Redacción. Madrid | 04/08/2017 13:15
La utilización de técnicas mindfulness han servido para que, pacientes con enfermedades mentales, "aprendan a gestionar sus emociones, tomar conciencia de sus pensamientos y a escuchar sus necesidades y disfrutar de las cosas cotidianas", así lo ha considerado Grace Cañizares, enfermera del Centro San Juan de Dios. Estas técnicas engloban tres ejes: la práctica formal de la meditación; prestar atención a lo que sucede en nuestra vida cotidiana, y cultivar actitudes que ayuden a afrontar el día a día.
De esta manera, tras la utilización de las mencionadas técnicas, Cañizares ha explicado que en diferentes investigaciones se ha percibido que "tras 6 o 12 meses de dejar el grupo, las personas mantienen los aprendizajes integrándolo algunos de ellos en su vida cotidiana". Estos cambios podrían convertirse en perdurables, a lo que Cañizares ha añadido que "ésto puede tener su origen en que la persona aprende a aceptar mejor lo que le sucede y empieza a incluir sus propios síntomas como parte de su vida".
En esta misma línea del aprendizaje, el paciente comienza a conectar más con su cuerpo y con sus sensaciones corporales, mostrándose una mejora en su autocuidado personal y de sus cuidados de salud en general. Además, aprender a nombrar las emociones, conectar con ellas y sentirlas, algo nuevo para estos pacientes, lo cual ha mejorado su capacidad de gestión de las mismas. Usuarios que ya han utilizado estas técnicas las han calificado de "muy útiles".
"Realizar estas actividades de forma consciente y con atención deliberada, es lo que permite que la mente se calme y que permanezcamos en 'el presente', evitando así que nuestra mente salte del pasado al futuro constantemente provocándonos ansiedad y estrés. Si a esto le añadimos la aceptación y el no juicio, encontramos una sensación de bienestar", ha concluido Cañizares.
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