ESTUDIO EN ‘SCIENTIFIC REPORTS’
La cortistatina disminuye el número y tamaño de las placas ateroescleróticas
El neuropéptido antinflamatorio cortistatina demuestra un posible efecto terapéutico en varios modelos preclínicos establecidos en ateroesclerosis.
Carmen Cáceres. Sevilla | 25/04/2017 15:59
Elena Gonzalez-Rey y Mario Delgado, autores del estuido. (DM)
Los grupos de investigación de Mario Delgado y Elena Gonzalez-Rey, del Instituto de Parasitología y Biomedicina Lopez-Neyra del CSIC, en colaboración con el grupo de Francisco O'Valle, de la Universidad de Granada, y el grupo de Adrew Lichtman, de la Facultad de Medicina de Harvard, de Boston, han realizado un estudio, que se publica en la revista Scientific Reports, sobre el efecto terapéutico del neuropéptido antinflamatorio cortistatina en varios modelos preclínicos establecidos de ateroesclerosis, principal causante del infarto de miocardio y que encabeza las estadísticas de mortalidad y morbilidad. "Hemos ahondado en los mecanismos celulares y moleculares implicados en este potencial efecto terapéutico, en vistas a proponer una mejora en el futuro tratamiento de esta enfermedad", ha comentado a Diario Médico Mario Delgado.
Para ello, han empleado dos modelos preclínicos de ateroesclerosis en ratones deficientes en la apolipoproteína E, alimentados con una dieta occidental rica en grasas. "Uno de los modelos tiene un curso crónico y desarrolla placas de ateroesclerosis en un largo período de tiempo en corazón, árbol aórtico y aorta. El otro modelo lo agudizamos y focalizamos solo en la arteria carótida, realizando una ligación parcial de la misma", ha indicado este experto.
En ambos modelos han tratado a los ratones con cortistatina por vía sistémica una vez iniciada la enfermedad y han estudiado los niveles de colesterol en sangre, el desarrollo de placas de ateroma a nivel macroscópico y microscópico, y han caracterizado los mecanismos celulares implicados. "Entre ellos, -expone Delgado- investigamos el efecto en la infiltración de células inmunológicas en la placa y pared arterial; la respuesta inmunológica en los órganos linfoides que drenan el corazón, carótida y aorta; la formación de células espumosas (macrófagos que acumulan colesterol en la placa) y el reclutamiento de células inflamatorias por parte del endotelio arterial".
Resultados
Entre los resultados obtenidos, "hemos encontrado que aunque el tratamiento de cortistatina no reduce los niveles de colesterol en sangre, disminuye significativamente el número y el tamaño de las placas ateroescleróticas en seno aórtico, arco aórtico, aorta descendente y carótida", ha subrayado. Este efecto es mediado a través de varios mecanismos que incluyen la reducción de los infiltrados inflamatorios en la pared arterial, "probablemente por una regulación de la respuesta inflamatoria y autorreactiva en los órganos linfoides, y por la inducción de dos tipos celulares inhibidores de la respuesta inmunológica como son las células T reguladoras y los macrófagos tipo M2", según Delgado.
Entre los resultados obtenidos, "hemos encontrado que aunque el tratamiento de cortistatina no reduce los niveles de colesterol en sangre, disminuye significativamente el número y el tamaño de las placas ateroescleróticas en seno aórtico, arco aórtico, aorta descendente y carótida", ha subrayado. Este efecto es mediado a través de varios mecanismos que incluyen la reducción de los infiltrados inflamatorios en la pared arterial, "probablemente por una regulación de la respuesta inflamatoria y autorreactiva en los órganos linfoides, y por la inducción de dos tipos celulares inhibidores de la respuesta inmunológica como son las células T reguladoras y los macrófagos tipo M2", según Delgado.
Además, han observado que el tratamiento con cortistatina reduce la formación de células espumosas aumentando la salida de colesterol de las mismas, reduce el reclutamiento por parte del endotelio de células inflamatorias a la placa ateroesclerótica, y limita la remodelación vascular regulando la proliferación y migración de células musculares arteriales. Todos estos mecanismos patológicos son claves para el desarrollo de la placa de ateroma.
Acción múltiple
El principal avance de este trabajo radica en que se han usado modelos preclínicos establecidos, lo que hace más fácil su traslación inmediata a la clínica. Por otra parte, el neuropéptido cortistatina actúa a varios niveles en distintos procesos patológicos claves para el desarrollo de la placa aterosclerótica, lo que puede suponer una ventaja sobre tratamientos actuales que van contra un único componente. "Especialmente, cortistatina corrige la respuesta autorreactiva e inflamatoria contra la pared arterial, y genera una respuesta protectora de mantenimiento de tolerancia inmunológica", matiza Delgado.
El principal avance de este trabajo radica en que se han usado modelos preclínicos establecidos, lo que hace más fácil su traslación inmediata a la clínica. Por otra parte, el neuropéptido cortistatina actúa a varios niveles en distintos procesos patológicos claves para el desarrollo de la placa aterosclerótica, lo que puede suponer una ventaja sobre tratamientos actuales que van contra un único componente. "Especialmente, cortistatina corrige la respuesta autorreactiva e inflamatoria contra la pared arterial, y genera una respuesta protectora de mantenimiento de tolerancia inmunológica", matiza Delgado.
Así mismo, el tratamiento con cortistatina no reduce los niveles de colesterol en sangre, por lo que se podría utilizar en combinación con estos medicamentos usados actualmente en clínica y, sobre todo, tras suspensión de la dieta rica en colesterol (en el modelo usado, en todo momento el animal está alimentado con dosis altas de colesterol).
Por último, la cortistatina se ha usado con anterioridad en el tratamiento de otros modelos de enfermedades autoinmunes y cardiovasculares, y se ha utilizado como terapia en humanos en enfermedades endocrinas, demostrando su seguridad y su eficiencia.
Por último, la cortistatina se ha usado con anterioridad en el tratamiento de otros modelos de enfermedades autoinmunes y cardiovasculares, y se ha utilizado como terapia en humanos en enfermedades endocrinas, demostrando su seguridad y su eficiencia.
Este trabajo confirma una hipótesis en la que varios grupos vienen trabajando recientemente, y es que la ateroesclerosis ha dejado de ser considerada como una enfermedad causada por una simple acumulación de colesterol en las arterias, pasando a ser considerada una enfermedad cardiovascular inflamatoria con un componente autoinmune, lo que puede permitir una variación en el tratamiento hacia terapias inmunomoduladoras en combinación con agentes reductores de colesterol y una dieta baja en grasas. En opinión de este experto, "la cortistatina emerge como uno de estos nuevos tratamientos inmunomoduladores de acción múltiple".
Este estudio se ha realizado durante la fase de progresión de la enfermedad. "Sería necesario -concluye- probar su eficiencia en un modelo con las placas ya generadas, y sería interesante estudiar la respuesta a este tratamiento en combinación con medicamentos reductores de colesterol (por ejemplo, estatinas) o en condiciones no tan severas de alimentación continua con dietas ricas en grasas, sino una vez detectada la aparición de placas, pasar a una dieta baja en grasas".
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