EL DIAGNÓSTICO PRECOZ SUELE EVITAR LA CIRUGÍA
El cribado reduce la incidencia de cáncer anal en pacientes de riesgo
El diagnóstico del cáncer anal suele ser tardío, su evolución clínica es severa y tiene una mala respuesta al tratamiento. Un estudio realizado en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) con 300 pacientes, seguidos durante casi cuatro años, evidencia que el cribado en grupos de riesgo disminuye la incidencia del cáncer anal.
María R.Lagoa. Vigo | 14/03/2017 12:17
Grupo de especialistas en patologías del virus del papiloma humano de alto riesgo del CHUVI. En el centro, Mauricio Iribarren Díaz. (DM)
El diagnóstico del cáncer anal suele ser tardío, su evolución clínica es severa y tiene una mala respuesta al tratamiento. Un estudio realizado en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) con 300 pacientes, seguidos durante casi cuatro años, evidencia que el cribado en grupos de riesgo disminuye la incidencia del cáncer anal. Además, el diagnóstico precoz de esta neoplasia evita la cirugía, que suele ser agresiva. "Ninguno de los pacientes con las lesiones precancerosas que hemos tratado han desarrollado cáncer", asevera Mauricio Iribarren Díaz, responsable del gabinete que en el Chuvi realiza el cribado diagnóstico y tratamiento de la población de riesgo.
El cáncer de cérvix y de ano comparten características clínicas y una causa común: el virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH-AR). Las cifras del cáncer de cérvix cuando era una endemia indicaban una incidencia de 30-35 casos por 100.000 habitantes. La prevención mediante cribado de lesiones precursoras de cáncer de cérvix uterino está bien establecida, constituyendo uno de los mayores éxitos de la medicina moderna.
Pasar a la acción
No ocurre lo mismo con el cribado de las lesiones anales. Sin embargo, el cáncer de ano, actualmente, registra unos guarismos que ameritan pasar a la acción. En el principal grupo de riesgo, hombres que practican sexo con hombres (HSH) infectados por el VIH, se producen 90-140 casos por 100.000 habitantes. "Desde que se logró controlar la infección por VIH con la terapia antirretroviral y los pacientes no se mueren de sida, se ha constatado que pueden desarrollar algunas neoplasias, como el cáncer anal", ha explicado el responsable de la consulta de Vigo.
Los grupos americanos fueron pioneros en el mundo demostrando la idoneidad de este cribado diagnóstico o diagnóstico-terapéutico, con la hipótesis de que lo que ocurre en el cérvix no difiere de lo que ocurre en el ano. Antonio Ocampo, especialista en VIH en el Chuvi, Joaquín González-Carreró, jefe del Servicio de Anatomía Patológica, y Mauricio Iribarren, consideraron la necesidad de afrontar una situación cada vez más frecuente e impulsaron el cribado complejo de las lesiones anales, utilizando la anoscopia de alta resolución en el diagnóstico de la neoplasia intraepitelial anal, y el tratamiento de las mismas.
Consolidación del método
En España, además de Vigo, se hace en Cataluña, Madrid o Granada. La particularidad del gabinete del Chuvi es el seguimiento realizado de 300 hombres infectados por el VIH que tuvieron sexo con hombres. Los especialistas analizaron la prevalencia de la infección por VPH-AR y la prevalencia e incidencia de las lesiones secundarias a esa infección, incluido el cáncer anal. También la respuesta al tratamiento sistemático de todas las neoplasias intraepiteliales de alto riesgo en relación al desarrollo de este tipo de cáncer.
La investigación culminó con la tesis rubricada por Mauricio Iribarren, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude, y en la consolidación del cribado diagnóstico y terapéutico de las lesiones anales como una actividad clínica del Chuvi. Los resultados documentados desvelan que reporta beneficios disminuyendo la incidencia del cáncer anal. "Partimos de unas cifras de lesiones de bajo riesgo y de alto grado; comprobamos que al final las primeras eran más que las que teníamos al principio y que las de alto grado habían descendido", significa el autor principal del trabajo.
Las conclusiones se publicarán pronto en una revista científica. La investigación demostró que el 87 por ciento de los pacientes estudiados estaba infectado por VPH y se detectaron tres cánceres anales precoces, que fueron sometidos a radioterapia y quimioterapia. Estos pacientes tuvieron una buena respuesta al tratamiento de primera línea, a diferencia de lo que sucede cuando el diagnóstico es tardío, y evitaron la cirugía, que consiste en una amputación abdominoperineal.
