MUNDO | La falta de melanina en la piel es un drama en África
Albinos en Tanzania, los guisantes blancos de Mendel
Neema ha tenido que huir a recintos como Kabanga al dar a luz a un bebé albino. | Ana Palacios VEA MÁS IMÁGENES
- Tanzania es el país con mayor población albina de África
- Se ha visto obligado a crear centros especiales para proteger a estas personas
- Tienen que huir de sus poblados por miedo a ser descuartizadas por traficantes
- El sol también les amenaza: consumirá sus vidas si no se protegen
* Ana Palacios |
Actualizado domingo 09/06/2013 05:22 horas
Tanzania, un país con 127 idiomas donde conviven más de 100 tribus. Es un destino turístico por excelencia para los recién casados que quieren vivir la inolvidable experiencia de un safari fotográfico en la sabana africana, bucear en las transparentes aguas de Zanzíbar o escalar el Kilimanjaro guiados por un sherpa. Precisamente, en las faldas del Kilimanjaro, se concentra la mayor comunidad albina de África.
La Tanzanian Albino Society tiene a 8.000 albinos registrados. Aunque, entre los que no saben que existe esta asociación y los que prefieren que no se sepa donde están, en realidad son muchos más. Se estima que hay unos 150.000 en toda Tanzania, según la Tanzanian Albino Charity.
Baswira Ntoteye se refugia huyendo del sol.| Ana Palacios
El albinismo que resulta tan exótico en Occidente, es un drama en África. Es una condición genética que consiste en la falta de melanina en piel, ojos y cabello. Además, sufren problemas de visión como fotofobia, estrabismo y nistagmo (mueven los ojos constantemente). Al no tener melanina en la piel, que es un pigmento fotoprotector muy eficaz contra las radiaciones solares, la sensibilidad a los efectos abrasivos del sol es extrema. Si no se protegen con cremas de filtros muy elevados, manga larga, gafas oscuras y sombreros, lo más probable es que, desde niños, comiencen a padecer lesiones cutáneas que acaben degenerando en un cáncer de piel.
El azar de la genética juega a los dados y nacer albino en África es perder la partida. La falta de medios económicos de estas personas para acceder a esos fotoprotectores, a esos gorros de ala ancha o a esas gafas con filtro solar, propicia que el punto de partida de esta comunidad sea mucho más desaventajado que el de sus hermanos negros. Además, el cáncer de piel no duele. Por eso se queman y consumen sin conciencia de que su vida acabará pronto si no se protegen del sol.
Elixir de albino
Por si fuera poco, las personas albinas sufren una seria discriminación social. El ser de otro color, tan parecido al de sus colonizadores, no tiene sentido para muchos africanos. Empiezan a inventar explicaciones que 'justifican' esa diferencia en las que los albinos siempre salen malparados. Historias de hijos del demonio, concebidos en la menstruación, castigos divinos, relaciones sexuales con un blanco...Por eso tener un hijo albino es una maldición. Tus propios familiares te repudian, no te cuidan en casa, no ves la pizarra en clase y, encima, eres de otro color. Así comienzan los obstáculos sociales. No llegas a la educación secundaria, por lo cual no accedes a trabajos de mayor responsabilidad, no te quieren mucho, así que te cuesta casarte, y encima das miedo porque se creen que estás maldito. Tus propios vecinos dicen por ahí que los albinos no mueren, sólo se desvanecen, o que si les tocas te vuelves blanco o caes enfermo.
Josephine y Bishusha disfrutan del escaso espacio abierto en el que pueden jugar seguras, dentro de Kabanga, sin temor a que las secuestren los mercenarios de los brujos. | Ana Palacios
Pero la tragedia continúa. Además de tener una salud precaria, sufrir la discriminación de su entorno y afrontar un futuro desolador, los brujos han puesto de moda el elixir de albino. Aunque la hechicería presume de fórmulas clásicas, de vez en cuando, innova con escalofriantes pócimas de temporada.
En 2007 los hechiceros empezaron a añadir partes del cuerpo de un albino para sus brebajes de buena suerte. Se abrió la veda para los cazafortunas sin escrúpulos y comenzaron las cacerías y las mutilaciones. Incluso los propios familiares han llegado a delatar la presencia de un albino en la aldea a cambio de una recompensa.
Por una mano albina pueden pagarse a 2000 dólares en el mercado del hechizo. Una cifra capaz de convertir a cualquier vecino en posible criminal. En los últimos cinco años ha habido más de cien muertes causadas por estos mercenarios.
Sembrado el pánico, comenzó el éxodo de albinos a aldeas remotas, a las grandes ciudades para pasar desapercibidos o a centros como Kabanga, fortificaciones vigiladas por la policía y apoyado por la ONG española AIPC Pandora, para garantizar cierta tranquilidad.
El escuadrón de la vida
El dermatólogo español Pedro Jaén supervisa a un residente. | Ana Palacios
Sin embargo, y para no perder la perspectiva, que cien muertes a manos de hechiceros en cinco años es una cifra parca frente a las miles que se producen anualmente por culpa de su verdadero verdugo: el sol.
Concienciados de que auténtico enemigo de los albinos es la radiación del astro rey, un equipo de dermatólogos, cirujanos plásticos, anestesistas, patólogos y enfermeras, liderados por el doctor Pedro Jaén, jefe de servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, en 2008 se liaron la manta a la cabeza viajaron a Moshi para remangarse la bata y echar una mano. Desde entonces, dos veces al año, este "escuadrón de la vida" se traslada al Regional Dermatologic Training Centre (RDTC) del hospital de Moshi, al norte de Tanzania, para operar y tratar a albinos con cáncer de piel.
Además, de resolver casos urgentes, conducen talleres teórico-prácticos en oncología dermatológica y dermato-patología en un intento de elevarla formación de los escasos dermatólogos que hay en el este de África. Talleres en los que se ha operado, y salvado la vida, de más de 500 albinos.
La importancia de la prevención
Asimismo, en el marco de un proyecto financiado por la Comunidad de Madrid e implementado por la ONG África Directo, se inició en el RDTC una producción local de fotoprotectores. El proyecto garantiza el aprovisionamiento de cremas antisolares a las personas con albinismo a través de una iniciativa gestionada localmente que subsana la insostenibilidad que supone depender donaciones externas.Con el apoyo técnico del laboratorio Fridda Dorsch y la dirección de una farmacéutica española en el terreno, se lanzó en noviembre la primera distribución de 'Kilimanjaro Suncare', la loción fotoprotectora que mejorará la calidad de vida de los albinos de Tanzania.
* Ana Palacios es periodista y fotógrafa. En la actualidad, combina la fotografía documental vinculada a la cooperación y el desarrollo, con su trabajo en producción de cine. Su serie fotográfica 'La ruleta rusa de Mendel. Albinos en Tanzania' está en itinerancia en África y España.
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