Un implante cardíaco podría salvar vidas de pacientes con trastornos inmunitarios graves
Se trata del primer estudio que muestra el valor de la monitorización de arritmias cardíacas graves en potencia en pacientes con esclerosis sistémica.
La esclerosis sistémica es un trastorno reumatoide autoinmunitario que afecta varios órganos como el corazón. Las lesiones cardíacas son una consecuencia directa de esta enfermedad y afecta el sistema de conducción que controla las pulsaciones, el músculo cardíaco, las válvulas y la capa externa del corazón.
“Sabemos que la esclerosis sistémica afecta el corazón y que el pronóstico para estos casos suele ser muy negativo (un porcentaje de 14 al 55% de muertes)”, afirma Lesley-Anne Bissell de la Universidad de Leeds. “El diagnóstico temprano y el tratamiento inmediato para reducir los riesgos de complicaciones son fundamentales para poder mejorar el pronóstico de la enfermedad”, añade ella.
El dispositivo desarrollado por el grupo investigador tiene el tamaño de un chicle para masticar. Se injerta a través de un pequeño corte bajo la piel en la parte superior izquierda del pecho. Los electrodos que monitorizan la actividad cardíaca se encuentran en la superficie del dispositivo. La intervención no requiere más de 15-20 minutos y se aplica anestesia local.
Gracias a este dispositivo, se puede almacenar los datos obtenidos en ECG en caso de una arritmia cardíaca, responder rápidamente a ello y mejorar el pronóstico del paciente.
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