Los padres españoles no perciben el exceso de peso de sus hijos

La percepción parental sobre el exceso de peso de sus hijos es errónea, algo que puede estar derivado de la normalización de la obesidad. En España, el sedentarismo y las dietas con alto contenido en azúcar provocan unos niveles de obesidad infantil de los más altos del mundo.

Redacción. Madrid | 20/07/2017 10:30

Niño con sobrepeso. (CF)

La obesidad infantil en España se estabilizó entre 2006 y 2012, según datos extraídos del estudio Exceso de peso infantil en España 2006-2012. Determinantes y error de la percepción parental, publicado en la Revista Española de Cardiología. Sin embargo, los niveles siguen siendo excesivamente elevados, lo que hace que España ostente una de las tasas de obesidad más altas del mundo. La que sí que aumentó significativamente, en ese mismo período, fue la percepción parental errónea sobre el exceso de peso infantil. El porcentaje de padres que perciben equivocadamente el exceso de peso de sus hijos aumentó del 60,8 por ciento en 2006-2007 al 71,4 por ciento en 2011-2012.

"Las posibles causas de la percepción errónea sobre el exceso de peso de los menores tienen que ver con la normalización de la obesidad", ha comentado Miguel Ángel Royo Bordonada, investigador, jefe del Área de Estudios de la Escuela Nacional de Sanidad y uno de los autores de la investigación. Otros posibles factores serían la estigmatización social y la no responsabilidad de sentimientos de culpabilidad.

Las posibles causas de la percepción errónea del exceso de peso de los menores tienen que ver con la normalización de la obesidad

Las cifras indican que la prevalencia de exceso de peso fue del 30,1 por ciento en 2006-2007 y del 29,7 por ciento en 2011-2012. En 2006-2007 la obesidad infantil afectaba al 9,6 por ciento de los menores y al 9 por ciento en 2011-201. Estos datos implican una mejora claramente insuficiente. Entre los factores asociados a la obesidad están la ingesta de bebidas azucaradas, las dietas altamente calóricas y deficientes en fruta y verduras, la falta de horas de sueño y el excesivo sedentarismo.

De esta manera, se ha observado una disminución del porcentaje de consumidores diarios de refrescos y aperitivos: del 6,4 por ciento al 3,7. El cumplimiento de las recomendaciones sobre horas de sueño disminuyó un 5 por ciento, mientras que el porcentaje del tiempo máximo de actividad sedentaria no varió.

Las conclusiones del estudio mostraron que las políticas de mejora de la salud infantojuvenil deberían incluir planes de concienciación del problema de la obesidad, dirigidos a la población general y a los padres, quienes son fundamentales en el establecimiento de hábitos saludables. Además deben contar con medidas destinadas a las clases sociales desfavorecidas, puesto que presentan cifras más altas de obesidad y peores hábitos de alimentación, sueño y sedentarismo. Estas conductas se asocian con sus recursos y capacidades más bajas para superar las barreras que dificultan la adquisición y mantenimiento de hábitos saludables de alimentación y actividad física.

"Hacen falta campañas de concienciación sostenidas en el tiempo. Esto debería ir acompañado de un trabajo a nivel clínico, que debe implicar a todos los profesionales sanitarios en colaboración con los padres, quienes tienen un papel esencial en la modificación de hábitos de sus hijos", ha declarado Royo Bordonada.

Cómo revertir la situación

Según la Fundación Española del Corazón (FEC), la encuesta Children in the city refleja que el 85 por ciento de los niños no cumple la recomendación de practicar al menos una hora de actividad física diaria, lo que afecta directamente, junto a una dieta poco equilibrada, al exceso de peso.

En este sentido, Carlos Macaya, presidente de la FEC, ha explicado que "dedicar un tiempo para realizar actividad física en familia es la vía más constructiva para lograr que los niños huyan de la tendencia sedentaria, ya que ven un ejemplo en su propia casa y adquieren este buen hábito desde la infancia para mantenerlo de por vida".

Entre las recomendaciones de la FEC para evitar el exceso de peso destaca seguir una dieta mediterránea rica en verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva virgen extra, pequeñas cantidades de frutos secos, lácteos semidesnatados y pescado entre tres y cuatro veces por semana.