REPORTAJE
Entre inteligencia y creatividad
Familias de niños con altas capacidades piden que se regule la comprobación de sus casos - Un colegio donostiarra desarrolla un programa específico
ISABEL LANDA - San Sebastián - 31/10/2011
"Tener hijos con alta capacidad no es ninguna lotería. Es un problema, porque el modelo educativo actual no está diseñado para los que se salen de la media. Si pudiera eliminar la alta capacidad de mis hijas lo haría. Sería todo más fácil". Es el testimonio de un padre de dos alumnas del colegio La Salle San Luis de San Sebastián, centro adelantado en el desarrollo de proyectos para los alumnos con altas capacidades, lo que popularmente se conoce como superdotados. Las asociaciones vascas señalan que aún hoy este término genera falsos mitos y creencias por la desinformación existente y la falta de apoyos institucionales.
Tener una alta capacidad se relaciona habitualmente con poseer un cociente intelectual muy elevado, superior a 130, siendo 100 la media. La realidad no se limita a ello, sino que para su constatación se valora la capacidad creativa, diferentes aptitudes o talentos y varios rasgos de personalidad característicos, entre los que destacan la dificultad para relacionarse y expresarse socialmente en muchas ocasiones.
El padre de las dos alumnas citadas del La Salle San Luis, una de nueve años y otra a punto de cumplir los 12, prefiere mantener el anonimato. Ambas niñas forman parte del proyecto Zabaltzen Gela ("Clase de ampliación") que desarrolla dicho centro escolar desde hace seis años. Junto a ellas hay otros 28 alumnos de los cuales nueve están diagnosticados con altas capacidades y el resto se ha quedado en el umbral. "Estos últimos son niños que tienen un alto rendimiento académico y que quieren ampliar sus conocimientos", explica Jone Miren Royo, directora del La Salle San Luis. Este centro es de pequeño tamaño -350 alumnos-, lo que permite poner en práctica un modelo educativo más flexible. "Hay que insistir en que no se trata de un grupo de élite, nada más lejos de la realidad. Se trata de darles una oportunidad para dar respuesta a su potencial", añade.
Alcagi, la Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa, nació en el mismo centro educativo. Por ello está volcada en la atención escolar de los niños con altas capacidades. Responsables de la asociación insisten en que resulta necesario descubrir de forma temprana estos casos para evitar que esos alumnos se conviertan en personas inadaptadas y sufran fracaso escolar, lo que se da con menos frecuencia de lo que se cree, pero que ocurre si no hay una respuesta escolar específica para estos niños.
Las asociaciones vascas llevan años reclamando que Educación disponga de un servicio oficial para comprobar estos casos y que se desarrolle un programa de actuación con recursos para poder dar respuesta a las necesidades educativas específicas de los alumnos con altas capacidades. "Nos llegan a la asociación cada semana varias familias con casos. No es fácil encontrar respuesta a este problema en los centros educativos", señala José Manuel Crespo, presidente de Alcagi. "En el caso del La Salle San Luis hemos comprobado que el hecho de que el colegio tenga una actitud proactiva en este tema tranquiliza mucho a los padres porque saben que sus hijos van a estar motivados", abunda.
El proyecto Zabaltzen Gela ha permitido a muchos alumnos con altas capacidades sentirse integrados. "Esa satisfacción de sentir que no soy anormal, ni raro, que hay muchos como yo y que formas parte de un grupo es lo que nos transmiten", asegura Royo, quien insiste en que el tipo de trabajo con estos escolares con cociente intelectual alto se traslada al resto de alumnos para potenciar la creatividad.
Juan -nombre ficticio- reconoce que no siempre resulta fácil descubrir los casos de los niños con altas capacidades porque muchos las ocultan. En el caso de su hija pequeña fue fácil: hablaba correctamente a los 11 meses, "como ahora con nueve años, pero con menos vocabulario", recalca. Ahora se lee un libro de 150 páginas en una tarde. En el caso de la mayor, con un cociente intelectual más elevado, fue difícil. Hoy, es complicado atraer su atención e interés porque los superdotados se concentran menos tiempo, aunque su rendimiento sea mayor.
"Es una barbaridad que el Gobierno no se implique. Cuando conoces el diagnóstico, hay que asumirlo y cubrir las demandas que la escuela y los medios educativos no cubren. No se trata de que sean más listos, sino que ven las cosas de una manera diferente", señala. "No hay un sistema educativo que dé respuesta a este problema como en Reino Unido, Australia, EE UU o Israel. Para el Gobierno, que haya un 5% de la población escolar es mucho. El problema es que estos países cuidan el talento y nosotros no. Eso sí, tenemos la mejor liga de fútbol del mundo", concluye.
