciento de los enfermos pertenecen a poblaciones no nacidas en España o, lo que es lo mismo, inmigrantes, sobre todo de Sudamérica, el Magreb, África subsahariana y centroeuropa, "lo que pone de manifiesto que la TB, además de ser un problema de salud pública de primera magnitud, es también un problema de justicia porque afecta a los más desfavorecidos socialmente", señala De Lucas. En esta misma línea, Juan José Rodríguez-Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial de España, ha remarcado que la actual situación de crisis económica ha generado "incertidumbre entre las personas más pobres o excluidos sociales, que por desconocimiento o miedo pueden no acceder a la salud. Hay que despejar dudas y analizar el problema desde una perspectiva ética. La racionalización, los recortes, pueden estar justificados en algún caso, pero no precisamente en éste donde se corre el problema de llevarse músculo y hueso".

Llegados a este punto, Caminero insiste en que "es preocupante que un sistema de salud tan potente como el español haga aguas y se debilite", porque ello favorecerá más la aparición de nuevos casos de TB en nuestro país que, según los datos de Mercedes Otero, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, se encuentra en el noveno puesto de control en Europa, por debajo incluso de países como Albania.

Ningún gobierno en España ha contemplado un Plan Nacional Integral contra la Tuberculosis, que debería garantizar el acceso y la gratuidad a los tratamientos

Asistencia irregular
Los profesionales recalcan que la TB se resuelve, pero el tratamiento debe seguirse hasta el final para asegurar la curación y evitar la aparición de resistencias farmacológicas. Pero este aspecto, sobre todo en los sectores de población más desfavorecidos o marginados, precisa de planes de control y seguimiento. Sin embargo, "ningún gobierno en España ha puesto en marcha un Plan Integral contra la Tuberculosis, por lo que la situación territorial es muy irregular. Hay estrategias adecuadas en comunidades autónomas como Madrid, Galicia y Cataluña, entre otras. Pero, por ejemplo, Canarias, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León, carecen de ellas. Así, y según Juan José González, representante de Cruz Roja, no se puede bajar la guardia, y mucho menos en tiempos de crisis, con la salud. "Nuestra organización tiene programas con la Consejería de Sanidad de Madrid, de prevención, adherencia terapéutica y seguimiento en los sectores más desfavorecidos".

La creación de un Plan Nacional para la Tuberculosis garantizaría una asistencia integral -diagnóstico, tratamiento y seguimiento- y gratuita. "Mientras que el tratamiento completo de la enfermedad (no más de un año) cuesta unos 10 euros si viene de la mano de la OMS, en España la compra mensual de fármacos es de 30 euros (55 a 60 euros si se compra en farmacias sin receta) si se trata de una tuberculosis simple. La cifra puede elevarse hasta los 5.000 euros en un año si la tuberculosis se complica y requiere otros fármacos. No podemos dejar que un problema de salud pública se convierta en un problema de condición social. Erradicar la TB debe ser gratis para toda la población", concluyó Caminero.

Patrón de la distribución de la riqueza

Paradójicamente, la tuberculosis (TB) sigue el mismo patrón que marca el Banco Mundial de la Distribución de la Riqueza: a mayor pobreza, más TB y a mayor riqueza, menos enfermedad. Hacinamiento, pues se sabe que la infección contagia hasta al 50 por ciento de los que están alrededor, pobreza extrema, que se acompaña de desnutrición, y sistemas de salud sin capacidad para ofrecer respuestas de salud son los tres elmentos que se confabulan para que el ataque de la tuberculosis sea implacable.