Exámenes de detección del cáncer de testículo (PDQ®)–Versión para profesionales de salud
Aspectos generales
Nota: también se dispone de sumarios por separado del PDQ sobre Tratamiento del cáncer de testículo y Grados de comprobación científica de los estudios de investigación sobre detección y prevención del cáncer.
Beneficios
Con base en pruebas razonables, los exámenes de detección del cáncer de testículo no producen una disminución marcada de la mortalidad, en parte, porque el tratamiento es eficaz para cada estadio.
Magnitud del efecto: pruebas razonables de que no reducen la mortalidad.
- Diseño del estudio: opiniones de autoridades respetadas por su experiencia clínica, estudios descriptivos o informes de comités de expertos.
- Validez interna: no corresponde (N/C).
- Congruencia: N/C.
- Validez externa: N/C.
Perjuicios
Con base en pruebas razonables, los exámenes de detección del cáncer de testículo darían lugar a procedimientos diagnósticos innecesarios con la morbilidad que esto conlleva.
Magnitud del efecto: pruebas razonables de perjuicios poco frecuentes, pero graves.
- Diseño del estudio: opiniones de autoridades respetadas por su experiencia clínica, estudios descriptivos o informes de comités de expertos.
- Validez interna: N/C.
- Congruencia: N/C.
- Validez externa: N/C.
Descripción de las pruebas
Incidencia y mortalidad
Se estima que se diagnosticarán 9610 casos nuevos de cáncer de testículo y que 440 hombres morirán por esta enfermedad en los Estados Unidos en 2020.[1] El cáncer de testículo es la neoplasia maligna más común en los hombres de 15 a 34 años.[2,3] Representa alrededor de 1 % de todos los cánceres en los hombres. En el ámbito mundial, los casos de cáncer de testículo aumentaron a más del doble en los últimos 40 años. La incidencia varía de forma considerable según las áreas geográficas: la incidencia más alta se presenta en Escandinavia y Suiza; la incidencia intermedia en los Estados Unidos, Australia y el Reino Unido; la incidencia más baja en Asia y África. También varía por grupo étnico; la tasa es mucho más alta en los hombres blancos que en los hombres negros de la población de los Estados Unidos.[4] Se notifica un aumento anual de 3 % en las poblaciones de raza blanca.[5] A pesar del aumento observado en la incidencia, hay una disminución drástica de la mortalidad como resultado de tratamientos eficaces.
A diferencia de la mayoría de otros cánceres, el cáncer de testículo se encuentra, por lo general, en hombres jóvenes. En los hombres blancos, el cáncer de testículo es el cáncer más común entre los 20 y 34 años y el segundo cáncer más común entre los 35 y 39 años.[6]
Cerca de 68 % de los casos de cáncer de testículo están localizados, 18 % son regionales y 12 % están en estadio diseminado en el momento del diagnóstico.[6] Aunque no ha habido un cambio considerable en la distribución de estadios en el momento del diagnóstico, los avances del tratamiento se relacionaron con 60 % de disminución de la mortalidad. La mayoría de los cánceres de testículo son curables incluso en estadios avanzados y no sería práctico documentar una disminución adicional de la mortalidad vinculada a los exámenes de detección.
Los tumores de células germinativas (TCG) de testículo representan 94 % de los tumores de testículo y comprenden cinco tipos básicos de células:[7]
- Seminoma.
- Carcinoma embrionario.
- Tumor de saco vitelino.
- Teratoma.
- Coriocarcinoma.
De los TCG, 60 % son seminomas; el resto son TCG no seminomatosos. Cerca de la mitad de los TCG tiene más de uno de los cinco tipos de células.[7]
Se describieron tres subtipos de seminomas puros: clásico, anaplásico y espermatocítico. El seminoma clásico representa de 80 a 85 % de todos los seminomas y se observa más a menudo en hombres de 30 a 50 años. El seminoma anaplásico representa de 5 a 10 % de todos los seminomas y tiene una distribución por edad similar a la del subtipo típico. Hay varias características que indican que el seminoma anaplásico es más maligno y es una variante del seminoma típico potencialmente más mortal. Estas características incluyen mayor actividad mitótica, tasa más alta de invasión local, aumento de la tasa de diseminación metastásica y tasa más alta de producción de un marcador tumoral (gonadotropina coriónica humana [GCh] β o GCh β). El seminoma espermatocítico representa de 2 a 12 % de todos los seminomas y cerca de la mitad se presenta en hombres mayores de 50 años. Las células se asemejan más a las diferentes fases de las espermatogonias en maduración. El potencial metastásico de este tumor es muy bajo y el pronóstico es favorable.[8]
Factores de riesgo
El cáncer de testículo es más de cuatro veces más común en los hombres blancos que en los hombres negros;[8,9] las tasas de incidencia son intermedias para los hispanos, indios americanos y asiáticos. Hay grupos de riesgo alto. Los hombres con criptorquidia tienen entre 3 y 17 veces el riesgo promedio. Aproximadamente 7 a 10 % de los pacientes con tumores testiculares tienen antecedentes de criptorquidia.[7,8] A pesar de que la relación está establecida, el mecanismo biológico subyacente permanece incierto; el cáncer de testículo y la criptorquidia comparten factores de riesgo ambientales o genéticos, o es su posición ectópica per se la que es un factor de riesgo posnatal de cáncer de testículo, o una combinación de los dos.[7] Es posible que la orquiopexia no prevenga el cáncer en estos niños, pero permite la vigilancia clínica de estos pacientes con gónadas anteriormente impalpables.
También hay un aumento de riesgo en los hombres con disgenesia gonadal y síndrome de Klinefelter.[10] Los hombres con antecedentes familiares de cáncer de testículo tienen un riesgo más alto de esta enfermedad.[11] Los antecedentes de cáncer de testículo se relacionan con un riesgo más alto de un tumor contralateral.[7,8] Aunque no se encuentran de forma congruente, la esterilidad, la atrofia testicular, la gemelidad o los parámetros anormales del semen se relacionan con un riesgo más alto de cáncer de testículo, pero las pruebas son débiles.[7,12-14]
Hay un riesgo acumulado bajo de cáncer de testículo contralateral metacrónico y una supervivencia general favorable en los pacientes con diagnóstico de cáncer de testículo contralateral metacrónico.[15] Es necesario realizar más investigación para delinear los factores de riesgo ambientales y genéticos del cáncer de testículo.[16]
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