El debate de cuántos niños con altas capacidades existen en Euskadi está abierto y sembrado de polémica porque no hay una definición, universal ni unos criterios de valoración únicos. Diferentes estudios científicos sitúan este colectivo de alumnos entre el 3% y el 10% de la población escolar. Ello supondría entre 6.000 y 7.000 alumnos en Euskadi calculando por lo bajo. El Gobierno destaca que los casos comprobados en el sistema educativo vasco se han duplicado en los últimos tres años, al pasar de los 73 de 2008 a los 142 actuales.
Para las asociaciones, la realidad es que hay muchos más niños superdotados no identificados. "Entendemos que las instituciones se encuentran con un problema delante muy grande. No es lo mismo atender a 142 niños que a 6.000 o 7.000", señala José Manuel Crespo, presidente de la Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa (Alcagi). "El Gobierno vasco no dice que estos niños no puedan ser de alta capacidad, pero establece unas barreras de identificación. Sería muy complicado y costoso atenderlos", añade.
Educación, que ha elaborado un plan estratégico para atender a la diversidad en la escuela a partir de este curso y el 2015-2016, presentará a las asociaciones en un mes un programa específico para la atención de la alta capacidad. El texto incluirá las actuaciones que se deben realizar en los colegios para dar una respuesta concreta a estos alumnos.
Los responsables de este área de Educación se reunieron la semana pasada con las asociaciones para pedirles que elaboren una hoja de ruta con las principales necesidades de este colectivo, entre las que están cómo constatar los casos y qué actuaciones seguir. "Esperemos que esta vez sea verdad que existe una respuesta oficial para estos niños. Hace dos años y medio también nos hablaron de un plan específico para las altas capacidades, aunque nos han asegurado que esta vez irá todo más rápido", señala Crespo.
Según las asociaciones, el plan estrátegico presentado por Educación recoge un documento en el que pasa muy por encima la alta capacidad. "No aporta gran cosa y aborda la escuela inclusiva, pero de forma difusa, cuando es necesario que cubran sus necesidades al igual que se hace con otros alumnos con problemáticas específicas", añade Crespo.
"Tener hijos con alta capacidad es un problema, no una lotería", dice un padre
El colegio La Salle San Luis trabaja con un grupo de 30 alumnos
Tener una alta capacidad se relaciona habitualmente con poseer un cociente intelectual muy elevado, superior a 130, siendo 100 la media. La realidad no se limita a ello, sino que para su constatación se valora la capacidad creativa, diferentes aptitudes o talentos y varios rasgos de personalidad característicos, entre los que destacan la dificultad para relacionarse y expresarse socialmente en muchas ocasiones.
El padre de las dos alumnas citadas del La Salle San Luis, una de nueve años y otra a punto de cumplir los 12, prefiere mantener el anonimato. Ambas niñas forman parte del proyecto Zabaltzen Gela ("Clase de ampliación") que desarrolla dicho centro escolar desde hace seis años. Junto a ellas hay otros 28 alumnos de los cuales nueve están diagnosticados con altas capacidades y el resto se ha quedado en el umbral. "Estos últimos son niños que tienen un alto rendimiento académico y que quieren ampliar sus conocimientos", explica Jone Miren Royo, directora del La Salle San Luis. Este centro es de pequeño tamaño -350 alumnos-, lo que permite poner en práctica un modelo educativo más flexible. "Hay que insistir en que no se trata de un grupo de élite, nada más lejos de la realidad. Se trata de darles una oportunidad para dar respuesta a su potencial", añade.
Alcagi, la Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa, nació en el mismo centro educativo. Por ello está volcada en la atención escolar de los niños con altas capacidades. Responsables de la asociación insisten en que resulta necesario descubrir de forma temprana estos casos para evitar que esos alumnos se conviertan en personas inadaptadas y sufran fracaso escolar, lo que se da con menos frecuencia de lo que se cree, pero que ocurre si no hay una respuesta escolar específica para estos niños.
Las asociaciones vascas llevan años reclamando que Educación disponga de un servicio oficial para comprobar estos casos y que se desarrolle un programa de actuación con recursos para poder dar respuesta a las necesidades educativas específicas de los alumnos con altas capacidades. "Nos llegan a la asociación cada semana varias familias con casos. No es fácil encontrar respuesta a este problema en los centros educativos", señala José Manuel Crespo, presidente de Alcagi. "En el caso del La Salle San Luis hemos comprobado que el hecho de que el colegio tenga una actitud proactiva en este tema tranquiliza mucho a los padres porque saben que sus hijos van a estar motivados", abunda.
