lunes, 11 de marzo de 2019

Tráfico rodado y ozono, principales causas de mortalidad por contaminación

Tráfico rodado y ozono, principales causas de mortalidad por contaminación

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Tráfico rodado y ozono, principales causas de mortalidad por contaminación

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La jornada sobre contaminación ambiental y salud para profesionales de la información, organizada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), pasó revista a las principales patologías respiratorias derivadas del aire contaminado en la mayoría de nuestras ciudades.
Durante la jornada organizada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) se incidió en el problema que supone que la contaminación ambiental provoque más de tres millones de muertes prematuras al año en todo el mundo. Lo que debe movilizar a todos los neumólogosalergólogos y demás profesionales de la Medicina, dado que el Aparato Respiratorio es el principal órgano diana de la mala calidad ambiental. Un problema que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace que 9 de cada 10 personas que viven en zonas urbanas respiren aire contaminado. Lo que en España significa el 35% de la población.
Como afirmó el presidente de SEPAR, doctor Carlos A. Jiménez-Ruiz, este efecto de la mala calidad del aire se traduce en un 3% de mortalidad y un 4% del PIB en costes asistenciales. Por lo que toca a los poderes públicos y la sociedad civil difundir la información más rigurosa y contrastada al respecto. Además de seguir el ejemplo paradigmático de ciudades como Pontevedra y Bilbao, poseedoras de un aire de gran calidad.
Carlos A. Jiménez-Ruiz
La doctora Isabel Urrutia, coordinadora del área de enfermedades ambientales y laborales de SEPAR, ilustró la capacidad letal de la contaminación con el recuerdo de la Niebla de Londres de 1952, que segó la vida de al menos 12.000 ciudadanos por un uso excesivo de carbón en un invierno extremadamente duro.
Como efecto negativo de la contaminación, Urrutia se refirió a las diminutas partículas que llegan a los alveólos pulmonares y de ahí pueden pasar al torrente sanguíneo con daño tisular y creciente inflamación de las mucosas del aparato respiratorio. Sin que la defensa que suponen los cilios bronquiales pueda ser eficaz, al llegar dicha inflamación a célula respiratoria y producirse daños en los vasos sanguíneos.
La especialista señaló como colectivos poblacionales más sensibles a la polución los niños, los pacientes crónicos, los ancianos, las personas de rentas bajas y las mujeres embarazadas. Lo que conlleva un 13% de partos prematuros y un 17% de alumbramientos con bajo peso al nacer. De manera que las madres transmiten contaminantes al feto, con efecto cardiovascular pernicioso. Que también se traduce en estrés oxidativo sobre la placenta y una consecuente disminución de la función pulmonar. Entendida esta función como la hucha para respirar bien el resto de la vida. Lo que no ocurre, si ve severamente disminuida.
Isabel Urrutia
Este fenómeno también fue recogido en 2004 por la revista New England Journal of Medicine, sobre población adolescente que también había visto reducida su capacidad respiratoria por vivir en ambientes de alta contaminación. De forma que se comprobó tres años más tardes en Londres que 60 adultos ofrecían resultados muy dispares si corrían de manera controlada científicamente en la calle de mayor tráfico o en el oxigenado centro de Hyde Park.
Según Urrutia, la bronquitis crónica afecta más a las mujeres y se ve agravada con la polución. Así como existen 59 estudios realizados en EPOC, en los que se confirma que una mayor exposición a la contaminación se traduce en una mayor violencia de las exacerbaciones. Al igual que una mayor presencia en el aire de Material Particulado (MP) repercute en un mayor número de infecciones respiratorias.
La neumóloga también puso el acento en que la Fibrosis pulmonar, aunque es de causa desconocida, sí parece bastante relacionada con la contaminación. Lo que debería llevar a pensar a las autoridades sanitarias, reflexionó, si se tiene presente que esta patología es mortal. Al igual que la enfermedad tromboembólica, o embolia de pulmón, que produce un gran aumento de las plaquetas y muerte súbita.
El físico de formación Julio Díaz Jiménez, y jefe de Epidemiología y Bioestadistica de la Escuela Nacional de Sanidad, definió contaminación como presencia de partículas, sustancias y formas de energía en el aire, por lo que incluyó en la misma al ruido. Ya que este fenómeno es una agresión para el organismo, que produce un mayor envío de oxígeno a los músculos, un incremento del ritmo cardiaco, la quema de glucosa, el uso de cortisol que debilita el sistema inmune, y puede desembocar en diabetes y enfermedades respiratorias. Por lo que insistió en que el ruido es una agresión "ficticia" con impacto real en las lecturas antropométricas, además de ser muy estresante. Como está sobradamente estudiado, afirmó, en las inmediaciones urbanas de los aeropuertos. Sin descartar tampoco que dicho estrés pueda estar relacionado con casos crecientes de asma.
Julio Díaz Jiménez
Este experto desconfió de los umbrales de contaminación publicados por la OMS. Y dedicó importancia al ozono troposférico presente en entornos humanos. Con la conclusión de que este gas, tan desconocido fuera de los ámbitos técnicos, supone la muerte anual de 500 personas, frente a las 6.085 que causa el dióxido de nitrógeno, sobre un total de 9.267 fallecimientos debidos a la contaminación en España. Aún lejos de los 50.000 decesos atribuidos al tabaco.
Díaz Jiménez habló de estudios epidemiológicos, observacionales, de secuencias temporales, con datos de morbilidad incrementada. Aunque reconoció que no permiten inferir casualidad, aunque sí correlación entre mayor contaminación y mayor mortalidad. Así como tampoco son fáciles de confirmar las interacciones entre contaminantes, aunque sí exista sospecha de las mismas
En conjunto, los ponentes explicaron que existen contaminantes primarias como los óxidos de sulfuro y nitrógeno, el monóxido de carbono y el material particulado (MP). En una realidad en la que el mayor enfermo del mundo es el propio planeta. Donde uno de cada ocho muertes se debe a la contaminación, especialmente en países de rentas bajas. Aunque el 90% de los europeos está expuesto a este problema, con 524.00 fallecimientos al año y una cifra en costes sanitarios que van de los 300.000 a los 940.000 millones euros cada nuevo año.
Por parte de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, su secretaria general, María García, afirmó que la contaminación acorta 9 meses la vida de las personas más vulnerables ante la contaminación en Europa, mientras que este lapso se alarga hasta los dos años en regiones del Globo como Asia.
por  Publimas Digital s.l.

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