24 JUN 13 | Neurociencia y dolor
Un primer tratamiento puede influir en el éxito del segundo intento
Las personas tratadas con una píldora inactiva en ensayos clínicos no mejoran como deberían cuando reciben el fármaco activo.
Reuters
Por Andrew y M. y Seaman
Un estudio de Alemania sugiere que si una persona no obtuvo demasiado alivio con un primer tratamiento para el dolor, tenderá a decir que el segundo intento tampoco es tan efectivo.
Estudios previos habían hallado que las personas tratadas con una píldora inactiva en ensayos clínicos no mejoran como deberían cuando reciben el fármaco activo, según recordó la autora principal, doctora Ulrike Bingel, del Centro Médico Universitario Hamburg-Eppendorf.
El fenómeno también se puso a prueba con pacientes tratados dos veces con la misma terapia, pero la autora explicó que los médicos tienden a cambiar el tratamiento si el primero no funciona.
En JAMA Internal Medicine, el equipo publica los resultados obtenidos en 39 personas sanas después de tres días de evaluación.
Los investigadores les colocaron parches en los brazos que levantaban temperatura hasta producir un nivel moderado de dolor durante los dos primeros días.
Un grupo utilizó una crema inactiva y los investigadores reducían la intensidad del dolor para que los participantes pensaran que el producto funcionaba. El otro grupo utilizó la misma crema con la misma intensidad de dolor para que percibieran que la analgesia no funcionaba.
El experimento se repitió el tercer día, pero a ambos grupos se les dijo que estaban recibiendo otro tratamiento. El equipo redujo la intensidad del dolor en todos los participantes. En una escala de 0 a 100 (a mayor puntaje, más dolor), los autores disminuyeron la intensidad del dolor de 80 a 50 puntos después de aplicar la crema.
El grupo que el día anterior había recibido el "tratamiento" efectivo dijo que sus niveles de dolor cayeron de 81 a 40 puntos. El otro grupo, con el "tratamiento" negativo, percibió una reducción del dolor de 81 a 54 puntos.
Bingel explicó que la diferencia de 14 puntos entre los grupos no pasaría inadvertida para la persona promedio. Es más, las imágenes cerebrales mostraron que el grupo con la experiencia previa negativa sentía más dolor.
"Esa no fue la percepción de los pacientes. Vimos cómo sus cerebros les decían que tenían distintos niveles de dolor", dijo Ted Kaptchuk, especialista en el efecto placebo del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, Boston, y que no participó del estudio.
Aun así, consideró que no se pueden sacar conclusiones firmes de un estudio pequeño. "Esto sugiere que los médicos deben conocer las experiencias previas de sus pacientes con los tratamientos". Sostuvo Kaptchuk.
FUENTE: JAMA Internal Medicine
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