Miguel Ángel Cuervo, médico de la unidad de Paliativos del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, ha participado en el III Curso Internacional de Expertos en Control de Síntoma, celebrado en la Fundación Vianorte-Laguna, en Madrid, alertando sobre el abuso de los opioides y los efectos adversos de la sobremedicación.
Soledad Valle. Madrid | 18/12/2017 14:05
Hay colectivos de pacientes que se saben más propensos a desarrollar conductas nocivas con el consumo de opioides para el control del dolor. Miguel Ángel Cuervo, médico de la Unidad de Paliativos del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, detalla esos grupos: "Los pacientes contumores de cabeza o de cuello, los alcohólicos o drogadictos, los que padecen una enfermedad psiquiátrica de base (trastornos depresivos o maniacos), los que pertenecen a familias desestructuradas o tienen un historial de maltratos". ¿Quiere decir que estos pacientes no pueden tomar opioides? Cuervo responde que no, pero advierte que "requieren de un seguimiento más estrecho de la indicación médica".
- Es más sencillo dar rienda suelta a la indicación de opioides que invertir en formación"
Así se manifestó el paliativista en la ponencia dedicada a "Las conductas aberrantes generadas por opioides", que ofreció dentro del III Curso Internacional de Expertos en Control de Síntomas, celebrado en la Fundación Vianorte-Laguna, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Madrid.
El facultativo alerto sobre
el uso y abuso que se está haciendo de los opioides y que nos puede llevar a un escenario como el que se vive
en Estados Unidos, donde"es la segunda causa de muerte en población joven".
- En Estados Unidos es la segunda causa de muerte en población joven"
Los pacientes que consumen estos fármacos para controlar el dolor de manera habitual están presentando unas conductas aberrantes o inapropiadas, como son "las adicciones verdaderas o seudoadicciones, que llevan al paciente a ponen en marcha medidas de acaparamiento por miedo a quedarse sin la medicación; la dependencia física; el uso desviado de la medicación, hacia el mercado negro; el afrontamiento químico-cerebral, que genera la necesidad de utilizar esa medicación para alcanzar una evasión por estados de ánimo depresivos o por la incapacidad de afrontar una situación".
Los efectos aberrantes de esa medicación se han acentuado en los últimos años con la aparición de los opioides de acción rápida o inmediata . El problema que existe para hacer frente a esta situación
es la falta de inversión en formación. "Es más sencillo para la Administración dar rienda suelta a la indicación de opioides que invertir en formación del médico en todo el sistema.
La epidemia de opioides no es solo en Paliativos".
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