El cáncer de cérvix y de ano comparten características clínicas y una causa común: el virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH-AR). Las cifras del cáncer de cérvix cuando era una endemia indicaban una incidencia de 30-35 casos por 100.000 habitantes. La prevención mediante cribado de lesiones precursoras de cáncer de cérvix uterino está bien establecida, constituyendo uno de los mayores éxitos de la medicina moderna.
Pasar a la acción
No ocurre lo mismo con el cribado de las lesiones anales. Sin embargo, el cáncer de ano, actualmente, registra unos guarismos que ameritan pasar a la acción. En el principal grupo de riesgo, hombres que practican sexo con hombres (HSH) infectados por el VIH, se producen 90-140 casos por 100.000 habitantes. "Desde que se logró controlar la infección por VIH con la terapia antirretroviral y los pacientes no se mueren de sida, se ha constatado que pueden desarrollar algunas neoplasias, como el cáncer anal", ha explicado el responsable de la consulta de Vigo.
Los grupos americanos fueron pioneros en el mundo demostrando la idoneidad de este cribado diagnóstico o diagnóstico-terapéutico, con la hipótesis de que lo que ocurre en el cérvix no difiere de lo que ocurre en el ano. Antonio Ocampo, especialista en VIH en el Chuvi, Joaquín González-Carreró, jefe del Servicio de Anatomía Patológica, y Mauricio Iribarren, consideraron la necesidad de afrontar una situación cada vez más frecuente e impulsaron el cribado complejo de las lesiones anales, utilizando la anoscopia de alta resolución en el diagnóstico de la neoplasia intraepitelial anal, y el tratamiento de las mismas.
Consolidación del método
En España, además de Vigo, se hace en Cataluña, Madrid o Granada. La particularidad del gabinete del Chuvi es el seguimiento realizado de 300 hombres infectados por el VIH que tuvieron sexo con hombres. Los especialistas analizaron la prevalencia de la infección por VPH-AR y la prevalencia e incidencia de las lesiones secundarias a esa infección, incluido el cáncer anal. También la respuesta al tratamiento sistemático de todas las neoplasias intraepiteliales de alto riesgo en relación al desarrollo de este tipo de cáncer.
La investigación culminó con la tesis rubricada por Mauricio Iribarren, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude, y en la consolidación del cribado diagnóstico y terapéutico de las lesiones anales como una actividad clínica del Chuvi. Los resultados documentados desvelan que reporta beneficios disminuyendo la incidencia del cáncer anal. "Partimos de unas cifras de lesiones de bajo riesgo y de alto grado; comprobamos que al final las primeras eran más que las que teníamos al principio y que las de alto grado habían descendido", significa el autor principal del trabajo.
Las conclusiones se publicarán pronto en una revista científica. La investigación demostró que el 87 por ciento de los pacientes estudiados estaba infectado por VPH y se detectaron tres cánceres anales precoces, que fueron sometidos a radioterapia y quimioterapia. Estos pacientes tuvieron una buena respuesta al tratamiento de primera línea, a diferencia de lo que sucede cuando el diagnóstico es tardío, y evitaron la cirugía, que consiste en una amputación abdominoperineal.
Más grupos de riesgo
El grupo del Chuvi considera que, además del grupo investigado, son susceptibles de beneficiarse del cribado pacientes (mujeres o hombres) con infección VIH, todos los HSH, los individuos inmunodeprimidos y las mujeres con neoplasia cervical intraepitelial de alto grado o cáncer de cérvix uterino.
Otra conclusión interesante de este trabajo es que vale la pena tratar las lesiones recurrentes porque previene el cáncer: "En nuestro estudio las lesiones de alto grado bajan con respecto al principio", insiste Iribarren.
Junto al instrumental y material que se requieren para realizar la anoscopia de alta resolución, el experto se ha referido a la necesidad de contar con especialistas capacitados para hacer el cribado diagnóstico e instaurar el tratamiento. A su juicio, los cirujanos con experiencia en cirugía colorrectal son los profesionales más preparados.
Otra conclusión interesante de este trabajo es que vale la pena tratar las lesiones recurrentes porque previene el cáncer: "En nuestro estudio las lesiones de alto grado bajan con respecto al principio", insiste Iribarren.
Junto al instrumental y material que se requieren para realizar la anoscopia de alta resolución, el experto se ha referido a la necesidad de contar con especialistas capacitados para hacer el cribado diagnóstico e instaurar el tratamiento. A su juicio, los cirujanos con experiencia en cirugía colorrectal son los profesionales más preparados.
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