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Institutos Nacionales de la Salud
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Relacionan el síndrome de las piernas inquietas con un riesgo de morir antes
Los hombres mayores con la afección tenían un aumento en la mortalidad del 39 por ciento, sugiere un estudio
Traducido del inglés: jueves, 13 de junio, 2013
En un estudio de casi 20,000 hombres, investigadores de la Universidad de Harvard hallaron que los hombres que sufrían de síndrome de las piernas inquietas tenían un riesgo un 39 por ciento más elevado de muerte prematura que los hombres que no.
"Este estudio sugiere que los individuos con síndrome de las piernas inquietas son más propensos a morir temprano que otras personas", señaló el autor del estudio, el Dr. Xiang Gao, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, y epidemiólogo asociado del Hospital Brigham and Women's, en Boston. "Esta asociación fue independiente de otros factores de riesgo conocidos".
"[Pero] se trató de un estudio observacional", comentó Gao respecto a los hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 12 de junio de la revista Neurology. "Solo podemos observar una asociación que sugiere una posible relación causal".
El síndrome de las piernas inquietas es una afección común que hace que las personas sientan una sensación incómoda en las piernas mientras están acostadas, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular (NINDS) de EE. UU. La sensación puede ser de pálpitos, jalones u hormigueos. El síndrome de las piernas inquietas dificulta quedar y permanecer dormido.
Su causa exacta se desconoce. Parece darse en familias, lo que sugiere que la afección tiene un componente genético, según el NINDS. El síndrome de las piernas inquietas también se ha vinculado con algunas afecciones médicas, como la enfermedad renal y el trastorno nervioso conocido como neuropatía periférica. También se asocia con el uso de ciertos medicamentos, y puede ocurrir en el embarazo.
Gao dijo que muchas personas con síndrome de las piernas inquietas tienen niveles bajos de hierro, y que tomar complementos de hierro con frecuencia alivia los síntomas de la afección. Pero advirtió que un exceso de hierro puede resultar peligroso, así que hay que asegurarse de que el médico revise los niveles de hierro antes de tomar cualquier complemento.
El estudio actual incluyó a casi 18,500 hombres estadounidenses, a quienes se dio un seguimiento durante ocho años. Al inicio del estudio, ninguno de los hombres sufría de diabetes, artritis ni insuficiencia renal. La edad promedio al inicio del estudio era de 67 años.
Se diagnosticó con síndrome de las piernas inquietas a casi el 4 por ciento (690 hombres) del grupo del estudio. Los hombres con síndrome de las piernas inquietas eran más propensos a tomar antidepresivos y a tener hipertensión, enfermedad cardiovascular o Parkinson. Los hombres con el síndrome también tenían quejas más frecuentes de insomnio, lo cual no resultó sorprendente.
Durante el seguimiento del estudio, casi 2,800 hombres murieron.
Cuando los investigadores compararon a los que tenían síndrome de las piernas inquietas y a los que no, hallaron que los hombres con la afección eran un 39 por ciento más propensos a morir durante el periodo del estudio que los que no sufrían de ella. Cuando controlaron factores como la masa corporal, factores del estilo de vida, afecciones crónicas y la duración del sueño, el riesgo de mortalidad de los hombres con síndrome de las piernas inquietas se redujo al 30 por ciento.
Tras controlar los datos por afecciones crónicas importantes, los investigadores observaron una relación lineal entre la frecuencia del síndrome de las piernas inquietas y el riesgo de muerte. Mientras más frecuentes eran los síntomas, mayor era el riesgo de muerte, señaló Gao.
Gao dijo que el motivo de que el síndrome de las piernas inquietas se asocie con un mayor riesgo de muerte no está claro. Apuntó que quizás tenga algo que ver con los problemas del sueño y la falta de sueño de calidad entre las personas con la afección. Podría relacionarse con los factores de riesgo cardiovascular, aunque los investigadores intentaron controlar los datos respecto a dichos factores. Comentó que lo que está claro es que se necesita más investigación.
Gao y su equipo están estudiando un grupo de mujeres con síndrome de las piernas inquietas, pero comentó que no sabe si los hallazgos del estudio en hombres serán similares en las mujeres.
La Dra. Melissa Bernbaum, neuróloga del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, sospecha que los hallazgos serán parecidos en las mujeres. "No veo un motivo para que no lo sean", dijo.
"Estos hallazgos me sorprendieron", añadió Bernbaum. "Se trata de un aumento bastante alto del riesgo".
"Creo que hicieron un buen trabajo al definir algunos de los motivos de la existencia de esta asociación, pero lo que no mencionan es a quién se trató por el síndrome de las piernas inquietas, y a quién no", planteó Bernbaum. "Si se pueden evitar las molestias del sueño, ¿sería el riesgo de mortalidad el mismo?".
Ambos expertos dijeron que el mensaje principal de este estudio es que cualquiera que tenga síntomas de síndrome de las piernas inquietas debe consultar al médico. Si tiene una carencia de hierro, los complementos de hierro pueden ayudar. También hay otros tratamientos disponibles para las personas que no tienen una carencia de hierro.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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