jueves, 8 de julio de 2010

El logopeda, vital para la recuperación tras una cirugía orofacial por tumores - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
PARA SUPERAR SECUELAS DE LA TERAPIA QUIRÚRGICA, FARMACOLÓGICA Y RADIOTERÁPICA
El logopeda, vital para la recuperación tras una cirugía orofacial por tumores
El papel del logopeda es esencial para la recuperación tras cirugía orofacial por tumores, pero su presencia es nula en algunos centros sanitarios, a pesar de contar con servicio de rehabilitación. Así lo ha señalado Salvador Jiménez, del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, en el Congreso Internacional de la Asociación de Logopedia, Foniatría y Audiología.


Julia Gutiérrez. Valladolid - Viernes, 9 de Julio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

El equipo de rehabilitación que trabajará para que un paciente intervenido en la cavidad oral y cuello como consecuencia de una patología tumoral supere las secuelas secundarias de los tratamientos quirúrgicos, farmacológicos y radioterápicos necesita contar con la participación de un logopeda. Este profesional ayudará a recuperar la funcionalidad a partir de las limitaciones orofaciales posteriores al proceso de abordaje global que ha sufrido, con el objetivo de que pueda reintegrarse cuanto antes a su entorno socio-laboral.

Cuando se trata de linfedemas, trastornos de la región cervical y otras lesiones osteomusculares se precisa de un fisioterapeuta

Cuando se trata de linfedemas, trastornos de la región cervical, cintura escapular y otras lesiones osteomusculares, también se precisa de la colaboración de un fisioterapeuta. Salvador Jiménez, logopeda del Hospital Universitario Gregorio Marañón y profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid, habló de este tema durante la conferencia Intervención logopédica tras cirugía orofacial y de cuello: generalidades, que ofreció en el XXVII Congreso Internacional de la Asociación de Logopedia, Foniatría y Audiología (Aelfa), que concluye hoy en Valladolid.

Los logopedas que asuman el restablecimiento de pacientes sometidos a cirugía de cuello y orofacial "deberán tener amplios conocimientos de anatomía y fisiología, experiencia en la rehabilitación de la disfagia orofaríngea, trastornos del habla y de la voz, así como miofuncionales orofaciales".

Igualmente, tendrán que saber manejar recursos, "siendo creativos a la hora de diseñar o emplear material de tratamiento y adaptaciones para las actividades de la vida diaria", además de ser prudentes para elegir los ejercicios y administrarlos de forma progresiva, "estando siempre alertas para detectar precozmente infecciones, recidivas y estados depresivos".

Pese a que se aboga por grupos multidisciplinares, la realidad es bien distinta: hay centros que no cuentan con logopedas

Según cada persona

Finalmente, la participación del logopeda en la rehabilitación de este tipo de trastornos amplía el horizonte profesional, a la vez que brinda a los enfermos una opción para normalizar las funciones orofaciales, especialmente las alimentarias y comunicativas, mejorar su calidad de vida y volver a su ritmo cotidiano.

Así, tras la evaluación logopédica, es importante elaborar unos objetivos y un planteamiento terapéutico acorde con las secuelas de cada persona y a sus requerimientos para las actividades de la vida diaria. Para tener la máxima garantía de éxito, el tratamiento se iniciará lo antes posible, siempre bajo las indicaciones de los facultativos responsables, que elegirán las técnicas y materiales más apropiados para cada caso concreto, apuntó Jiménez.

Posoperatorio
Las secuelas posquirúrgicas que presentan los pacientes sometidos a cirugía de cuello y de la cavidad oral dependerán de la localización y tamaño del tumor, de la técnica quirúrgica empleada (resecciones, reconstrucciones…), de las complicaciones postoperatorias (dehiscencias, necrosis, fístulas…), o de los tratamientos coadyuvantes recibidos, especialmente radioterapia, tal y como comentó el profesional del Gregorio Marañón.

En este sentido, señaló que los trastornos secundarios que presenta el paciente sometido a cirugía de cuello y concretamente del espacio parafaríngeo, generalmente consisten en secuelas neurológicas yatrogénicas por afectación de diversos pares craneales, entre otras estructuras. Las más frecuentes son la parálisis facial y lingual, la limitación de la gestualidad, hipersalivación, disfagia orofaríngea, disartria, disfonía (por parálisis laríngea), rinolalia, hipoacusia (por afectación del oído medio) y limitación de la movilidad cervical y de la cintura escapular.

Consecuencias
Por su parte, en los tumores de laringe el grado vendrá determinado por el tipo de laringectomía que se haya practicado, tras lo cual padecerá disfagia orofaríngea, disfonía e incluso afonía y anosmia en los supuestos de laringectomía total. En palabras de Salvador Jiménez, las consecuencias de los tumores en la cavidad oral dependerán de las estructuras orgánicas y neurológicas afectadas, por lo que a la lista anterior se pueden sumar la disglosia, trastornos masticatorios y de movilidad de la ATM o alteraciones estéticas faciales, entre otras cosas, además de alteraciones en otras regiones corporales de las que se haya utilizado tejido para reconstrucciones.

El cirujano maxilofacial, otorrinolaringólogo (ORL), oncólogo y radioterapeuta son los profesionales que habitualmente conforman el equipo para acometer procesos tumorales. "Pese a que se aboga por la creación de grupos multidisciplinares, la realidad es bien distinta. Podemos encontrar centros sanitarios donde aún no existe este servicio de cirugía oral y maxilofacial, teniendo que asumir estos tratamientos los ORL". Es más, aunque en algunos hospitales tienen servicio de rehabilitación, "no cuentan con logopedas y, en caso de tenerlos, están sobrecargados por presión asistencial".



PATOLOGÍAS BENIGNAS, PERO TAMBIÉN MALIGNAS
La cirugía de cuello y de la cavidad oral generalmente suele estar indicada ante la presencia de patología tumoral. Los tumores del espacio parafaríngeo son poco frecuentes: tan sólo representan el 0,5 por ciento de los tumores de cabeza y cuello. La mayor parte de ellos corresponden a patologías benignas, como es el caso de los paragangliomas, aunque otros pueden tener carácter maligno. En el caso particular de los tumores de laringe, la frecuencia es mucho mayor y abunda la patología tumoral maligna. En cuanto a los tumores que se localizan en la cavidad oral, en la mayoría de los casos, alrededor de un 90 por ciento, suelen ser carcinomas epidermoides o escamosos y suponen aproximadamente el 8 por ciento de los procesos malignos. Estos tumores, según ha explicado Salvador Jiménez, también tienen la capacidad de extenderse a diferentes lugares del organismo. En el caso del cáncer oral, las células cancerosas se suelen diseminar por el sistema linfático (a ganglios linfáticos, principalmente del cuello) o por la sangre (metástasis a distancia: pulmones, hueso, hígado…).
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