ANDRÉS LOZANO, UNO DE LOS PADRES DEL MÉTODO
El sistema HIFU se consolida en terapia del temblor esencial y en Parkinson
El abordaje del temblor esencial y el que se asocia al Parkinson parece tener en el sistema HIFU un perfecto aliado. Este método, basado en el manejo de un ultrasonido focal sobre el tálamo cerebral, genera hipertermia que puede conseguir la recuperación funcional del enfermo, según Andrés Lozano, de la Universidad de Toronto (Canadá) y considerado 'padre' del método.
Enrique Mezquita. Valencia | 28/07/2017 17:00
Andrés Lozano, catedrático de la Universidad de Toronto, en Canadá. (Enrique Mezquita)
El sistema HIFU (High Intensity Focused) es un revolucionario sistema para los trastornos de movimiento como el temblor esencial o los temblores vinculados al Parkinson, centrado en el manejo de un ultrasonido focal en la zona dañada del tálamo y que permite al paciente volver a su vida normal en 24 horas.
Mediante una resonancia magnética de 3T se localiza la zona afectada que va a ser tratada con el ultrasonido a modo de diana. Sobre ella, en pocos milímetros, centrada en el núcleo intermedio ventral (VIM) del tálamo, se genera una hipertermia localizada en ese punto y se comprueba la remisión de los síntomas para después eliminar la zona de la diana. De esta forma, gracias a un proceso que dura tres horas, el resultado es la recuperación funcional del paciente y en 24 horas retoma su vida normal.
Segura y eficaz
Según Andrés Lozano, catedrático en Neurocirugía de la Universidad de Toronto (Canadá) y consultor médico de ERESA Grupo Médico, la experiencia ya acumulada confirma que se trata de "una técnica segura, con un ritmo de eficacia muy alto y mínimos efectos secundarios". En este sentido, ha destacado que al ser una técnica que se practica con RM, "se puede abordar cualquier diana de forma precisa y, a medida que vamos disparando los ultrasonidos, también podemos medir la temperatura del cerebro".
- Se trata de un método seguro, de gran eficacia y con mínimos riesgos
Asimismo, ha destacado su potencial manejo en un porcentaje muy alto de afectados. El temblor esencial es un trastorno del movimiento que puede afectar a las manos, piernas, cabeza y voz. Es uno de los desórdenes de movimiento más común en las personas mayores de 65 años, pues una de cada cinco personas se ve afectada por esta dolencia y en el " 40 por ciento de pacientes con temblores esenciales, los fármacos no son eficaces o bien tolerados -por ejemplo, en el caso de los betabloqueantes-", un colectivo que se suma a aquéllos que presenten infecciones por culpa del estimulador que se emplea en otras técnicas o los pacientes añosos que no soportan el estrés quirúrgico, ha expuesto Lozano, ponente invitado en un encuentro con neurólogos y pacientes promovido por la Fundación QUAES y con la colaboración de la Asociación de Parkinson Valencia, con el fin de intercambiar experiencias y acercar esta técnica a las personas afectadas.
Resultados y ventajas
El especialista ha hecho hincapié en que los resultados son "definitivos e irreversibles" y la calidad de vida "mejora de forma muy importante", además de apuntar que no existen limitaciones de edad, ya que en su experiencia con esta técnica hay intervenciones en "pacientes de 85-90 años".
Por contra, una de las escasas limitaciones es que el paciente presente un cráneo más grueso de lo normal, lo cual dificulta el paso de los ultrasonidos. En este sentido, Lozano ha señalado que "existen tres alternativa de abordaje contra el temblor -lesión con radiofrecuencia, estimulacion cerebral profunda y HIFU- y aunque en nuestro centro damos la posibilidad de escoger, casi todos los pacientes optan por el HIFU porque no es invasivo y presenta mínimos riesgos".
Indicaciones de futuro
Respecto a la extensión de la técnica HIFU, los especialistas apuntan que, una vez que ha sido aprobado su uso en Norteamérica y Europa, no existen barreras regulatorias (la FDA aprobó su uso tras un estudio multicéntrico y doble ciego de Andrés Lozano, publicado en New England Journal of Medicine, que comprobó el éxito de la técnica tras emplearla en 76 pacientes -un tercio con placebo y el resto con HIFU-). En este escenario, es cuestión de saber qué centros quieren realizarla y cuáles están preparados a nivel tecnológico y humano (cirujanos, neurólogos, radiólogos....), para hacerlo. A modo de ejemplo, en el centro canadiense donde desarrolla su labor Andrés Lozano, llevan seis años realizando intervenciones con HIFU en pacientes con temblores esenciales y casi tres en afectados con Parkinson, con una media de unas 50 intervenciones al año (más 200 pacientes en lista de espera, actualmente). Dado la especialización y que aún no hay muchos centros que disponen de la técnica, una de las opciones más claras es desarrollar centros de referencia para poder centralizar las mismas -en nuestro país, gracias a ERESA y HM Hospitales, el sistema HIFU es una realidad en España, siendo una de las siete unidades que existen en toda Europa (el mismo número que en Norteamérica)-.
En cualquier caso, el éxito obtenido y las potenciales aplicaciones del HIFU abren un futuro esperanzador. En Parkinson, según los especialistas, los resultados con el temblor son espectaculares, pero se está trabajando en el abordaje de otros síntomas dominantes de la patología. Asimismo, se está en fases iniciales de investigación para comprobar sus aplicaciones en el abordaje de la epilepsia -lesionando el foco epiléptico-, pequeñas malformaciones cerebrales e incluso el Alzhéimer. Según Andrés Lozano, en este último caso se trataría de "abrir la barrera hematoencefálica del cerebro con esta técnica y permitir las proteínas que se acumulan en la patología, se disuelvan". Otras aplicaciones son la quimioterapia de tumores, también centrada en contribuir a superar la barrera hematoencefálica para que pudien actuar mejor los agentes, el dolor neuropático y, en especial, la neuralgia del trigemino. De todas ellas, Lozano ha apuntado que sus mayores expectativas a corto y medio plazo están en la epilepsia.
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