Investigadores de la
Northwestern University y de la Universidad de Denver, en Estados Unidos, han determinado que realizar
ejercicio físico de alta intensidad tres veces a la semana
es seguro en pacientes en las primeras fases del Parkinson y que reduciría las complicaciones motoras. El estudio se encuentra en fase II y ha sido publicado por
JAMA Neurology.
Se trata de la primera vez que se ha relacionado el ejercicio físico de alta intensidad con pacientes de Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa en prevalencia en el mundo. Hasta la fecha se creía que el ejercicio de alta intensidad suponía un estrés físico demasiado alto para los pacientes con Parkinson.
El trabajo se realizó con 128 personas de entre 40 y 80 años durante seis meses que realizaron ejercicio tres veces a la semana durante seis meses tanto de alta intensidad, con una frecuencia cardiaca máxima entre el 80 y el 85 por ciento, y con ejercicio moderado entre el 60 y el 65 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima. Los resultados se compararon con los del grupo control, que no realizó ninguna actividad. Tras los seis meses, se evaluó a los participantes con una escala de enfermedad de Parkinson de 0 a 108, en la que cuanto más alta la puntuación, los síntomas presentan mayor gravedad.
Los participantes del trabajo mostraron una puntación de unos 20 antes de realizar el ejercicio. Aquellos que realizaron ejercicios de alta intensidad se mantuvieron en un 20, mientras que los del ejercicio moderado aumentaron a 21,5 y los que no se ejercitaron alcanzaron un 23. Un incremento de tres puntos en esta escala se relaciona con un 15 por ciento de cambios en los signos primarios de la enfermedad y se considera que tienen importancia clínica y que tiene un impacto en la calidad de vida.
"Cuanto antes se actúe, podríamos evitar sufrir la enfermedad. No se trata de estiramientos suaves, hablamos de alta intensidad. Es parte de la idea de que el ejercicio es medicina. Hemos retrasado el empeoramiento de los síntomas seis meses. No obstante, si podemos prevenir la progresión durante más tiempo, requerirá más estudios", ha explicado Daniel Corcos, investigador de la Northwestern University y coautor del trabajo.
Según Corcos "los pacientes con Parkinson que quieran retrasar la progresión de los síntomas deberían ejercitarse tres veces a la semana con una frecuencia cardiaca máxima entre el 80 y el 85 por ciento. Es así de simple".
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