El proyecto Zabaltzen Gela ha permitido a muchos alumnos con altas capacidades sentirse integrados. "Esa satisfacción de sentir que no soy anormal, ni raro, que hay muchos como yo y que formas parte de un grupo es lo que nos transmiten", asegura Royo, quien insiste en que el tipo de trabajo con estos escolares con cociente intelectual alto se traslada al resto de alumnos para potenciar la creatividad.
Juan -nombre ficticio- reconoce que no siempre resulta fácil descubrir los casos de los niños con altas capacidades porque muchos las ocultan. En el caso de su hija pequeña fue fácil: hablaba correctamente a los 11 meses, "como ahora con nueve años, pero con menos vocabulario", recalca. Ahora se lee un libro de 150 páginas en una tarde. En el caso de la mayor, con un cociente intelectual más elevado, fue difícil. Hoy, es complicado atraer su atención e interés porque los superdotados se concentran menos tiempo, aunque su rendimiento sea mayor.
"Es una barbaridad que el Gobierno no se implique. Cuando conoces el diagnóstico, hay que asumirlo y cubrir las demandas que la escuela y los medios educativos no cubren. No se trata de que sean más listos, sino que ven las cosas de una manera diferente", señala. "No hay un sistema educativo que dé respuesta a este problema como en Reino Unido, Australia, EE UU o Israel. Para el Gobierno, que haya un 5% de la población escolar es mucho. El problema es que estos países cuidan el talento y nosotros no. Eso sí, tenemos la mejor liga de fútbol del mundo", concluye.
Educación prepara medidas específicas
El debate de cuántos niños con altas capacidades existen en Euskadi está abierto y sembrado de polémica porque no hay una definición, universal ni unos criterios de valoración únicos. Diferentes estudios científicos sitúan este colectivo de alumnos entre el 3% y el 10% de la población escolar. Ello supondría entre 6.000 y 7.000 alumnos en Euskadi calculando por lo bajo. El Gobierno destaca que los casos comprobados en el sistema educativo vasco se han duplicado en los últimos tres años, al pasar de los 73 de 2008 a los 142 actuales.
Para las asociaciones, la realidad es que hay muchos más niños superdotados no identificados. "Entendemos que las instituciones se encuentran con un problema delante muy grande. No es lo mismo atender a 142 niños que a 6.000 o 7.000", señala José Manuel Crespo, presidente de la Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa (Alcagi). "El Gobierno vasco no dice que estos niños no puedan ser de alta capacidad, pero establece unas barreras de identificación. Sería muy complicado y costoso atenderlos", añade.
Educación, que ha elaborado un plan estratégico para atender a la diversidad en la escuela a partir de este curso y el 2015-2016, presentará a las asociaciones en un mes un programa específico para la atención de la alta capacidad. El texto incluirá las actuaciones que se deben realizar en los colegios para dar una respuesta concreta a estos alumnos.
Los responsables de este área de Educación se reunieron la semana pasada con las asociaciones para pedirles que elaboren una hoja de ruta con las principales necesidades de este colectivo, entre las que están cómo constatar los casos y qué actuaciones seguir. "Esperemos que esta vez sea verdad que existe una respuesta oficial para estos niños. Hace dos años y medio también nos hablaron de un plan específico para las altas capacidades, aunque nos han asegurado que esta vez irá todo más rápido", señala Crespo.
Según las asociaciones, el plan estrátegico presentado por Educación recoge un documento en el que pasa muy por encima la alta capacidad. "No aporta gran cosa y aborda la escuela inclusiva, pero de forma difusa, cuando es necesario que cubran sus necesidades al igual que se hace con otros alumnos con problemáticas específicas", añade Crespo.
Algunos datos
- Entre el 3% y el 10% de la población escolar presenta altas capacidades, según diferentes estudios. Con un 2% como referencia, en Euskadi supondrían 6.000 y 7.000 escolares. Los alumnos con un alto cociente intelectual se han duplicado en los últimos tres años, al pasar de los 73 de 2008 a los 142 actuales.
- Algunos estudiosos le dan más importancia al cociente intelectual (se considera alta capacidad a partir de 130), y otros además a la creatividad, aptitudes y talentos.
- Las asociaciones vascas piden que se regule de forma oficial su comprobación y que el Gobierno impulse programas de actuación y recursos para dar respuesta desde los centros educativos a las necesidades específicas de los niños con altas capacidades.
- Algunos estudiosos le dan más importancia al cociente intelectual (se considera alta capacidad a partir de 130), y otros además a la creatividad, aptitudes y talentos.
- Las asociaciones vascas piden que se regule de forma oficial su comprobación y que el Gobierno impulse programas de actuación y recursos para dar respuesta desde los centros educativos a las necesidades específicas de los niños con altas capacidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario