lunes, 10 de abril de 2017

“El virus del sida ha revelado nuestra debilidad en la investigación en vacunas” - DiarioMedico.com

“El virus del sida ha revelado nuestra debilidad en la investigación en vacunas” - DiarioMedico.com



FRANÇOISE BARRÉ-SINOUSSI, NOBEL DE MEDICINA

“El virus del sida ha revelado nuestra debilidad en la investigación en vacunas”

La codescubridora del VIH del Instituto Pasteur aboga por centrarse en la inmunología básica para avanzar en el tratamiento y la prevención.
Sonia Moreno. Madrid   |  10/04/2017 00:00
 
 

Françoise Barré-Sinoussi
Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel de Medicina y codescubridora del VIH. (Mauricio Skrycky)
Una joven viróloga del Instituto Pasteur recibió el encargo de averiguar si detrás de una misteriosa enfermedad que destruía el sistema inmunológico podría estar un retrovirus. Françoise Barré-Sinoussi hacía años que investigaba esos patógenos en la unidad de Luc Montaigner. Así que asumieron el reto de analizar la biopsia de un paciente con linfoadenopatía generalizada, y en 1983 publicaron en Science la caracterización del nuevo retrovirus causante de lo que denominaron linfadenopatía asociada a virus (LAV). El resto es historia de la Medicina, Nobel incluido.
Así comenzaba una carrera vinculada al VIH/sida, que además ha aportado conocimiento relevante sobre la transmisión vertical y los mecanismos de la respuesta inmune. "Entonces éramos ingenuos, no teníamos ni idea de a lo que nos enfrentábamos. Yo me di cuenta de la magnitud del problema en una visita a República Centroafricana, en 1985", comenta sobre esos años a DM. La científica ha participado en una jornada sobre investigacion en VIH, organizada por el Instituto de Salud Carlos III, en Majadahonda (Madrid).
'Pruebas de concepto'
Décadas después, y gracias al trabajo de investigadores como ella, el VIH puede controlarse con un sencillo régimen farmacológico. También en estos años hemos conocido a Timothy Brown, un paciente que no necesita terapia desde que recibió en Berlín un trasplante de médula ósea de donante con la mutación que confiere resistencia natural al virus.
  • Los marcadores para medir reservorios no son los mejores: comprometen cómo determinamos la eficacia de los intentos para silenciar al virus”
Como él, existen otras "pruebas de concepto" que invitan a considerar posible la curación del VIH. "No me gusta el término de curación funcional, es antiguo. Yo prefiero hablar de respuesta sostenida. Estamos aprendiendo de esos casos, de los pacientes de Boston, la cohorte Visconti... Se intenta reactivar al virus latente para eliminarlo, pero las estrategias que empleamos, como los anticuerpos ampliamente neutralizantes para acelerar la eliminación del VIH, no parecen suficientes".
Uno de los principales obstáculos para la científica es que "no tenemos los mejores marcadores para cuantificar los reservorios. Los medimos mediante la integración en el ADN de las células a las que podemos acceder, en la sangre, pero los reservorios se encuentran también en localizaciones menos accesibles, como el intestino y el cerebro, y eso compromete cómo se determina la eficacia de los tratamientos que buscan silenciarlos. Buen ejemplo de ello son los pacientes de Boston: se pensaba que estaban curados, porque no se detectaba el virus".
De ahí que vea prioritario mejorar la detección. "Hace poco Nature ha publicado un trabajo de mi colega Monsef Benkirane, en la Universidad de Montpellier, sobre un nuevo marcador, CD32a, que se expresa en la superficie de células dendríticas y macrófagos. También en la mitad de las células T CD4 con infección latente, pero no en las que no están infectadas ni en las que tienen infección activa. No es la solución definitiva, pero unido a otros marcadores que se investigan, como la expresión de proteínas checkpoint PD-1 o CTLA-4, sería un avance hacia una mejor identificación de los reservorios".
  • La PrEp es una ayuda más; no estamos diciendo que sustituya a otras, pero en determinados colectivos es la oportunidad para la prevención”
Más lejano le parece la aplicación de la edición génica -los últimos trabajos emplean, cómo no, la técnica CRISPR/Cas9- y de la terapia celular para emular el efecto obtenido en el paciente de Berlín. "Además de que aún está en sus inicios, son estrategias que no resultan generalizables. Seguro que aprenderemos mucho de ellas, pero también hay que pensar en todos los pacientes que necesitan el tratamiento y viven en países sin una adecuada infraestructura sanitaria", dice sacando a relucir su lado reivindicativo, ese mismo que la movió a escribir una carta abierta al papa Benedicto XVI, donde criticaba las palabras del pontífice sobre el uso del preservativo.
Reivindicativa
Con su última lucha ha logrado que la ministra de Sanidad implante de forma gratuita la profilaxis preexposición (PrEp) en Francia. "La PrEp es una herramienta más; no estamos diciendo en absoluto que sustituya al preservativo, a la circuncisión, ni a la limitación de las conductas de riesgo, pero para ciertos colectivos, y pienso por ejemplo en mujeres sometidas, es una oportunidad de prevención", dice firme la parisina.
Toda medida preventiva parece necesaria, a falta de una vacuna. "Será difícil de conseguir. Aún no hemos avanzado lo suficiente en el conocimiento del tipo de respuesta que genera una vacuna cuando logra protección. El dogma es que la vacuna induce anticuerpos neutralizantes y que estos son responsables de la protección. Bien, esa es la correlación que hacemos entre los anticuerpos y la protección, pero la correlación no es el mecanismo. Nos conformamos, porque la vacuna produce protección, pero ¿cuál es el último mecanismo? No hemos respondido del todo a esa pregunta. En mi opinión, esa es la razón por la que aún no tenemos una vacuna frente al VIH, como tampoco para la malaria, la tuberculosis o tantas enfermedades infecciosas. En cierto sentido, el VIH ha revelado nuestra debilidad en el campo de la investigación en vacunas. Tenemos que profundizar en la inmunología básica".

Una historia que no debería repetirse

La pandemia del VIH se ha narrado desde muchos ángulos y hasta la saciedad, como no podía ser menos con una historia que tiene todo el aliño para triunfar: una enfermedad de proporción global que cambió las relaciones sexuales; rivalidad científica -saldada con la exclusión del Nobel del estadounidense Robert Gallo- y mucho activismo. La historia que le gusta contar a Françoise Barré-Sinoussi es la de esa lucha -"conservo amigos, personas brillantes y solidarias, de esos años"- que no tendría que volver a ser necesaria. Y sin embargo, dice que ese temor la asaltó con el nuevo brote del Ébola.

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