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Institutos Nacionales de la Salud
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Un estudio vincula la exposición a los pesticidas con cambios en el movimiento fetal
Los hallazgos subrayan la necesidad de proteger al cerebro en desarrollo, afirma una investigadora
Traducido del inglés: jueves, 13 de junio, 2013
"Tanto la actividad motora como el ritmo cardiaco del feto revelan la forma en que el feto está madurando y nos aportan una forma de evaluar cómo las exposiciones podrían estar afectando al desarrollo del sistema nervioso", señaló en un comunicado de prensa de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins la autora líder del estudio, Janet DiPietro, decana asociada de investigación de la facultad.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de 50 mujeres embarazadas con unos ingresos altos o bajos en y alrededor de Baltimore, y hallaron que todas tenían niveles detectables de organoclorados, entre ellos DDT, PCB y otros pesticidas que han estado prohibidos en EE. UU. durante más de treinta años.
Las mujeres con altos ingresos tenían una concentración de sustancias mayor que las de bajos ingresos.
Las muestras de sangre se recolectaron a las 36 semanas del embarazo, y las medidas del ritmo cardiaco y el movimiento de los fetos también se tomaron en ese momento, según el estudio, que aparece en una edición en línea de la revista Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology.
Los investigadores hallaron que unos niveles más altos de algunos contaminantes ambientales comunes se asociaban con un movimiento fetal más frecuente y vigoroso. Algunas de las sustancias también se asociaron con menos cambios en el ritmo cardiaco fetal, que normalmente es paralelo a los movimientos del feto.
"La mayoría de estudios sobre los contaminantes ambientales y el desarrollo infantil esperan hasta que los niños tienen bastante más edad para evaluar los efectos de las cosas a las que la madre podría haber estado expuesta durante el embarazo", señaló DiPietro. "Aquí, observamos los efectos en el útero".
La forma en que el periodo prenatal prepara el desarrollo infantil posterior es un tema de tremendo interés, afirmó DiPietro.
"Estos resultados muestran que el feto en desarrollo es susceptible a las exposiciones ambientales y que podemos detectarlo mediante la medida de la neuroconducta fetal", explicó. "Esto es aún más evidencia de la necesidad de proteger al cerebro vulnerable en desarrollo de los efectos de los contaminantes ambientales tanto antes como después de nacer".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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